sábado, 24 de enero de 2015

La cooptación de las instituciones judías

 Por Jorge Elbaum *

El acto que se desarrolló el miércoles 21 de enero escenificó un posicionamiento que ya es un secreto a voces. La presencia en el acto de la calle Pasteur del variopinto arco opositor puso en evidencia la partidización de las instituciones comunitarias. Tanto la AMIA como la DAIA son organismos no gubernamentales dedicados –según sus estatutos– a las actividades mutuales solidarias, la primera, y a la lucha contra toda forma de discriminación, la segunda. Sin embargo, el ansia de protagonismo, los efectos mediáticos del atentado del año 1994, las características ideológicas de sus dirigentes y la ausencia de los judíos progresistas dispuestos a dar la pelea por sellos a los que consideran no representativos, han permitido la cooptación por parte de la oposición vernácula. Instituciones que tenían misiones relacionadas con la ayuda social o con el combate a la judeofobia terminaron siendo parte del ajedrez político, agrupando a un porcentaje inmensamente minoritario de los argentinos de origen judío residentes en nuestro país.

Sólo el veinte por ciento de los argentinos de origen judío son parte del entramado institucional comunitario. La inmensa mayoría de los judíos desconoce o es indiferente a la pretensión hegemónica que hacen la AMIA o la DAIA de su institucionalidad. Estudiantes, académicos, activistas sociales, profesionales, científicos, cooperativistas, industriales, cineastas, escritores, músicos, militantes políticos, funcionarios y artistas desconocen absolutamente aquello que los dirigentes comunitarios pretenden enunciar en su nombre. Sólo 150 “votantes” –en el caso de la DAIA– eligen a quienes se instituyen en la voz “política” de los judíos argentinos. Y entre esas 150 personas no figura un solo nombre relevante en cuanto a su reconocimiento por parte de la sociedad argentina. Sin embargo, esos 150 “enviados de las instituciones” eligen a 20 personas que interactúan con ministras/os y/o presidentas/es investidos por la representación de 300 mil argentinos de origen judío.

La politización de ambas instituciones fue paralela al abandono de las misiones institucionales presentes en sus estatutos: la AMIA, por ejemplo, sólo permite asociados judíos en clara transgresión a la ley, que impide la discriminación por género, religión o cultura, mientras que la DAIA olvidó dedicarse a la lucha contra toda forma de discriminación, tal como figura en sus postulados. El “olvido” de sus objetivos fundacionales fue coherente con la mutación de las instituciones de base y del perfil de la población judía: durante gran parte del siglo XX ambos organismos fueron liderados por tradiciones laboristas y socialistas. Hubo un tiempo en que “lo comunitario” suponía una estrategia defensiva común contra las persecuciones de La Liga Patriótica –financiada por la Sociedad Rural–, la Alianza Libertadora Nacionalista y Tacuara, entre otros grupos filonazis. Los dirigentes comunitarios arriesgaban sus vidas al pedir explicaciones en comisarías o en instituciones educativas donde sus hijos muchas veces eran acosados con insultos antisemitas.

Las mutaciones de “lo judío” se iniciaron en los años ’60 y ’70, cuando lo hebreo dejó de ubicarse en los márgenes de la humanidad para iniciar su camino hacia los centros de poder internacional. Lo “judío” empezó a alejarse de lo discriminado y los judíos dejaron de ser la imagen del intelectual, el artista, el filósofo, el pensador, el errante y/o el revolucionario para convertirse en una figura más aceptada (a veces “pintoresca”) en los círculos de poder. En nuestro país –por ejemplo– en la década del ‘90 se iniciaron los festejos por la posibilidad que les daban a algunos integrantes de la colectividad de ser parte del Jockey Club, la misma casa que los excluyó y los humilló décadas antes. Lo llamativo del viraje fue (y sigue siendo) la parsimonia amnésica con la que el judío “hegemónico” se adentra en los pasillos luminosos y espejados de los sillones bienpensantes: nunca se le pidió autocrítica ni se le exigió una reparación a las castas oligárquicas que siguen pronunciando tras bambalinas el ritual del judío deicida. Tampoco se les pidió corrección política a la hora de cuestionar el racismo que siguen postulando hacia todo lo que huela a sectores populares.

En un reciente trabajo historiográfico, Enzo Traverso nombró esta deriva como “El fin de la modernidad judía. Historia de un giro conservador”[1]. Este final de ciclo consiste, según el historiador italiano, en dos movimientos paralelos: por un lado la renuncia a ser parte de quienes intentan subvertir las estructuras discriminatorias que generaron desigualdad, racismo y judeofobia y, por el otro, la participación dentro del escenario del poder hegemónico. Lejos de esa lectura “histórica”, los dirigentes locales comenzaron a caminar los pasillos del poder real y empezaron eufóricos a codearse con los exitosos empresarios gentiles. En ese tránsito, se ubicaron a miles de kilómetros de los perfiles difundidos por Simón Radowitzky, Marcos Osatinsky, Juan Gelman, Bernardo Verbitsky, Raúl Kossoy, Moisés Lebensohn, Elías Seman y tantos otros ligados a las luchas solidarias y justicieras del pueblo argentino. Más aún: esos nombres de judíos subversivos fueron sistemáticamente borrados de los anaqueles y de la memoria o el conocimiento dirigencial. El solo hecho de difundir sus biografías empezó a ser vivido con escozor y vergüenza. No se habla de ellos porque no responden al physique du rôl identitario hegemónico actual. En síntesis: en el medio de un gran atolladero de la significación, sólo aparecen como “judíos”, en la actualidad (en la versión de las autodenominadas instituciones centrales) quienes permanecen ajenos a las luchas sociales de nuestro país o quienes coquetean con los actores deshilachados de la oposición.

La expresión más acabada de este giro derechizador se evidenció en los años ’90, al igual que en gran parte de la sociedad argentina. El neoliberalismo cambió la agenda de ambas entidades y el componente empresarial desplazó a los “activistas sociales” característicos de las décadas anteriores. El nuevo rol asumido implicó una avanzada desde donde articularse con el establishment del sistema político local y con las corporaciones empresariales y políticas. Las componendas entre José Beraja, el menemismo, la SIDE de entonces, Alfredo Neuberger y sus penalistas amigos, quedaron expuestas en la complicidad espuria orientada a ocultar o plantar pistas falsas en relación con el atentado. El resultado fue la separación del juez Galeano y los procesamientos del ex presidente de la DAIA, del titular de la SIDE menemista, Anzorreguy, y del Fino Palacios, comisario de la Federal, entre otros. Este último irrumpió años más tarde como titular de la policía metropolitana de Macri y con las escuchas telefónicas ilegales, entre otros, a un familiar de los muertos en la AMIA, Sergio Burstein.

La foto divulgada en el día de ayer por la AMIA y la DAIA, referida al acto en la calle Pasteur, en la que posan Ernesto Sanz, Julio Cobos, Francisco de Narváez y Patricia Bullrich, atestigua que el giro conservador fue “eficiente”: ya pueden borrarse de todas las fotos las figuras de esos inmigrantes y sus hijos que colaboraron en la construcción de un país en donde la solidaridad, la justicia social y la sensibilidad hacia los marginados eran postulados como el principio fundador de ambas instituciones. Ahora sí, sus dirigentes podrán ser invitados a los fastos del Jockey Club, disimulando (o negando) que tienen el mismo origen que quienes contribuyeron (incluso entregando su vida) a un país inclusivo y libre de discriminación.

[1] Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2014.

* Sociólogo. Ex director ejecutivo de la DAIA.

