Terremotos en Haití y Chile, olas de calor y heladas, volcanes en Islandia y Filipinas, inundaciones en Pakistán, Colombia y México...
2010 sufrió más desastres naturales que lo habitual, cobrándose un cuarto de millón de vidas, y se convirtió así en el año más mortífero en una generación.
Además, la incidencia de desastres naturales provocó cuantiosas pérdidas económicas y dejó cientos de miles de damnificados.
"En los últimos 25 a 30 años no muchos años pueden compararse con 2010", le dijo a BBC Mundo Margareta Wahlstron, representante de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (EIRD), un organismo de Naciones Unidas.
Debemos entender y educar a la población, porque ésta podría ser cada vez más la norma
Margareta Wahlstron, EIRD
Hasta el 30 de noviembre, casi 260.000 personas habían muerto en desastres naturales durante 2010, mientras que en 2009 no superaron las 15.000, según datos de la agencia de seguros Swiss Re, con sede en Ginebra.
La ecuación de más catástrofes, más mortíferas y más costosas no debe verse como una situación aislada o una serie de eventos fortuitos.
Según expertos consultados por BBC Mundo, la cantidad de desastres naturales ocurridos en 2010 no son un fenómeno extremo exclusivo de un mal año, sino la continuación de una tendencia que podría ver más desastres naturales en el futuro cercano.
"Debemos entender y educar a la población, porque ésta podría ser cada vez más la norma", advirtió Wahlstron.
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Terremotos, los peores
Para los expertos consultados por BBC Mundo, el terremoto ocurrido en enero en Haití fue, desde el punto de vista humano, la peor tragedia natural de 2010.
La pobreza, el estado de la infraestructura y la ineficiencia del gobierno, así como el impacto de la deforestación y la densidad poblacional en áreas vulnerables, exacerbaron el impacto del poderoso sismo.
En total se estima que unas 200.000 haitianos murieron, y a casi un año del del terremoto cerca de 1,3 millones de personas siguen viviendo en campamentos de refugiados.
En febrero, un terremoto 500 veces más poderoso que el que azotó Haití sacudió un área en Chile que es menos poblada, tiene mejores construcciones y menos pobreza. El sismo causó menos de 1.000 muertes.
En general, 2010 fue uno de los años de mayor intensidad sísmica en las últimas décadas.
Según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, hasta el mes de diciembre ocurrieron 20 terremotos de magnitud de siete o más en la escala de Richter, comparado con los 16 usuales. Asimismo, en 2010 ocurrieron los sismos más poderosos desde 1970.
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¿Cuán extremos?
En segundo lugar de la lista de los peores desastres de este año figuran las inundaciones en Pakistán, según los analistas consultados por BBC Mundo.
Además de la pérdida de 1.600 vidas, el fenómeno tuvo un fuerte impacto en la agricultura y la infraestructura, que tomarán décadas en ser reconstruidas.
Margareta Wahlstron, de Naciones Unidas, aseguró que aunque no fueron las peores inundaciones en la historia de Pakistán, se convirtieron en las más destructivas como resultado de un patrón climático extremo.
Otro fenómeno natural considerado grave en 2010 fue la ola de calor en Rusia, que fijó un récord nacional con temperaturas de hasta 43,8º C.
Ello contrastó con fuertes temporales invernales en Estados Unidos, Europa y Sudamérica, con nevadas récord en Rusia y China y copiosas lluvias e inundaciones en México, Colombia y Venezuela, entre otros países.
Según el Centro Nacional de Datos Climáticos en Estados Unidos, la temperatura global promedio del año hasta fines de octubre fue de 14,74º C, ligeramente más alta que el récord previo de 2005.
Así, 2010 podría cerrar como uno de los tres más cálidos de la historia, según la Organización Meteorológica Mundial.
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El papel del hombre
"Este año ha sido un terrible recordatorio de lo que parece estar convirtiéndose en una nueva norma", le dijo Wahlstron a BBC Mundo.
Los científicos han vaticinado más -y más frecuentes- desastres naturales como consecuencia del cambio climático y el calentamiento global: el clima podría volverse más extremo y más impredecible.
"El peligro radica en que cada vez habitan más personas en áreas vulnerables y no se hace nada para prohibir que se creen nuevos asentamientos poblacionales o ciudades en regiones propensas a la actividad sísmica o en zonas costeras donde el impacto de huracanes, ciclones, tifones y tsuimanis es mayor", agregó la especialista.
"Las decisiones que no se tomen hoy tendrán un impacto en los próximos 20 años", advirtió Wahlstron.
"Cada vez que los gobiernos no se pongan de acuerdo para tratar de reducir el impacto de las actividades del hombre en la naturaleza, las catástrofes podrían ser peores".
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