28 de noviembre de 2010, 09:10Por Luis Melian
Beijing, 28 nov (PL) Maniobras navales, advertencias sobre su peligro como fuente de mayores conflictos y gestiones diplomáticas de China para calmar las tensiones cubren hoy la Península coreana, donde la situación se considera al borde de la guerra. Propone China consultas de emergencia sobre Península coreana Estados Unidos y Surcorea iniciaron a las 06:00 hora local de este domingo ejercicios navales conjuntos en el Mar Amarillo, los cuales son más intensos que lo inicialmente previsto, según se anunció.
Aunque estas operaciones con fuerzas de ambos países son frecuentes, ahora las preocupaciones son mayores por varias razones.
Una de ellas es la intervención del portaaviones nuclear George Washington, con más de seis mil hombres y 75 cazas a bordo, como expresión de una superior demostración de fuerza contra la República Popular Democrática de Corea (RPDC).
Participan también otros buques de guerra estadounidenses como el Cowpens, de nueve mil 600 toneladas de desplazamiento, Shiloh y Stethem, mientras la parte anfitriona incorporó el destructor Aegis y otros buques y aviones antisubmarinos.
A ello se suma el sistema de vigilancia conjunta por radar para observar de cerca los movimientos militares en la parte Norte de la península. Su despliegue responde a una solicitud de Seúl atendida por el Secretario de Defensa Robert Gates.
Hasta el próximo miércoles las tropas realizarán ejercicios de bombardeo y tiro con fuego real, de acuerdo con lo anunciado. Nada más cercano a una guerra.
Esta reforzada presencia militar en la zona entró en acción cuando aún están por ceder las tensiones surgidas luego del incidente del pasado martes. Ese día la RPDC respondió a disparos contra sus aguas jurisdiccionales, hechos desde la isla Yonphyong, en el Mar Oeste, por fuerzas surcoreanas que participaban en las maniobras Hoguk.
La parte Sur reportó cuatro muertos, incluidos dos soldados, y varios heridos en ese intercambio de fuego.
Pyongyang aclaró que se trató de una provocación, realizada a pesar de los llamados a Seúl para la cancelación de ese ejercicio, reiterado en la mañana del día incidente, según precisó.
Denunció además que Estados Unidos instigó ese paso de las fuerzas surcoreanas como parte de un plan para justificar el envío del mencionado portaaviones a la zona, cuya presencia China también rechaza.
Ante lo sucedido y el reforzamiento militar en el área -Seúl incrementó sus tropas y armamento en la zona fronteriza y revisó las reglas de combate-, las autoridades norcoreanas aseguraron que todo ello coloca la situación al borde de la guerra, al insistir en que las nuevas maniobras están dirigidas a una invasión armada de su territorio.
También reafirmó su posición de responder a cualquier acto de provocación violatorio de sus aguas territoriales, en tanto reiteró que toda esta situación se debe a la política hostil de Estados Unidos hacia Pyongyang.
En uno de sus recientes pronunciamientos, advirtió que nadie podrá prever las consecuencias de la entrada del George Washington en el mencionado mar.
Sería una gran tontería si Estados Unidos y las autoridades surcoreanas pretenden amedrentar a la RPDC con portaaviones, agregó.
Frente a este escenario, la diplomacia china se muestra muy activa, sin dejar de expresar sus preocupaciones por el agravamiento de las tensiones ni dejar de llamar a disminuirlas.
Las gestiones de Beijing incluyeron conversaciones telefónicas del canciller Yang Jiechi con la Secretaria de Estado Hillary Clinton y sus homólogos de Surcorea, Rusia y Japón. También se reunió con el embajador de Pyongyang en este país. Con todos ellos habló de la situación en la Península coreana.
A esas acciones se sumó un viaje sorpresivo del Consejero de Estado chino Dai Bingguo a Seúl, donde se entrevistó con el presidente Lee Myung bak sobre el mismo tema.
Los esfuerzos tienen como elemento más novedoso la propuesta de sostener consultas de emergencia al respecto a principio de diciembre en Beijing entre los jefes de delegaciones de las partes involucradas en las conversaciones a seis bandas sobre la desnuclearización del citado territorio, en el que participan todos estos países.
De acuerdo con lo informado, la iniciativa no significa una reanudación de las pláticas estancadas desde diciembre 2008, pero sin dudas debe contribuir a crear condiciones para relanzar ese proceso, aunque por el momento los cañones de las maniobras de Estados Unidos y Surcorea continúen estremeciendo tan tenso escenario.
rc/lam |
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