 

jueves, 22 de enero de 2015

Cristina puso en duda el suicidio del fiscal Nisman: "Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible"

 "LA ACUSACION DE NISMAN CONSTITUYE UN VERDADERO ESCANDALO POLITICO Y JURIDICO"

A través de Facebook, bajo el título "AMIA y la denuncia del Fiscal Nisman. Los espías que no eran espías. Los interrogantes que se convierten en certeza. El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio", la presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, advirtió que en el caso del fiscal de la causa AMIA "no sólo hay estupor e interrogantes, sino que además una historia demasiado larga, demasiado pesada, demasiado dura, y por sobre todas las cosas, muy sórdida". "Repito -continúa la mandataria-, curiosa y sugestivamente se intenta convertir, 21 años más tarde, en encubridores, por tratar de que se le pueda tomar declaración a los imputados iraníes mediante un Tratado Internacional aprobado por Ley del Congreso. Pero creo que lo más importante es advertir que se intenta hacer con el juicio de encubrimiento lo que se hizo con el juicio principal 21 años atrás: desviar, mentir, tapar, confundir." "Hoy más que nunca -agrega-, no se debe permitir que una vez más se intente hacer con el juicio de encubrimiento lo que ya se hizo con la causa principal. Porque se descubrirá a los autores del atentado cuando se sepa quiénes los encubrieron. Porque los delitos no tienen razones, sólo tienen móviles, y en Argentina todavía debemos explicar lo más obvio y simple."

En otra carta difundida por la misma red, CFK señala que "ayer (miércoles 21 de enero) los argentinos tomamos conocimiento de la denuncia completa del Fiscal Nisman. Siempre se ha dicho que el idioma inglés, a diferencia del español, no tiene tanta diversidad de palabras para definir objetos, situaciones, adjetivos, etc. Y es cierto. Pero debo reconocer que en esta oportunidad, al ver y leer en el día de la fecha la tapa del diario porteño ¨Buenos Aires Herald¨, la economía de vocabulario tiene también sus ventajas".

"En efecto -agrega-, el referido matutino expresa su opinión sobre la denuncia del Fiscal Nisman y lo hace con precisión quirúrgica, o tal vez lingüística. Sobre un facsímil del dictamen, dos palabras inapelables: 'Nothing new'. En español: 'Nada nuevo'", ratifica la Presidenta.

Más adelante, Cristina sostiene que "por si no bastaba, (el Herald) agrega como subtítulo: 'El reporte de Nisman fracasa en avivar las llamas de conspiración'. Fracaso y conspiración, dos palabras que si hubiera utilizado esta Presidenta sería objeto de las peores críticas. Creo que nadie podrá acusar al periódico de habla inglesa de ser un medio afín o cooptado por el Gobierno.

"Podría mencionar también el análisis de Horacio Verbitsky: 'Alerta roja', publicado en Página/12 también en el día de la fecha (por el miércoles 21), o el de Raúl Kollmann, en el mismo diario, páginas 2 y 3… pero ya se sabe, no faltaría quienes los impugnaran pese a ser ambos periodistas quienes han analizado y seguido el caso AMIA desde sus orígenes.

"Inclusive Horacio Verbitsky preside el CELS, que representa a familiares de víctimas del atentado, que integran el colectivo Memoria Activa.

"Bueno Aires Herald, Página/12 y otros medios (no quiero ser injusta con nadie), derribaron como un castillo de naipes lo que fue presentado como 'la denuncia del siglo' que demostraría nada más ni nada menos que la complicidad de la Presidenta de la República, de su Canciller y del Secretario General de La Cámpora, en el encubrimiento de los iraníes acusados de haber participado e el atentado de la AMIA hace 21 años.

"Por mi parte, debo confesar que una rápida lectura de la denuncia publicada en el CIJ, sitio informático de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, no hizo más que confirmar mis peores sospechas, y encontrar respuesta a muchos de los interrogantes que planteé el día 19 del corriente en la ÚNICA carta que escribí y compartí con el Pueblo argentino: 'AMIA. Otra vez: tragedia, confusión, mentira e interrogantes'.

"Única con mayúscula se debe a que en el día de la fecha se publicó y habló de: 'Una nueva carta de Cristina' (sic). NO. La carta fue una sola, difundida por distintos sistemas de la red. Basta con leer el texto. Pero en la Argentina, tal como siempre lo afirmo, todos los días hay que volver a explicar lo obvio y simple.

"Esta es la segunda y con motivo, precisamente, de haber conocido finalmente el texto de la denuncia, al igual que el resto de los argentinos. Saludable signo democrático. La Presidenta denunciada se entera al mismo tiempo que el restos de los 40 millones que tiene la responsabilidad de representar.

"Decía que la lectura de la misma no hizo más que confirmar mis peores sospechas. Tenía razón el 'Buenos Aires Herald': 'Nada nuevo'. Pero también por otras razones: al informe de Nisman le 'plantaron' información falsa. Casi una réplica de lo que me tocó ver en la comisión que seguía la investigación de la causa principal. Los presuntos agentes de inteligencia que Nisman identificaba como miembros de una ¨SIDE paralela¨ en conexión ¨directa¨ con la Presidenta, Ramón Allan Héctor Bogado y Héctor Yrimia, NUNCA habían pertenecido a la Secretaría de Inteligencia, bajo ningún carácter. Es más, con fecha 12 de noviembre del 2014 la Secretaría de Inteligencia denunció criminalmente al Sr. Bogado por la posible comisión del delito de 'tráfico de influencia', ya que presentaba ante funcionarios de Aduana como personal de inteligencia. La causa tramita en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 9.

"Por si fuera poco, el 7 de agosto del 2013 se recibió en la Secretaría de Inteligencia un oficio librado por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 en una causa por el delito de 'extorsión' en el cual se solicitaba si Ramón Allan Bogado, prestaba servicios en dicha dependencia, y en caso afirmativo, debía concurrir al Tribunal a declarar. Todo lo precedentemente detallado fue informado al Juez Lijo a requerimiento del mismo, por haber quedado radicada la denuncia de Nisman en el juzgado a su cargo.

"Dichas actuaciones tuvieron lugar antes de que asumieran las actuales autoridades de la Secretaría y quien puso en conocimiento de las mismas a sus superiores fue precisamente el entonces Director General de Operaciones, Ing. Antonio Horacio Stiusso el día 10 de noviembre de 2014. La denuncia fue presentada al día siguiente.

"Aquí es bueno recordar declaraciones del Fiscal Nisman realizadas el 14 de enero de 2015 en el programa 'A dos voces' del cable TN (ya saben de quienes se trata). Alli, ante una pregunta sobre el Ing. Stiusso: Alfano: '¿Y qué hizo Stiusso?', Nisman contesta: 'Absolutamente todo lo que yo le pedía. Con quien coincidía muchas veces y tenía muchísimas discrepancias. Stiuso en un excelente profesional. No tengo dudas, pero a veces Stiusso como todo hombre de inteligencia venía y me decía “tengo ésta prueba, en tal hecho participó fulano” y la explicación que me daba cuando me hablaba era coherente, la prueba la daba un informante de la triple frontera, “pero escúcheme, para inteligencia es bárbara ésta prueba, yo tengo que ir ante un tribunal, me sacan corriendo, que digo me lo dijo el señor Stiusso” y se generaban discusiones. Yo solamente validaba jurídicamente lo que le podía dar validez judicial'. Textual.

"Si Stiusso era el que le daba toda la información que Nisman pedía y tenía, es más que evidente que fue el propio Stiusso el que le dijo (¿o le escribió?) que Bogado e Yrimia eran agentes de inteligencia. ¿Es posible que se haya olvidado que él mismo lo había denunciado en noviembre del año pasado y se había iniciado causa judicial? Y si se había olvidado un hombre tan memorioso ¿No consultó con la oficina de Recursos Humanos?

"Aquí cobra especial importancia las declaraciones del Juez de la causa Dr. Canicoba Corral, quien se ha referido críticamente a la participación del Ing. Stiuso, manifestando que en lugar de colaborar, terminó dirigiendo la investigación. Personalmente creo que hacía algo más que dirigirla. Los hechos hablan por sí solos.

"Si entonces todo es falso. Si los agentes no son agentes. Si Interpol, en la persona de su ex jefe Ronald Noble, demolió la acusación sobre las alertas rojas afirmando que lo que decía Nisman era falso. Si el comercio con Irán decrece en vez de aumentar luego del Memorándum. Si los que venden granos no son ni la Presidenta, ni el Canciller, ni el Secretario General de La Cámpora, sino en forma privada y sin intervención del Estado, entre otras, las firmas: Bunge, Cargill, Nidera, Oleaginosa Moreno de la firma suiza Glencore, Aceitera General Deheza, Molinos Rio de La Plata, Vicentin, inclusive el Sr. Jorge Aranda directivo de Clarín, quién triangula operaciones de venta de arroz a Irán a través de la firma Molinos Libres SA. Como se verá, empresas y empresarios que no son precisamente 'amigos' del Gobierno, como gusta adjetivar Clarín a algunos que no responden a sus directivas o invitaciones.

