Steve Schifferes
BBC
India, Brasil y China quieren un mayor protagonismo en el control de la economía mundial
Los líderes del G-20 además de analizar en la cumbre de Pittsburgh la recuperación económica y la regulación de los bancos, también verán como un tema clave la manera en que debe ser gobernado el mundo económico.
La crisis financiera mundial ha dejado claro que, aunque tenemos una economía globalizada, no hay reglas claras sobre cómo los gobiernos pueden trabajar juntos en la resolución de los problemas económicos.
Pero la falta de coordinación, tanto ahora como en el futuro, podría significar una recesión global más larga y profunda, con más desempleo en el mundo entero.
El G-20, que agrupa a las principales economías del mundo, ha asumido un papel prominente en el último año.
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Pero la crisis también ha estimulado los esfuerzos por reformar las instituciones financieras globales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que fueron creadas al final de la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de reanimar la maltrecha economía global y ayudar a los países con dificultades.
Sistema anticuado
Cada estado contribuye a los fondos del FMI según el tamaño de su economía, y su derecho a voto en el organismo depende de su contribución.
La Cumbre G20 de abril acordó aumentar la financiación del FMI y el Banco Mundial
Sin embargo, la estructura de votación actual no refleja el poder de economías emergentes como China o India, que están ayudando al mundo a salir de la recesión, mientras en Europa y Estados Unidos se desploma el crecimiento económico.
Al respecto, ha surgido un debate entre Estados Unidos y China por un lado, y Europa por el otro sobre hasta qué punto debería cambiarse la estructura.
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Aunque todas las partes han prometido llegar a un compromiso para enero de 2011, hay problemas prácticos destacados.
Los países europeos, que representan el 25% de la economía mundial, tienen el 40% de los votos. Estados Unidos, que constituye otro 25% de la economía mundial, sólo controla el 17% de los derechos de voto.
Pero conforme a las reglas del FMI, todas las grandes decisiones requieren una mayoría del 85%, cosa que convierte a Estados Unidos en el único país que puede bloquear cualquier decisión de manera individual.
Estados Unidos y China han propuesto que los países europeos cedan entre el 5% y el 7% de sus derechos de voto a las economías emergentes.
Pero los países europeos más pequeños, como Holanda y Suecia, son renuentes a dejar sus asientos en el consejo del FMI, de 24 miembros.
Incluso en el Reino Unido hay presiones en contra de esta reforma. Un funcionario del Tesoro Británico dijo a la BBC que éste no es el momento para pedir a los países europeos que cedan porque Europa ha contribuido más recursos para la renovación de los fondos (prestando US$150.000 millones de los US$500.000 millones necesarios).
Cambiando a China
El refuerzo del papel de China e India en las instituciones que gobiernan la economía internacional va a ser esencial si han de jugar un papel prominente en el sistema mundial económico.
"Esta reunión podría determinar si el G20 emerge como la institución con influencia clave sobre la economía mundial, o si esto desaparecerá en la insignificancia"
La mayoría de los economistas dudan que Estados Unidos y Europa puedan retomar su papel como las principales economías consumidoras del mundo, y creen que estos países tendrán que crecer sobre la base de sus exportaciones.
Esto significaría que China tendría que reducir sus exportaciones en proporción a su economía y redirigirse hacía un mayor consumo interno.
Esto contribuiría en buena medida a solucionar una de las causas fundamentales de la actual crisis económica: el desequilibrio creciente entre China, como un exportador con un superávit comercial, y Estados Unidos, el mayor consumidor del mundo, pero sobre la base de tomar prestado.
Ya Estados Unidos no puede jugar este papel y mientras más pronto China se torne hacia el consumo interno, lo más probable es que EE.UU. pueda crecer por la vía de sus exportaciones, en lugar de consumir más aumentando sus deudas.
Por lo tanto, otorgar a China un mayor papel en el FMI podría animar a Pekín a cambiar sus prioridades de una forma que ayudaría a la economía mundial a crecer.
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Reforma y recuperación
La reforma es aún más importante teniendo en cuenta los nuevos poderes y recursos que se dieron al FMI y al Banco Mundial en la cumbre de Londres.
Las naciones desarrolladas se resisten a ceder una parte de su influencia
El Banco Mundial presta fondos a largo plazo a países en vías de desarrollo para la construcción de infraestructuras como presas y carreteras, así como mejorar sus sistemas de salud y educación.
El FMI –que otorga préstamos a corto plazo a países que pasan por dificultades financieras – recibió recursos inmensos para hacer frente a la crisis.
Los países prometieron un suplemento de US$500.000 millones en préstamos y US$250.000 millones en Derechos Especiales de Giro, una facilidad monetaria que los países pueden utilizar sin restricciones.
El FMI también recibió más autoridad para supervisar la situación económica mundial y para informar a los líderes del G-20.
A cambio, el FMI prometió suavizar las condiciones de sus préstamos, que con frecuencia son objetos de críticas en países en desarrollo.
Con signos de esperanza en la economía global, al menos comparado con hace 6 meses en Londres, la reunión de esta semana podría determinar si el G-20 emerge como la institución de mayor influencia sobre la economía mundial o si pasará a ser insignificante cuando la crisis haya pasado.
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