Atilio Boron: |
Manola Romalo (Tomado de upec.cu) Atilio Alberto Boron es profesor de teoría política de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina. Es director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED) del Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini”. En 2009 recibió el Premio Internacional UNESCO-José Martí 2009. Fidel Castro al cual le une una larga amistad, le invitó después del Coloquio “La América Latina y el Caribe entre independencia de las metrópolis y la integración emancipatoria”, en La Habana, (22 -24.11.), junto a siete destacados intelectuales latinoamericanos a un almuerzo. ¿Qué tema le parece haber tenido mayor importancia para el líder de la revolución cubana durante esas tres horas de charla? Fueron varios los temas que abordó el Comandante. No por casualidad comenzó por dos de ellos: el primero, Haití, la terrible situación que vive ese país, la amenaza de la epidemia del cólera, la actuación de los médicos cubanos, la presencia de marines estadounidenses combinada con la ausencia de médicos y enfermeros de ese país, la necedad de los veedores europeos que llegan a un país devastado como pocos en la Tierra y declaran que no hay nada que aconseje postergar las elecciones presidenciales que tendrían lugar el domingo siguiente. Y luego su preocupación por Corea, por la posibilidad de que alguien apele a un armamento nuclear “táctico” que, de todos modos, sería más letal todavía que las bombas que se arrojaron en Hiroshima y Nagasaki. Y que tal cosa podría ser la señal de partida para una crisis militar global, habida cuenta de los muchos pleitos pendientes de resolución entre países que ya disponen de armamento nuclear. También habló de su preocupación por la virulenta aparición en la escena política de expresiones de la derecha radical y reaccionaria, como la representada en el Tea Party, y la ostensible debilidad del presidente Barack Obama frente al complejo militar-industrial que impone sus políticas sin prestar atención a lo que piensa el ocupante de la Casa Blanca. En el plano doméstico Fidel subrayó la importancia de los cambios que se están proponiendo en el modelo económico cubano y señaló que la revolución debía actualizar su modelo económico socialista si quería sobrevivir. Reiteró que no le temía tanto a una agresión externa dirigida por EEUU como a los procesos de descomposición interna resultantes de la incapacidad de la economía cubana para satisfacer las necesidades de su población. Aseguró, además, que el próximo congreso del Partido Comunista de Cuba, aprobaría un paquete de reformas que profundizaran el socialismo, actualizado a las épocas actuales, y de ninguna manera algo que pudiera significar un ataque a lo que denominó “las conquistas históricas de la revolución.” Tal cosa, dijo el Comandante, no tendría ninguna posibilidad de ser implementada en este país. En base a documentos del Pentágono, de la CIA y del Departamento de estado en cuales EE.UU. definen su posición beligerante para los próximos 30-40 anos, usted demostró en su exposición de la Habana, que “el imperio está dispuesto a defender con uñas y dientes los privilegios de los que ha gozado desde, por lo menos, mediados del siglo XX.”¿ Cuáles son algunos de estos aspectos relevantes? Ahí me refería a una serie de documentos en donde todos ellos señalan las dificultades del imperio norteamericano para sobrevivir sin renunciar a los privilegios de que ha gozado en los últimos cincuenta años. Todos indican que ese mundo ya desapareció y que el actual está plagado de rivales y competidores que pueden interferir en los planes de EEUU y que, en consecuencia, el país debe prepararse para un largo período de guerras tan sólo para preservar algo, no toda, la influencia que supo tener desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Por eso no sorprende la renovada presión, fuertísima, sobre América Latina y el Caribe manifestada por una veintena de bases militares que van desde el extremo norte del Mar Caribe hasta las Islas Malvinas, en el Sur, pasando por las 7 bases en Colombia, 4 en Panamá, 2 en Paraguay y tantas otras. De hecho, Venezuela está rodeada de bases porque aparte de las colombianas tiene dos a pocos kilómetros de sus playas: las bases en Aruba y Curaçao, dos colonias de una antigua potencia europea, Holanda, que le facilitó sus instalaciones a la Casa Blanca para poder agredir a Venezuela de manera más efectiva y menos costosa. Súmele a todo lo anterior la reactivación de la poderosa IV Flota de EEUU, compuesta por navíos de todo tipo aptos para navegar en las “aguas azules”, del litoral marítimo latinoamericano, tanto como en las “aguas marrones” de nuestros grandes ríos interiores. Por último, EEUU ha vuelto a promover golpes militares en la región con el objeto de instituir “gobiernos amigos” que favorezcan sus planes de control total de la región, algo que ha sido señalado desde hace varios años por Noam Chomsky. A pesar de que la jefa del Departamento de estado Hillary Clinton pedía a sus embajadores de espiar a importantes políticos de los países residentes, EE.UU. y sus aliados europeos acusan a Wikileaks por haber entregado unos 250.000 documentos a cinco diarios neoliberales, de “poner en peligro la diplomacia internacional.” ¿De qué tipo de diplomacia se trata? La queja de EEUU y su clientela política en Europa carece de toda sustancia. Lo que hasta ahora ha revelado Wikileaks es de poca importancia, salvo: (a) la corroboración de que Washington tiene sometido a un espionaje ilegal a la sede de la ONU en Nueva York y, supuestamente, al propio domicilio de su Secretario General, lo cual constituye un atropello gravísimo a la seguridad y a la legalidad internacionales que sólo fue denunciada por algunos gobiernos de América Latina, y para deshonor de Europa, por ninguno