"Si además el Gobierno nunca compró petróleo a Irán. Si además el supuesto agente iraní Jorge Alejandro Khalil aparece asociado comercialmente a su hermano Alberto Amado Edgardo Khalil, quien se desempeñó como Director General de Asuntos Jurídicos de la Legislatura porteña, designado por el entonces Vicepresidente de la Legislatura Santiago de Estrada y el entonces Secretario Administrativo Oscar Moscariello (hoy Vicepresidente de BOCA Jr. y dirigente del PRO). Luego, por Decreto, se le otorgó Poder General Judicial para representar al Gobierno de la Ciudad, y renuncia a la Dirección General de Asuntos Jurídicos 8 días después del procesamiento y dictado de prisión efectiva al ex Jefe de la Policía Metropolitana Jorge 'el fino' Palacios por espionaje telefónico, entre otras personas, a familiares de víctimas de la causa AMIA.

"Resulta extraño que quien profesa con tanto fervor la fe islámica, lo cual merece mi mayor respeto, y es un incondicional defensor de la República Islámica Irán, algo completamente legal en Argentina, se asocie con dirigentes de un partido manifiestamente anti-iraní. Porque si bien los parientes no se eligen, los socios comerciales sí.

"Asimismo llama la atención que el Fiscal Nisman, o quienes lo asesoraban en la investigación, se hayan interesado únicamente en escuchar telefónicamente a Khalil cuando hablaba con determinadas personas. En cualquier parte del mundo una investigación antiterrorista seria, lo primero que hace es determinar vínculos comerciales, de financiamiento, etc.

"Es más, si algún Juez o Jueza profundiza la investigación sobre este ciudadano, además de escuchar su teléfono, tal vez se encuentre con información que nada tiene que ver con la religión, con Irán y con todas las cosas que parecen ser. Porque en la Argentina, como en todos lados, no todo lo que parece es y viceversa.

"En síntesis, la acusación de Nisman no sólo se derrumba, sino que constituye un verdadero escándalo político y jurídico. Y ahí está una de las claves. El Fiscal Nisman no sabía que los agentes de inteligencia que él denunciaba como tales, no lo eran. Mucho menos que uno de ellos había sido denunciado por el propio Stiusso.

"Tampoco investigó, fuera de las escuchas que le suministraba Stiuso, al ciudadano Jorge Alejandro Khalil.

"A esta altura los interrogantes que me planteaba el 19, se van convirtiendo en certezas, igual que cuando se avanzaba en la investigación de la causa AMIA.

"La denuncia del Fiscal Nisman nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el Gobierno. Se derrumbaba a poco de andar. Nisman no lo sabía y probablemente no lo supo nunca. La verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del Fiscal después de acusar a la Presidenta, a su Canciller y al Secretario General de La Cámpora de ser encubridores de los iraníes acusados por el atentado terrorista de la AMIA.

"El estrépito de la denuncia, sumado al marco internacional por lo sucedido en Francia, que aún sin pruebas ni sustento, plagada de información 'plantada', quedaba sepultada por la muerte del Fiscal. Eso sí, bajo la forma de aparente suicidio. Recurso que ya ha sido utilizado en muchos casos tristemente célebres. Quiero recordar uno en especial para retomarlo más adelante, el de Lourdes Di Natale quién se 'suicidara' tirándose por un balcón.

"Al Fiscal Nisman no lo hacen volver sólo para denunciar algo que sabían no tenía sustento y que no podía perdurar. Cuando la periodista Sandra Russo analiza el caso en Página/12 bajo el título 'El truco de la confusión' y afirma: 'Quisieron usar vivo a Nisman y ahora lo usarán muerto', se equivoca. Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible.

"Porque surgen nuevos interrogantes a medida que se hacen públicas muchas cosas. ¿Porque habría de suicidarse alguien que escribe un mensaje en su chat como el que escribe el Fiscal Nisman cuando explica a un grupo cerrado de amigos su regreso intempestivo al País? En un tono casi épico, reflejando que venía a cumplir una tarea 'para la que se había preparado pero no se la imaginaba tan pronto'”, finaliza su análisis la Presidenta.

 

miércoles, 21 de enero de 2015

Charlie Hebdo y el Choque de las Civilizaciones

© REUTERS/ Juan Medina

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Firmas

11:34 14.01.2015(actualizada a las 15:07 14.01.2015)

Vicky Peláez

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Lo que no se vale es la hipocresía y la doble moral de quienes condenan una forma de terrorismo y al mismo tiempo tratan de justificar el terror de los estados

— Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz

Los lamentables y repudiables acontecimientos relacionados en el atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo el pasado 7 de enero, y que tantas interrogantes han sembrado en el mundo, no podrían ser entendidos sin una breve revisión de la historia reciente pues desde hace un tiempo los científicos sociales vienen advirtiendo sobre la confrontación o el choque de las civilizaciones que llevarán al planeta entero al caos.

En realidad la tragedia de Charlie Hebdo habría comenzado a gestarse a partir el sangriento atentado contra las Torres Gemelas el 11 de setiembre de 2001 cuando el mundo occidental se había sumergido en una época de "guerras preventivas", terror y caos "programados" como parte del proceso anunciado por George W. Bush para "liberar el mundo de malhechores" (evildoers).

Aquel año se convirtió en el momento clave en la historia moderna de los Estados Unidos pues todo lo que quedaba todavía de democracia se había convertido en la aliada incondicional del Estado y sus intereses nacionales determinados por un compacto grupo de belicosos "halcones iluminados".

En su afán de crear un Orden Mundial controlado exclusivamente por Norteamérica, estos globalizadores apelaron a la tesis del estudioso de Harvard Samuel Huntington formulada oficialmente en 1993 pero ya discutida al final de los 1980. En el artículo "The Clash of Civilizations" publicado en Foreign Affairs, Huntington advirtió la necesidad de reconfigurar el existente orden mundial debido a un inminente "choque de civilizaciones".

Fue el mismo Huntington que en su libro "Political Order In Changing Society" (1968) anunció que "las diferencias entre la democracia y la dictadura son menores en comparación con las diferencias entre los países cuyas políticas están basadas en el consenso, legitimidad, estabilidad, organización y las naciones a cuyas políticas les faltan estas cualidades". Es decir, ya en los años 1960 Huntington no excluía la posibilidad de transición del mundo occidental hacia una dictadura.

Respecto al choque de civilizaciones, Huntington consideraba que "estamos asistiendo el final de una era de proceso determinado por las ideologías occidentales y estamos entrando en una era en la que las civilizaciones múltiples y diversas interaccionarán, competirán y se acomodarán unas a otras". En este reacomodo vio al Islamismo "como la única civilización que había puesto en peligro la supervivencia del Occidente".

En su percepción la civilización islámica se considera "superior al Occidente" en términos de los valores morales y a la vez por "vía demográfica" en el 2025 el 25 por ciento de la población mundial será musulmana. En estas condiciones, según este profesor de Harvard será inevitable el choque de la civilización occidental con la musulmana y posteriormente con la asiática debido a su creciente potencial económico.

Los estrategas norteamericanos decidieron adelantar este "choque de civilizaciones" en agosto de 1990 atacando a Irak durante siete meses con el consentimiento de las Naciones Unidas (ONU). Posteriormente durante el gobierno de Bill Clinton (1993-2001) varios países del Medio Oriente fueron bombardeados a "discreción", mientras los servicios de inteligencia y en especial la CIA y la DIA (Defense Intelligence Agency) creaban condiciones para una pronta intervención de los Estados Unidos en el Medio Oriente. Por supuesto que a Washington, no sólo le interesaba el establecimiento del control absoluto en la región usando su política de "divide y reina" sino sus abundantes recursos energéticos y los acuíferos (Libia).

