"El referendo es su oportunidad de oro para la independencia total", se lee en la camiseta del ex rebelde del sur de Sudán Diing Dhel.
Ese mismo mensaje aparece en carteles y pancartas en la capital del sur del país africano, Juba.
CLAROSCURO
- EE.UU., Noruega y el Reino Unido han apostado por ofrecerle incentivos económicos al presidente de Sudán, Omar Bashir, quien controla el norte del país, incluida la capital.
- Esto, a pesar de que Bashir ha sido sindicado por organismos internacionales como el principal responsable de crímenes de lesa humanidad y de que la Corte Criminal Internacional de La Haya ha emitido dos órdenes de arresto en su contra bajo acusaciones de genocidio.
La oportunidad a la que se refieren tiene fecha fija: el próximo 9 de enero los habitantes del sur -principalmente cristianos y animistas- van a decidir si declaran la independencia del norte -mayoritariamente musulmán- para dar paso a la creación de un nuevo Estado en África.
Para esta región golpeada por la guerra, la votación es histórica y el grado de entusiasmo es alto pues muchos anticipan que el sur elegirá la secesión y la división de la nación más grande de África en dos.
Sin embargo, expertos y políticos extranjeros temen que se desate una nueva guerra, debido a lo frágil del equilibrio logrado con un tratado tras décadas de conflicto entre el norte dominado por árabes, con su gobierno musulmán en la capital, Jartum, y los rebeldes del marginado sur.
Hasta Clooney
El referéndum es parte del acuerdo de paz de 2005 que puso fin a más de dos décadas de guerra civil por cuestiones étnicas, petróleo, religión y recursos.
El enfrentamiento dejó a 2,7 millones de personas desplazadas y ha cobrado cientos de miles de vidas, como resultado de combates, hambre y enfermedad.
"Demasiadas personas han muerto como para perder esta oportunidad de elegir", le dice a la BBC Dhel, uno de los soldados convertidos en activistas por la independencia.
CHINA EN SILENCIO
- La comunidad internacional ha intentado mediar en negociaciones previas al referendo, pero China, que recibe la mayor parte de las exportaciones de crudo, se mantiene en silencio.
- Pekín -el principal inversionista y socio comercial de Sudán- ha vertido millones de dólares en infraestructura petrolera en el país y -según organizaciones de derechos humanos- es su principal vendedor de armas.
Pero los temores de la comunidad internacional han ido en aumento a medida que se acerca la fecha ante el riesgo de un nuevo conflicto, por las sospechas del sur de que sus enemigos del norte tratarán de echar por tierra el voto.
La Secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, declaró la situación en Sudán "una bomba de tiempo", y el país ha estado recibiendo preocupados visitantes de alto perfil -desde enviados del Consejo de Seguridad de la ONU hasta la estrella del cine de Hollywood George Clooney, a quien le agobia la posibilidad de un "genocidio"-.
Naciones Unidas y las agencias de ayuda dicen estar preparando planes de contingencia en caso de que se desate la violencia.
Con petróleo y sin afiliación
Los desafíos pendientes para celebrar la votación son enormes.
Algunos críticos dicen que no se tomó el tiempo necesario para organizar una votación creíble, pero muchos temen una guerra si no se lleva a cabo a cuando se anunció.
OFERTAS
- Occidente ha puesto sobre la mesa ofertas como levantar sanciones económicas, promover inversiones extranjeras y reintegrar a Sudán a los programas de instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
- Noruega ofreció su ayuda para aliviar la deuda externa del país que asciende a US$36.000 millones.
El sur es aproximadamente del tamaño de España y Portugal juntos, pero con sólo unos 60 kilómetros de carreteras asfaltadas.
Muchos también están preocupados por los 1,5 millones de sureños que la agencias de ayuda estiman viven en el norte, y qué va a pasar con ellos en caso de que se opte por la secesión del sur.
Pero quizás uno de los puntos más difíciles de sortear es el futuro de la codiciada e impugnada región fronteriza productora de petróleo, Abyei, que puede convertirse en un detonante.
En ese lugar habrá una votación simultánea sobre la posibilidad de unirse a la norte o del sur, en caso de que el país se divida en dos.
Ambas partes se han acusado mutuamente de aumentar sus tropas a lo largo de su frontera común y de bloquear a activistas, ya sea por la unidad o la independencia.
La ONU dijo que reforzará el número de tropas de paz en "zonas sensibles" a lo largo de la no delimitada frontera.
Petróleo para la guerra y la paz
Paradójicamente, mientras que las reservas de petróleo de Sudán fueron una fuerza motriz para la guerra en el pasado, existe la esperanza de que ahora podrían ser el motor para la paz.
Sudán es el tercer mayor productor de petróleo en el África subsahariana, y más del 80% de las reservas de petróleo conocidas del país se encuentran en el sur.
Pero como todas los oleoductos corren por el norte, los líderes señalan que ambas partes se beneficiarían si pudieran lograr un acuerdo pragmático.
"Es de nuestro interés ver que el norte siga siendo un Estado viable, tal como debe ser en el interés del norte que el sur de Sudán sea viable también", dijo el presidente sureño y vicepresidente de de Sudán, Salva Kiir.
Tras el parto, amistad
Pese a las advertencias sombrías de fuera, hay una increíble sensación de optimismo y esperanza en las calles de Juba.
"Dígale al mundo exterior que no estamos hablando de conflictos, sólo de la libertad de elegir nuestro propio destino", le pide a la BBC William Lucas, un estudiante en la Universidad de Juba.
"Hablar de la guerra conduce a la guerra", añade.
"Hay muchos cínicos que dicen que Sudán es un matrimonio en permanente divorcio", dice la enfermera Mary Tombe.
"Pero nosotros vemos a Sudán como una madre que engendra dos mellizos. Y cuando el dolor del parto se acabe, los dos niños podrán crecer como amigos".
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