de sus gobiernos, traicionando su condición de heredera de las enseñanzas de Immanuel Kant sobre el orden legal que debería regir al planeta. Hay que recordar que por mucho menos que esto Richard Nixon tuvo que renunciar a la presidencia de Estados Unidos. El escándalo de Watergate es juego de niños comparado a lo que hace el premio Nobel de la Paz Obama en la ONU. (b) la comprobación de que la Sra. Clinton sabía muy bien que en Honduras se había producido lo que su propio embajador llama un “golpe de estado”, pero ella desestimó esa información y mintió a todo el mundo diciendo que lo que allí había ocurrido había sido un cambio en la jefatura de estado en concordancia con los preceptos constitucionales, todo lo cual deja a su oficina y a la Casa Blanca manchada con el pecado de la mendacidad . (c) la obstinación de Washington en impedir el fortalecimiento de los procesos de integración nacional en América Latina, diseminando intrigas y creando falsos enfrentamientos entre los países del área. De ese modo EEUU demostró su fidelidad al mandato propio del imperio romano: “divide y vencerás.” Pero ahora sus planes se han tornado visibles y generado una reacción contraria. Se pone en evidencia que la diplomacia de EEUU es muy poco más que una perversa combinación de mentiras, sobornos, extorsiones y agresiones. En la cumbre “ Peligro en los Andres” que tuvo lugar el 17.11. en el Capitolio de Washington, congresistas republicanos y demócratas se reunieron con terroristas latinoamericanos y cubanos que financiaron y promovieron golpes de Estado en Venezuela, Bolivia, Honduras, Ecuador y atentados contra Cuba. ¿ Qué significado tiene esta cumbre para los países del ALBA? No sólo para los países del ALBA sino también para todos los hombres y mujeres de buena voluntad esa cumbre expone con claridad la gravísima amenaza que se cierne sobre América Latina y el Caribe cuando terroristas probados y confesos y sus representantes políticos y económicos (como la ultraderechistas National Endowment for Democracy, International Republican Institue, Hudson Institute, etc.) se reúnen en la misma sede del Congreso de EEUU para intercambiar opiniones y experiencias relativas a la mejor forma de poner fin a los gobiernos democráticos de la región. Si hubiera justicia en EEUU buena parte de sus asistentes deberían estar en la cárcel por cómplices o apologistas de la violencia y, en algunos casos, del magnicidio. Ante esta degradación moral del imperio los países del ALBA y todos los de América Latina y el Caribe deben estar sumamente alertas ante intentos golpistas, desestabilizadores o separatistas alentados por Washington y los sectores de la derecha más reaccionaria de nuestros países. Atentos también a la complicidad de algunos países europeos, que desvían su mirada ante hechos que repugnan a la conciencia humanista universal que, en el pasado, tuviera tan brillantes exponentes en la cultura europea. Mientras la “plaga neoliberal” de cual nos hace un mordante análisis en su estudio “Socialismo Siglo XXI”, impuesta por la Unión Europea desde la caída del Muro de Berlin, empobrece a millones de europeos, los gobiernos revolucionarios de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua implementan junto a sus pueblos reformas políticas inéditas en la historia. ¿Cuál es su “ruta de escape”? Creo que la clave está en el hecho de que estos gobiernos decidieron apartarse por completo de las recetas económicas neoliberales que sembraron de tragedias y miserias a los países de América Latina y el Caribe. Un síntesis extraordinaria de esas políticas, y su devastadora crítica, se encuentra en el libro que escribiera el presidente del Ecuador Rafael Correa, cuya tercera edición se abre con un prólogo mío (a pedido del propio Correa). Esas políticas destruyeron nuestras economías, saquearon nuestros recursos, transfirieron al gran capital financiero y sus aliados las riquezas de nuestros países y empobrecieron a la clase media, mientras que los sectores populares fueron reducidos a la indigencia. Los líderes "bolivarianos" tuvieron la inteligencia y la audacia de luchar contra los intereses establecidos, colocar la economía al servicio de la sociedad, recortar meticulosamente los privilegios del mercado y, sobre todo, desoír los consejos de las grandes burocracias internacionales, autoras intelectuales del saqueo de nuestros países. Además, estos grandes líderes potenciaron el protagonismo de las masas en lugar de desmovilizarlas y desmoralizarlas, como se hace en Europa. Les confirieron un sentido de pertenencia, identidad y las empoderaron, en lugar de mandarlas a su casa, como se hace en Europa. Y también perfeccionaron las instituciones democráticas mediante frecuentes consultas populares bajo la forma de plebiscitos, referendos, elecciones revocatorias de mandato. De ese modo un presidente como Rafael Correa convocó, y ganó, ¡6 elecciones nacionales en cuatro años! Chávez convocó a 16 elecciones generales en 11 años, ganando 15 de ellas. El record de Evo Morales es semejante al de Correa. ¿Cuál gobernante europeo ostenta un grado semejante de legitimidad política? Pese a ello, la gran prensa califica a estos gobernantes como "dictadores" o, en el mejor de los casos, "autoritarios." Hemos visto con sorpresa y desazón como el FMI, que hacía décadas no se entrometía en las políticas públicas europeas, aparece ahora dictando lo que los gobiernos deben hacer. Eso ya lo experimentamos en América Latina y el Caribe y los resultados fueron catastróficos. Nos cuesta creer que los pueblos de Europa acepten colocarse bajo el mandato del FMI, pero sus gobiernos han abdicado de toda pretensión de soberanía y lo único que están dispuestos a hacer es arrodillarse ante las exigencias del gran capital financiero. |
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