Después de unos 10 años de preparación, finalmente "se presentó el pretexto" adecuado — el atentado contra las Torres Gemelas para desatar la "guerra preventiva" contra el Medio Oriente, iniciándose la masacre de Afganistán e Irak, siguiendo después Libia y ahora Siria. Actualmente todo el Medio Oriente está involucrado en un tumulto de la guerra "contra el terrorismo" que fue transformada por la prensa globalizada al servicio incondicional de Washington en un "choque de civilizaciones" para prevenir supuestamente acontecimientos anunciados en 1993 por Samuel Huntington. Hace unos 10 años uno de los más lúcidos historiadores y pensadores norteamericanos, Howard Zinn formuló la pregunta: "¿cómo se puede hacer una guerra contra el terrorismo si la propia guerra es terrorismo?".

 

© REUTERS/ Larry Downing

La CIA recolecta datos sobre las transacciones financieras de los estadounidenses

Por supuesto, casi nadie tomó en cuenta su pregunta porque, en términos de Zinn, el "mayor problema de Estados Unidos es la obediencia civil". Los medios de comunicación globalizados desataron lo que podemos llamar un terrorismo mediático sicológico contra el pueblo norteamericano y de paso proyectándose cada día más hacia la Unión Europea para atemorizar a sus pobladores y hacerlos más desinformados, dóciles e inseguros. Los periodistas que se atrevían a desafiar la guerra mediática de desinformación sufrían sus consecuencias. Es un ejemplo lo que le pasó al ganador de dos Premios Pulitzer, Gary Webb. Este reveló los quehaceres de la CIA en el mundo de la droga en sus artículos y el Libro "Dark Alliance" como resultado todos los medios de comunicación le dieron espalda y el autor terminó "suicidándose" con dos balas en la parte posterior de la cabeza. El carro del periodista de Rolling Stone, Michael Hastings sufrió una explosión que cegó la vida del escritor después de publicar su artículo: "Why Democrats Love to Spy on Americans".

Ambos fueron víctimas de la guerra contra el terrorismo porque el uso de este método por el estado implica inmediatamente la militarización y domesticación de la democracia. La Ley Patriota no tiene mucha diferencia de las leyes de seguridad de estado promulgados por Pinochet, Videla, Stroessner y tantos otros dictadores que ha visto el mundo moderno. Norteamérica ya tomó el curso hacia la instalación paulatina de una dictadura. Lo que le faltaba era arrastrar lentamente hacia el mismo modelo a la vieja Europa, pues la nueva Europa ex socialista aprendió rápidamente la consigna de George W. Bush: "el que no está con nosotros, está contra nosotros", convirtiéndose Polonia, repúblicas bálticas y ahora Ucrania en satélites incondicionales, belicosos y vociferantes del Gran Patrón.

La vieja Europa resistía al comienzo a las presiones de Washington, después empezó a disimular que se oponía, finalmente cedió y se enganchó al mismo carro de la guerra contra el terrorismo. Decía el poeta uruguayo, Juan Gelman: "No olés a viejo Europa. Olés a doble humanidad, la que asesina, la que es asesinada". Francia, la ex cuna de la libertad, la fraternidad, la igualdad junto con Alemania se pusieron de rodillas ante el Gran Patrón olvidándose de su propia dignidad y lo siguieron obedientemente en su cruzada contra el Islam, sin tomar en cuenta que más del 6 por ciento (1,8 millones) de la población francesa son musulmanes, especialmente argelinos. Mientras más caían los países europeos en las garras de Estados Unidos más estaba creciendo la xenofobia a los musulmanes en la Unión Europea.

 

© AP Photo/ Thibault Camus

Francia, blanco del terror islamista

La izquierda y la derecha se confundieron prácticamente en un abrazo xenofóbico frente a la indiferencia de la población que cada vez se volvía más alineada con la guerra contra el terrorismo, especialmente en esta época de crisis económica. Los gobernantes llegaron a tal nivel de sometimiento que hasta sacrificaron los intereses nacionales de sus países, adoptando por ejemplo, las sanciones contra Rusia, que ocasionaron a la Unión Europea una pérdida de más de un billón de euros (millón de millones). Cada vez, cuando alguno de los líderes europeos se atrevía a sugerir terminar las sanciones contra Moscú, recibía amonestaciones del Gran Patrón.

Muchos analistas consideran sospechoso que el atentado terrorista contra la revista Charlie Ebdo se haya producido dos día después de la declaración del presidente de Francia Francois Hollande en la Radio France Inter (5 de enero) donde decía que habría que terminar las sanciones contra Moscú porque están afectando los intereses de Europa. También terminado el estupor que produjo la masacre de Paris empezaron a aparecer vestigios que comienzan a despertar sospechas sobre los autores del atentado. Sus ejecutores mostraron un nivel de profesionalismo de comandos militares, actuando fríamente, siguiendo un esquema trazado con el conocimiento del lugar y posiblemente disponiendo de la información del interior del recinto, la hora de la reunión de la redacción y la ubicación de sus miembros.

Es dudoso que teniendo este nivel de preparación alguien del equipo hubiera dejado en el asiento del chofer sus documentos de identidad que llevaron a la muerte a los hermanos Chérif y Said Kouachi. Resulta que los dos estaban en la lista de los servicios de inteligencia francesa como colaboradores y también eran conocidos por la CIA. 

 

© AP Photo/ Francois Mori

Atentado en París confirma la necesidad de la lucha conjunta contra el terrorismo

Los videos que se difundieron a nivel mundial donde el carro en que se escaparon los terroristas tenía dos espejos laterales del color blanco, mientras los del carro capturado mostrado por la policía eran negros. También se ve que el policía que cayó y contra el cual disparó uno de los comandos no presentó ni una mancha de sangre en su cabeza o cuerpo. Finalmente, el comisario de la policía, Helric Fredou, un profesional de alto nivel que estaba a cargo de la investigación del atentado, inesperadamente murió suicidándose mientras escribía el informe final. Sus colegas rechazan las versiones de estress o enfermedad. Lo curioso que este incidente no fue cubierto por DPA, AFP, AP, Reuters etc.

El semanario satírico Charlie Ebdo, cuya idea inicial en sus primeros años en los 1990 era luchar contra el fascismo y como declaró alguna vez uno de sus fallecidos dibujantes, Charb: "ninguno de nosotros se atrevía a defender la derecha, a la que combatimos a fondo". Sin embargo, el ambiente xenofóbico creado por la guerra globalizada mediática poco a poco influyó en las caricaturas que creaban Charb, Cabu, Wolinski y Tignous. A pesar de sus declaraciones que no querían ofender a los musulmanes y simplemente trataban que "el Islamismo sea tan banal como el Catolicismo". La realidad era algo diferente, pues mostrar al Profeta Mahoma en forma de un chancho volador disparando una Kalashnikov o presentando a Dios sodomizando a Jesús es realmente de mal gusto, ofensivo y ligado a la xenofobia y homofobia.

Sin embargo, el atentado contra esta publicación con raíces izquierdistas hizo unificar en Francia y el resto de Europa a toda la derecha recalcitrante cercana al fascismo con el pretexto de hacer frente unido contra al Islamismo en actual choque de civilizaciones. El caricaturista de la revista Bernard Holtrop, con el seudónimo Willem, declaró hace dos días que "los nuevos amigos de Charlie Hebdo me hacen vomitar. Nos hacen vomitar todas estas personas que de repente dicen que son nuestros amigos y encabezan la manifestación en Paris".

Uno de los más poderosos "nuevos" amigos", enviado de EEUU que asistió a la manifestación, el secretario de Justicia, Erik Holder, ya anunció una cumbre internacional de seguridad para el próximo 18 de febrero para unificar los servicios de inteligencia y no sería extraño para lanzar la idea de la necesidad de crear una Ley Patriota para la Unión Europea.

Dijo alguna vez el escritor uruguayo Eduardo Galeano que "para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas, siembra odio y cosecha coartadas".

 

HACE RATO SE HABIAN SACADO DE ENCIMA AL FISCAL ALBERTO NISMAN.

