30 Noviembre 2010
Los periódicos que tuvieron acceso a los documentos diplomáticos estadounidenses filtrados por la página web Wikileaks revelaron hoy con lujo de detalles el trasiego diplomático para intentar cerrar Guantánamo.
Algunos de los datos, como el de que Washington ofreció incentivos millonarios al archipiélago de Kiribati, un país insular ubicado en la zona central oeste del océano Pacífico, ya habían salido a la luz ayer.
Pero el diario estadounidense The New York Times y el español El País se hacen eco hoy de otros datos como la propuesta del rey Abdullah de Arabia Saudí de implantar un chip a los detenidos de Guantánamo que regresasen a países caóticos como Yemen.
Esa poco ortodoxa receta ofrecía, en opinión del monarca saudí, la solución perfecta a los temores de Washington de que los prisioneros desaparecieran o decidieran unirse a un grupo terrorista.
Abdullah realizó esa sugerencia en Riad el 15 de marzo de 2009 al asesor antiterrorista de la Casa Blanca John Brennan y otros altos funcionarios estadounidenses, al aducir que el rastreo de movimientos con chips era algo que ya se hacía con “halcones y caballos”.
“Los caballos no tienen buenos abogados”, respondió en aquella ocasión Brennan, según los cables diplomáticos hasta ahora secretos.
El presidente Barack Obama dijo tras su llegada al poder que cerraría el penal militar de Guantánamo en Cuba en el plazo de un año, una promesa que todavía no ha podido cumplir pese a los notables esfuerzos diplomáticos.
Los mensajes revelan que fueron pocos los países dispuestos a ayudar.
El País relata como EE.UU. se encontró con países “imposibles de convencer” como Kuwait, que según los documentos filtrados se negó a recibir a los cuatro kuwaitíes que permanecían en la base militar y llegó a proponer a Washington que se “liberara” de los presos soltándolos en alguna zona de combate afgana donde corrían el riesgo de morir.
Los diplomáticos estadounidenses buscaban países que no sólo estuvieran dispuestos a acoger a detenidos sino que pudieran demostrar que los vigilarían de cerca.
Una de las esperanzas de Washington era Europa, pero esa labor tampoco fue fácil.
El País menciona que en su afán por recolocar a los prisioneros en Europa lo más rápido posible, EE.UU. insistió en que estaba entregando a los que tenían historiales más limpios.
En la actualidad permanecen encarcelados en Guantánamo unos 170 presuntos terroristas.
(Con información de EFE)
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