09 de diciembre de 2010, 06:30Por Enrique Torres, enviado especial
Cancún, México, 9 dic (PL) Otra larga lista discursos inunda hoy aquí la XVI cumbre climática de Naciones Unidas, mientras el tiempo para adoptar decisiones agoniza, a un día de que culmine la cita.
Equipos de negociadores de las partes continúan las conversaciones de forma paralela a la sesión plenaria, con la encomienda de hacer converger, en uno o varios documentos, las posiciones de las casi 200 naciones firmantes de la Convención sobre Cambio Climático.
Varios fueron los oradores que este miércoles consideraron que Cancún debe arrojar una decisión sobre un segundo período de compromisos del Protocolo de Kyoto, asignatura pendiente desde 2005.
"Nos encantaría saber por qué ciertos países, que en otras dimensiones se convierten en heraldos de los derechos del hombre, de la democracia, se resisten a un segundo período de compromisos bajo el único régimen jurídico vinculante que el Ecuador reconoce, y que es, con todos sus defectos e imperfecciones, el Protocolo de Kyoto", expresó el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
Asimismo, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, consideró necesario e impostergable, "adoptar aquí, ahora, en Cancún, decisiones concretas sobre un segundo período de compromisos de Kyoto".
La realidad es que sin un acuerdo de esta naturaleza, la cumbre del balneario mexicano dejaría un mal recuerdo en la comunidad internacional, particularmente en los países en vías de desarrollo, que luego del fracaso de Copenhague depositaron sus esperanzas en que este escenario despejaría el camino hacia nuevas metas de mitigación.
"Sin el segundo período de compromisos de Kyoto toda la negociación corre el riesgo de desmoronarse, porque los países en desarrollo temen entrar en excesivos compromisos en otras áreas, si no hay una responsabilidad clara de las naciones industrializadas", comentó a Prensa Latina uno de los delegados.
Hace tres años en Bali, Indonesia, los países en desarrollo se comprometieron de manera voluntaria a contribuir también a la mitigación y se acordó incluso, a pesar de que supone una carga sobre sus economías, que esas acciones serían cuantificables.
Esta vez también se mantienen en el tapete iniciativas tendentes a reducir o evitar las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de las naciones en vías de desarrollo, a pesar de que no son éstas las causantes del calentamiento global.
En su discurso de este miércoles, Correa reiteró el proyecto ecuatoriano conocido como Yasuní ITT, que busca dejar bajo tierra un 20 por ciento de las reservas de petróleo existentes en una de las áreas de mayor biodiversidad en el planeta, a cambio de una contribución financiera de los países desarrollados.
La iniciativa, que hace tres años fue lanzada, se sustenta en el concepto de emisiones netas evitadas, ya que al permanecer ese petróleo bajo tierra se dejarían de enviar a la atmósfera más de 400 millones de toneladas de carbono.
Los recursos obtenidos se depositarían en un fideicomiso administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo e irían a proyectos de mitigación y adaptación.
Ecuador aspira a que los países desarrollados aporten al menos la mitad de las ganancias que la nación suramericana recibiría si explotara ese petróleo.
Según el mandatario, su Gobierno a mediados del próximo año hará una evaluación, y de verificarse la falta de respuestas comenzará a explotar esos yacimientos, con todas las responsabilidades sociales y ambientales.
En el segmento de alto nivel de este jueves en la conferencia de Cancún, que tendrá entre los oradores al presidente de Bolivia, Evo Morales, es de esperar que sean impulsadas otras propuestas, como las emergidas de la cumbre de Cochabamba en abril último.
Las aspiraciones de esa cita, a la que asistieron unas 20 mil personas de un centenar de países, incluyen la formación de un tribunal de justicia climática para sancionar a las naciones del mundo, transnacionales o particulares que dañen el medio ambiente, así como la organización de un referendo mundial en 2011 para cambiar el modelo "capitalista de sobreconsumo y sobreproducción".
También se pronunció por demandar a las potencias mundiales que reduzcan la emisión de gases de efecto invernadero en un 50 por ciento hasta 2020.
La sesión plenaria de hoy debe comenzar con las palabras de Jacob Zuma, presidente de Suráfrica, país que será sede de la XVII cumbre climática de la ONU, en diciembre de 2011.
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