La lucha desesperada por ocultar a los verdaderos autores del atentado contra la AMIA 

Escrito por Gabriel Fernandez


Como no había ninguna imputación posible concreta contra el gobierno nacional, Nisman no tenía nada saludable –para esos poderes antinacionales- que decir. Y no lo dijo.

La lucha desesperada por ocultar a los verdaderos autores del atentado contra la AMIA

HACE RATO SE HABIAN SACADO DE ENCIMA

AL FISCAL ALBERTO NISMAN.

Lo básico es que como no había ninguna imputación posible concreta contra el gobierno nacional, Nisman no tenía nada saludable –para esos poderes antinacionales- que decir. Y no lo dijo.

Por Gabriel Fernández *

La Señal Medios

19/01/2015

 

Cuando lo llevaron a presentar denuncias sin pruebas, plenamente disparatadas, en contra de la única administración que intentó investigar seriamente el atentado contra la AMIA, lo suicidaron.

¿Quiénes? preguntará el lector.

Somos unos cuantos, pero nos conocemos bastante.

En principio, quienes efectivamente participaron del atentado; luego, quienes se beneficiaron con el mismo; y también, los que aprovechan los sucesos para golpear al proyecto nacional popular.

Es evidente que si alguien se niega a la única posibilidad de investigación sobre los eternos acusados, los iraníes, desea que los mismos sigan siendo imputados en un limbo incomprobable y que jamás se vire la mira en dirección más cercana.

Contrariamente a las primeras tonteras circulantes, al gobierno nacional le convenía que Nisman se presentara al Congreso con sus disparates, articulados sobre informes de Inteligencia realizados por agentes que cobraban sueldo del Estado pero trabajaban para otros intereses.

Cualquier entrevista razonable hubiera echado por tierra las argumentaciones de Nisman en 15 minutos.

Por eso, lo que resolvieron los interesados en ocultar lo ocurrido en la AMIA es suicidar al fiscal y sumir al gobierno en otro limbo de acusado eterno.

El fiscal puede haber tomado la determinación de modo personal, debido al dislate inadmisible que lo llevaron a cometer.

También, puede haber sido forzado a esa decisión para que no se tropezara al argumentar lo indecible.

Eso lo resolverá la Justicia, de ser posible.

Lo básico es que como no había ninguna imputación posible concreta contra el gobierno nacional, Nisman no tenía nada saludable –para esos poderes antinacionales- que decir.

Y no lo dijo.

Se ocuparon de lograr que no señalara nada que pudiera dañar el armado propagandístico.

Ahora bien: esto demuestra la gravedad de la situación.

Las portadas de algunos medios, por estas horas, dan cuenta de la participación de los mismos en esa arquitectura desesperada.

Tal vez sea tiempo de poner en el banquillo de los acusados a los verdaderos responsables del atentado a la AMIA.

Quizás están más cerca de lo que parece.

GF/

 Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios

 

 

 

lunes, 19 de enero de 2015

La Pax Americana

 Por Emir Sader

La revista The Economist anuncia que el próximo “Estado fallido” será Libia. ¿Próximo? Si ellos mismos confiesan que no hay Estado en el país, pues hay dos gobiernos, dos parlamentos, una disputa para ver quién dirige el banco central, la compañía de petróleo, no hay policía ni ejército nacional; varios grupos de milicias luchan por el control del territorio nacional, la infraestructura del país está en ruinas, los pozos de petróleo, disputados por distintas milicias, están siempre en riesgo de explotar; las torturas y las ejecuciones proliferan. Turquía, Qatar y Sudán apoyan a un bando, mientras Emiratos Arabes Unidos y Egipto apoyan al otro. Si esto no es un Estado fallido, ¿que más se necesita para que lo sea?

¿Quién es responsable por la destrucción de otro país en la región? ¿Ya no basta con lo que pasa en Afganistán, en Irak, en Siria, en Yemen?

Hay que recordar que los bombardeos que tuvieron como resultado la destrucción de Libia fueron autorizados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para “proteger a la población civil”, cuando ya se habían desatados combates generalizados por el poder en el país. Valiéndose de esa decisión e interpretándola a su manera, la OTAN bombardeó sistemáticamente el país, no con la intención de proteger a la población civil –quién puede estar protegido de los bombardeos de la OTAN–, sino para derrumbar el gobierno de Khadafi. Tanto es así que tan pronto como cayó el régimen y fue asesinado de forma vergonzosa el hasta entonces jefe de Estado, masacrado públicamente en manos de milicias, la OTAN dio por cumplida su misión de “protección de la población civil” de Libia, suspendió los bombardeos, al parecer Naciones Unidas pensó lo mismo, y Libia fue entregada a una brutal guerra civil entre grupos armados. A la vez que otros bandos se valían de los armamentos en manos de esas milicias para perpetrar atentados en otros países –como los realizados en Argelia y en Yemen– y organizar nuevos grupos fundamentalistas en toda la región. No sólo Libia no se ha estabilizado, sino que se ha vuelto un foco activo de desestabilización de varios países de la región. En el período de Guerra Fría había zonas de influencia de las dos superpotencias, aun cuando había conflictos graves –como la sangrienta guerra entre Irak e Irán–, el conflicto no se generalizaba al conjunto de la región, como sería hoy día. Terminada la Guerra Fría, con la victoria del campo occidental bajo el liderazgo de los Estados Unidos, se dieron las condiciones para que se impusiera la Pax Americana, ya sin límites. Pasábamos de un mundo bipolar a un mundo unipolar, bajo hegemonía imperial norteamericana.

Desde entonces pasaron a existir modalidades de invasión y destrucción de países, con Afganistán e Irak como casos iniciales, pero cuyo efecto destructor se ha diseminado por países como Libia, Siria, Yemen, con potencial de arrastrar a todos. Nunca el panorama fue tan desalentador y sin control en toda la región, con perspectivas de empeoramiento, conforme la acción militar y politica de Estados Unidos se intensifica, arrastrando a sus aliados –europeos, de América del Norte, de Oceanía– hacia nuevas aventuras militares.

Como consecuencia de las desastrosas y belicistas intervenciones lideradas por Washington, el talibán se ha fortalecido como nunca en Afganistán, Al QaIda retorna con fuerza, el Estado Islámico avanza en Irak y en Siria. Como respuesta, Estados Unidos lleva a sus aliados a comprometerse con una nueva ofensiva militar, que tiene como uno de sus efectos los atentados terroristas en Canadá, en Australia, ahora en Francia, haciendo que se extiendan como un reguero de pólvora los riesgos por todo el mundo.

Esa es la Pax Americana, el mundo prometido por EE.UU., victorioso en la Guerra Fría, a su imagen y semejanza. Un mundo que es víctima de sus tentáculos imperialistas y que nunca había estado tan en riesgo por la multiplicación de los epicentros de guerra.

 

domingo, 18 de enero de 2015

"EL 'CISNE NEGRO' DE RUSIA PODRIA ACABAR CON LA OTAN"

El politologo y ex subsecretario del Tesoro de EE.UU, opina que Rusia podria desatar el cisne negro, destruyendo asi el sistema financiero de Occidente…

  Por Paul Craig Roberts*

  El politólogo y exsubsecretario del Tesoro de EE.UU., Paul Graig Roberts, opina que Rusia podría desatar el ‘cisne negro’, destruyendo así el sistema financiero de Occidente.

  Paul Craig Roberts, en una entrevista con King World News, declaró que “si quiere, Rusia podría destruir el sistema bancario de Occidente, que nada más representa un castillo de naipes“.

  Al economista le sorprende la opinión de los “tontos”, que creen que “Rusia está acabada”.

  Roberts considera que si Rusia, como respuesta a los ataques contra el rublo, que tienen carácter político, decide pagar el tramo anual de sus deudas más tarde de lo previsto, eso terminará con los sistemas bancarios de los Estados europeos, muchos de los cuales están terriblemente descapitalizados.

  Pero lo más peligroso para Occidente, según Roberts, podría ser el ‘cisne negro‘ de Rusia: “Si Putin deja de vender gas o cualquier otro tipo de energía a los países de la OTAN, que intentan hundir su economía, esa maniobra podría acabar con la Alianza. Ningún país dejará que su población se hiele o que la industria se paralice”.

  El politólogo subraya que “las cartas están en manos de Putin y no de Washington, y la alegría por la crisis en Rusia es anticipada”.

  Fuente. RT

 

¿EL MUNDO VA A LA GUERRA?

  Por Enrique Lacolla*

 

El mundo camina por un andarivel peligroso, pero la gente no parece caer en la cuenta de ello. Al menos no del todo. La culpa de esta inconciencia o conciencia a medias no proviene tanto del público en sí mismo, como de la forma en que los medios y la prensa de occidente silencian o dejan en segundo plano datos claves que son necesarios para hacerse una idea acerca de qué es lo que pasa y por dónde estamos circulando.

  Sin embargo, las noticias están allí para quienes quieran tomarse el trabajo de pesquisarlas por Internet y traten de establecer los lazos que las vinculan. Este pequeño esfuerzo permite componer una visión de conjunto diferente y más problemática que el panorama que nos presentan los monopolios de la información.

  Este panorama, ya de por sí inquietante por los desastres varios, los escándalos y las crisis económicas que se nos sirven todos los días, se reviste de una difusa aura de irrealidad porque, según el discurso de los “mass-media”, tales convulsiones parecerían obedecer más al capricho de unos presuntos dictadores, al frenesí fundamentalista o a las incognoscibles fluctuaciones de “los mercados”, que a la determinación política que se mueve detrás de ellos.

  Es decir, más concretamente, al proyecto hegemónico que Estados Unidos lanzó no bien se hundió la Unión Soviética y que hoy, pese a los múltiples signos que anuncian su agotamiento, subsiste con una perseverancia irracional y aparentemente ajena a la comprensión de las catástrofes que puede suscitar tal persistencia.

  Hay varias informaciones que llaman la atención en estos días y que deberían suscitar un estado de alerta en la opinión pública global. Una es la resolución 758 del Congreso de los Estados Unidos, adoptada a principios de diciembre, por la cual se acusa a Rusia de haber invadido a Ucrania, condenando la violación de la soberanía ucraniana por parte de Rusia, sin prueba alguna de esta invasión se haya producido.

  Por otra parte, en dicha resolución no se dice palabra alguna acerca de la efectiva violación de la soberanía ucraniana en febrero de 2014, cuando la secretaria Estado adjunta, Victoria Nuland, se jactó de que su país había gastado 5.000 millones de dólares para derrocar al gobierno de Viktor Yanukovich, que era el mandatario legalmente elegido para presidir ese país.

  En el párrafo 13 de la misma resolución se exige a las fuerzas rusas que se retiren de Ucrania, a pesar de que el gobierno de Washington no ha presentado prueba alguna de que el ejército ruso haya penetrado allí; y también se exhorta al gobierno de Kiev a reanudar las operaciones militares contra las regiones de Donetsk y Lugansk, donde regiría un gobierno salido de unas elecciones “ilegales” y “fraudulentas”. [I]

  El documento abunda en otras afirmaciones que no rozan sino que se zambullen en el disparate, como decir que en 2008 Rusia invadió a Georgia. Incluso los países de la Unión Europea, que responden dócilmente al “diktat” norteamericano, reconocieron en esa ocasión que había sido Georgia la que había desatado una guerra injustificada contra Rusia. Con el aliento, agregamos nosotros, de la CIA y del aparataje de inteligencia occidental.

  La resolución 758 se configura como un flamígero panfleto guerrero. De declaraciones como esta estuvo empedrado el camino que llevó a las guerras de Vietnam, Afganistán e Irak. Sólo que en Ucrania es otro el cantar, pues se encuentra dentro del hinterland geopolítico, cultural e histórico de Rusia, y su decantación franca hacia los enemigos de esta podría exponerla a un casus belli que sería imposible resolver dentro de sus solos límites.

   Salto al vacío

  A este propósito viene a cuento la pasmosa decisión del presidente ucraniano Petro Poroshenko, quien acaba de firmar la ley que sanciona el abandono del estatus de su país como “no alineado”.[II] La movida no es del todo imprudente en la medida en que se la coloca bajo un paraguas de seguridad al decir que la adhesión a la OTAN, que está implícita en esa resolución, se decidiría en un referéndum nacional dentro de 5 o 6 años, lapso en el cual Ucrania debería acomodarse a los estándares occidentales.

  Habida cuenta la crisis económica que sacude a Europa y los planes de ajuste que se prevén para ella y, con mayor razón, para con el nuevo aspirante a socio, ese objetivo se plantea como vidrioso.

  Pero como provocación en un marco de la creciente inestabilidad económica en Rusia como resultado de las sanciones occidentales y de las esporádicas pero siempre renovadas hostilidades en Novorossia, no hay duda que el gesto de Poroschenko tiene que erizar la piel de los militares y el gobierno rusos, ya muy preocupados por el progresivo ahogamiento de la economía de su país como resultado de los embargos occidentales , del dumping petrolero y del despliegue de fuerzas militares de la OTAN en los países bálticos y, eventualmente, en Ucrania, mientras se pronuncia la actividad de fuerzas hostiles en el área del Cáucaso y en el medio oriente.

   Revisión de la doctrina militar rusa

  Aquí se llega a otro de los factores que se perciben como datos preocupantes, pues estipula una línea roja tendida a corta distancia, trasgredida la cual cualquier cosa podría suceder. Los servicios occidentales han tenido noticia de una revisión de la doctrina militar rusa.

  El presidente Vladimir Putin ha firmado un documento según el cual Rusia se reserva el derecho a usar armas nucleares en respuesta al uso de armas nucleares o cualquier otro tipo de armas destrucción masiva contra Rusia o sus aliados,  o incluso en el caso de un ataque con armamento convencional que amenace la existencia del Estado.

  Además la doctrina pone de relieve que el crecimiento y expansión de la OTAN como factor de presión contra las fronteras rusas, debe considerarse como una de las amenazas mayores a la seguridad nacional rusa. [III]

  La primera proposición, la de la respuesta con armas nucleares o de destrucción masiva a un ataque similar, no es nada que deba asombrar pues siempre se ha caído de madura desde los tiempos de la guerra fría.

  Pero el segundo aserto, el referido a una respuesta nuclear a un ataque convencional que amenace a la existencia del Estado y a seguridad de las fronteras nacionales, es una novedad dirigida de forma transparente a Ucrania y al conjunto de países de Europa del Este que estarían en tren de suministrar facilidades aún mayores que las que existían hasta ahora para desplegar misiles y unidades de alerta temprana de la OTAN capaces de invalidar cualquier respuesta rusa a un ataque occidental en gran escala.

  Lo que significaría nulificar el estatus de Rusia como gran potencia. Pero la advertencia apunta en primerísimo lugar a Estados Unidos, deus ex machina de todas las puestas en escena de la política mundial.

  Los intercambios de misiles intercontinentales entre USA y Rusia se harían por encima del casquete polar, pero la proximidad de puestos de escucha, interferencia y cohetería de mediano alcance en Ucrania significarían una desventaja que Moscú no estaría en condiciones de compensar.

  Recordemos lo que pasó cuando la crisis de los misiles en 1962: ante la evidencia de que Cuba quería albergar a misiles rusos para protegerse de la hostilidad norteamericana, el gobierno de Estados Unidos no hesitó en poner al mundo al borde de una “all out war” atómica y en amenazar con suprimir a Cuba del mapa si los cohetes soviéticos no eran retirados.

  No nos importa aquí si esa crisis fue o no deliberadamente buscada por Moscú para sacarse de encima los misiles norteamericanos que por entonces estaban basados en Turquía, en una suerte de “quid pro quo”.

  La cuestión es que ahora, en el escenario de la “segunda guerra fría”, no hay lugar para ningún intercambio, y que la presión sobre Rusia, de seguir como viene, sólo puede terminar en la eclipse de esta o en una guerra catastrófica, cuyos contornos preferimos no indagar.

   Frustración y riesgo

  La irresponsable manera de actuar del imperio norteamericano proviene de su decadencia. O, si se quiere, de su crisis.

  Esa construcción guerrera –no se puede denominarla de otra manera-, está trabajada por la frustración que resulta de ver que sus objetivos de máxima, formulados al día siguiente del eclipse de la URSS, se le escapan de entre los dedos.

  La retirada de Afganistán, el fracaso en derrocar en breve plazo al presidente sirio Bachar al Assad, la resistencia iraní, la alianza chino-rusa y la emergencia de los BRICS; la aparición de iniciativas comerciales y empresarias chinas en lo que Washington sigue considerando su “patio trasero” (es decir, Suramérica y el Caribe), incluyendo la apertura de un segundo canal transoceánico en Nicaragua; y la -todavía vacilante- organización del subcontinente suramericano en un ente regional que sea capaz de escapar de la gravitación hacia Estados Unidos, deben exasperar a los teorizadores del “Gran Tablero mundial”, como lo denominó Zbygniew Brzezinski en un libro de ese título, obra capital para comprender las grandes líneas de la política exterior norteamericana a partir de 1989.

  Ahora Brzezinski, a estar por una nota de Atilio Borón [IV] dedicada en parte a analizar la última obra del politólogo y geoestratega polaco-estadounidense, ha evolucionado hacia posturas mucho más conjeturales que las afirmaciones de inmoderado optimismo que abundaban en su libro previo.

  En meses recientes se ha observado toda una serie de grandes movidas en el plano internacional que debilitan el proyecto estadounidense. La más evidente y, por mucho, la de mayor trascendencia, es la alianza abierta entre China y Rusia en materia de complementación económica.

  Y también militar, aunque sobre este aspecto se tienda un discreto velo de silencio, traspasado empero por los ejercicios militares conjuntos que se realizan en forma periódica entre las dos potencias.

  La aproximación de Rusia a Irán, aunque ya estaba vigente, también se ha reforzado de manera explícita en tiempos recientes.

  Y con Turquía, país miembro de la OTAN y hasta aquí socio directo de Estados Unidos en la gestión de la crisis en medio oriente, Moscú acaba de establecer un acuerdo económico de envergadura.

  Por si todo esto fuera poco, el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Vassili Nebenzia, ha declarado el pasado martes que su país ha renunciado de forma definitiva a la construcción del gasoducto South Stream, que debía unir a Rusia y Bulgaria por el fondo del Mar Negro y que en su recorrido terrestre iba cruzar por Austria, Bulgaria, Croacia, Hungría, Grecia, Serbia y Eslovenia. “Hoy el asunto está cerrado.

  Hemos golpeado a una puerta cerrada (la de occidente) demasiado tiempo, y cuando hemos comprendido finalmente que no se abriría para nosotros, se tomó la decisión de finalizar con el proyecto, pues era inútil invertir miles de millones sin esperanza de obtener rentabilidad”.

  Pese a que las obras ya estaban iniciadas, a principios de diciembre el presidente Vladimir Putin expresó que el proyecto no podía proseguir “debido a la posición hostil de la Unión Europea vis a vis de Rusia”. [V]

  Estamos asistiendo a una escalada de la tensión entre las potencias nucleares y sus aliados en el espacio euro-atlántico, así como en el sud y el este de Asia, donde se cocinan, como señalamos en nuestra nota de la semana pasada, problemas y roces entre China y los gobiernos de Taiwán, Vietnam, Indonesia y Malasia.

  El escenario europeo es, sin embargo, por primera vez desde el final de la segunda guerra mundial, un frente de conflicto potencial a gran escala.

  La “cortina de hierro” y la satelización de Europa oriental no fueron fenómenos amables, pero al menos crearon un tiempo de convivencia (el de la llamada coexistencia pacífica) en el cual los estados satélites fungían a modo de glacis avanzado de la Unión Soviética; esto es, de colchón que la garantizaba de la hostilidad de sus rivales.

  Hoy ese espacio estanco no existe y la presión occidental se ejerce de manera temeraria sobre las fronteras de Rusia.

  No se puede dejar de insistir en que este panorama de presiones económicas y militares en el cuadro de una inestabilidad política cada vez mayor, conforma un espacio volátil.

  A un siglo de la estallido de la primera guerra mundial hay que recordar como las crisis a veces se gatillan por sí solas, a partir de un potencial error de cálculo y de una escalada que de pronto abre las puertas a lo inimaginable.

 

*Escritor, periodista y docente. Desde 1962 a 1975 miembro de los Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba. Entre 1975 y 2000 miembro del staff de La Voz del Interior, donde continuó colaborando en forma regular hasta marzo de 2008. Profesor titular de Historia del Cine en la Escuela de Cine de la UNC desde 1967 hasta 2002, salvo durante el interregno producido por la dictadura.

  NOTAS

  [I] Ver artículo de Ron Paul, ex legislador y ex candidato a la presidencia de Estados Unidos, en “Red Voltaire”.

  [II] “La Jornada”, de México, 30.12.14.

  [III] “Sputnik International”, 30.12.14.

  [IV] Atilio Borón: “Cuba y Estados Unidos: ¡ni un tantico así!”

  [V] Ria Novosty.

 

Verano caliente

 Por Eric Nepomuceno

Este es un verano especialmente agobiante en Brasil. El pasado jueves, por ejemplo, la sensación térmica en Río de Janeiro fue de 48 grados, con los termómetros parados en la marca de los 42. Hubo noches en que a la una de la madrugada los termómetros indicaban temperaturas de 31 grados. Hace meses que en San Pablo, la más poblada y rica ciudad su-damericana, falta agua. Y –incoherencia divina– temporales bíblicos transforman calles y avenidas en ríos y lagunas, árboles que se desploman (más de 700 en lo que va del año) y rompen los cables transmisores, dejando barrios enteros sin luz por cuatro, cinco, seis días. Es decir: no hay agua, pero si llueve no hay luz.

La respuesta de la naturaleza cada vez más herida por la ambición humana no será, en todo caso, el único recuerdo de ese verano furioso: buena parte de los brasileños también se siente agobiada y principalmente desorientada por las medidas que el nuevo equipo económico de la presidenta Dilma Rousseff va goteando con la misma alegría con que los sádicos cumplen sus rituales de perverso amor.

Para parte sustancial del electorado de Dilma se hace cada vez más difícil reconocer en la actual ocupante del sillón presidencial a la candidata de hace poco más de tres meses. Y más aún reconocer a un gobierno con reiterados compromisos sociales y de cambio en los anuncios que se suceden sin que nadie –excepto los dueños del capital– logre entender a dónde se pretende llegar.

La candidata Dilma Rousseff, luego de cuatro años de gobierno, advertía, en la campaña electoral, que sus rivales gobernarían “para la banca”, mientras que el PT tenía un riguroso compromiso con los trabajadores. Decía que la primera medida de su adversario, el neoliberal Aécio Neves, si llegase a la presidencia, sería aumentar la tasa de interés. Y de su adversaria, la evangélica Marina Silva, decía que, de salir victoriosa, haría un “gobierno de banqueros”. Decía que Neves liquidaría derechos laborales duramente conquistados por los trabajadores brasileños. Aseguraba que, al contrario de lo que decían sus adversarios, las cuentas públicas estaban “saludables y en orden”, y que el flojo desempeño de la economía brasileña era reflejo de la crisis que afectaba a todos los países del mundo.

La candidata Dilma Rousseff recordaba que bajo los gobiernos del PT los bancos públicos habían favorecido el crédito a los más pobres y estimulado a los pequeños empresarios. Decía que, en caso de que sus adversarios fuesen victoriosos, la política de ofrecer préstamos con intereses inferiores a los de la banca privada desaparecería. Mencionaba cómo se había facilitado la concesión de financiamiento para adquirir vivienda propia. Reforzaba su compromiso con los programas sociales que llevaron 40 millones de personas a una ascensión social sin antecedentes en la historia del país, y juraba que ninguna medida sería tomada en detrimento de los compromisos históricos del PT.

Dilma se reeligió en una disputa apretadísima con el neoliberal Aécio Neves. Y a los pocos días la tasa básica de interés anual fue elevada. A la hora de elegir quién sería su ministro de Hacienda, Dilma buscó nombres en la banca privada. Nombró a Joaquim Levy, un tecnócrata de pura cepa neoliberal que ocupaba la función de director del Bradesco, el segundo mayor banco privado sudamericano.

Ahora las primeras medidas son anunciadas: se aplicará un ajuste de al menos 30 mil millones de dólares en el presupuesto nacional. Se introducirán cambios drásticos en la concesión del seguro de desempleo, de las pensiones por viudez y en el auxilio-enfermedad destinado a trabajadores que, por razones de salud, obtienen licencias médicas. El objetivo es ahorrar unos tres mil millones de dólares anuales, solamente con esos “ajustes”. Además, las tasas de interés aplicadas por los bancos estatales –el Banco de Brasil y la Caixa Económica– en los créditos inmobiliarios serán elevadas.

Joaquim Levy, conocido por Levy Manos de Tijera, admite con feroz candidez que habrá aumento de impuestos. No para la banca, que es la segunda más lucrativa del mundo (los bancos brasileños solamente pierden, en este rubro, para los de Hong Kong: generan más lucros que la banca suiza), ni para los especuladores del mercado financiero, y menos para las operadoras de tarjetas de crédito, que aplican tasas de interés que pueden llegar a 250 por ciento –exactamente eso: 20 por ciento al mes– anuales.

El aumento que Levy pretende aplicar se destina a los pequeños y microempresarios. Y más: luego de que Dilma declarara que el lema de su segunda presidencia es “Brasil, patria educadora”, Levy anunció que se estudia un “ajuste” (es curioso cómo ningún neoliberal usa la palabra “corte” o “recorte”: es siempre “ajuste”...) de unos tres mil millones de dólares en el presupuesto destinado a la educación. Son algunas de las primeras medidas anunciadas por el gobierno de Dilma Rousseff, que asumió el primer día del año su segundo mandato presidencial.

Lo que mucha gente se pregunta es dónde fue a parar la candidata Dilma Rousseff, aquella que aseguraba que haría exactamente el revés de lo que está haciendo la presidenta que tiene el mismo nombre.

 

Quemaron iglesias en Níger

 PROTESTAS MUSULMANAS POR LA PUBLICACION DE CARICATURAS DE MAHOMA

Al menos diez personas murieron y decenas resultaron heridas en dos jornadas de manifestaciones que derivaron en ataques, saqueos y vandalismo no sólo contra las iglesias sino también contra bares, hoteles y comercios no musulmanes.

Las protestas violentas de grupos de musulmanes se extendieron en Níger, donde ayer varias personas perdieron la vida y se incendiaron siete iglesias. Tras la tradicional oración semanal, miles de personas se habían manifestado el viernes en el mundo musulmán, en países como Senegal, Argelia, Afganistán y Níger, contra la nueva caricatura de Mahoma publicada en la portada de Charlie Hebdo.

En Níger, tras la muerte de cinco personas en la víspera, se registraron ayer nuevas manifestaciones, incluso en la capital, Niamey, con cinco nuevas víctimas mortales, y la quema de siete iglesias. Al menos diez personas han muerto y decenas han resultado heridas en dos jornadas de protestas, en que las manifestaciones derivaron en ataques, saqueos y vandalismo no sólo contra las iglesias sino también contra bares, hoteles y comercios pertenecientes a personas no musulmanas.

Hacia el mediodía, varios centenares de jóvenes se reunieron cerca de la gran mezquita de Niamey, bajo la consigna “abajo Francia” y “¡Alá akbar!” (¡Dios es grande!), pese a que las autoridades habían prohibido las manifestaciones. El templo fue rodeado por decenas de policías antidisturbios vestidos con cascos y escudos, que intentaron dispersar la protesta con gases lacrimógenos. “Vamos a romper todo. Vamos a proteger a nuestro profeta. Vamos a defenderlo aunque pongamos en riesgo nuestra sangre”, dijo un manifestante con una piedra en la mano.

En el sur de Niamey al menos siete iglesias fueron incendiadas en las manifestaciones, en su mayoría templos protestantes y algunos de ellos sin signos religiosos visibles en el exterior. Después, los manifestantes se dirigían hacia el centro y norte de la ciudad, donde hay varias iglesias.

El gobierno de Francia exhortó a los franceses residentes en la capital nigerina a no salir de sus viviendas, máxime cuando la violencia se ha extendido a varios barrios de Niamey. Varios bares, hoteles y comercios pertenecientes a personas no musulmanas o que tenían algún cartel de alguna marca francesa también fueron destruidos.

En su primera reacción tras las violentas protestas en varios países musulmanes, particularmente en Africa, el presidente francés subrayó ayer el compromiso de Francia con la libertad de expresión, una semana después de los atentados jihadistas en París que dejaron 17 víctimas.

Posteriormente, el canciller francés, Laurent Fabius, condenó “el recurso a la violencia” en Níger.

Según una fuente de seguridad, seis grupos de entre 200 y 300 personas fueron los que sembraron el caos en Niamey. En tanto, una veintena de ulemas de Niamey instó a los manifestantes a mantener la calma. “No olviden que el Islam está contra la violencia”, exhortó el predicador Yaou Sonna, quien como el resto de los dirigentes musulmanes se expresaba ante las cámaras de la televisión pública.

Los incidentes se extendieron a varios barrios del centro de la capital y también a los alrededores de la catedral, que fue fuertemente resguardada por policías antidisturbios. “No tuvieron tiempo de prenderle fuego”, dijo un policía. Los manifestantes también asaltaron varios locales de la empresa francesa PMU y otros del operador telefónico francés Orange. “Algunos se quedaron encerrados en sus casas. Nunca he sentido tanto miedo en toda mi vida”, dijo un mecánico cristiano, desde su taller, donde permaneció guarnecido junto con los trabajadores. Desde los agujeros de la ventana, vio cómo los manifestantes saqueaban un quiosco ubicado enfrente de su local. “Aquí estamos obligados a cerrar el taller. Tenemos mucho miedo. El Estado tiene que poner fin a todo esto”, se lamentó.

Por su parte, Kiema Soumaila, gerente del bar Toulousain, un conocido local de Niamey, dijo que desde que comenzaron las manifestaciones se imaginaba que iban a producirse estos incidentes.

Soumaila dijo que los manifestantes rompieron la puerta del local y que después de romper todos los vasos prendieron fuego a las instalaciones. “Les dije a todos los empleados que se fueran a su casa”, afirmó.

En tanto en Maradi, una ciudad ubicada entre Niamey y Zinder, se registraron varias protestas espontáneas en las que se quemaron neumáticos. El viernes en Zinder, segunda ciudad del país, las manifestaciones en contra de Charlie Hebdo dejaron cuatro muertos y 45 heridos.

A su vez, ayer, en Ingusetia, una pequeña república del Cáucaso ruso, cerca de 15.000 personas se congregaron para protestar contra la publicación de nuevas caricaturas del profeta Mahoma, una semana después del ataque jihadista contra Charlie Hebdo en París, que dejó 12 muertos. También ayer aparecieron inscripciones en la pared del centro cultural francés de Gaza, prometiendo “el infierno” a los periodistas de Charlie Hebdo.

 

Je suis Pepone y Rodolfo y Regina

 Por Ariel Dorfman *

Desde la distancia de América latina, el asalto terrorista a Charlie Hebdo se siente aterradoramente cercano, se siente tristemente familiar.

No hace mucho, acá en Santiago de Chile, no lejos de la casa en que vivo parte del año con mi mujer, Angélica, periodistas y escritores que se atrevían a enfrentar al régimen del general Pinochet fueron sistemáticamente asesinados, sufriendo, muchos de ellos, torturas antes de que los mataran. Entre tantos, recuerdo especialmente a José Carrasco (lo llamábamos Pepone), quien fuera alumno mío en la universidad, luego amigo y compañero de revolución y exilio y, ya de vuelta en Chile, redactor de Análisis, una revista semiclandestina que publicaba frecuentemente artículos satíricos, semejantes a algunos que se suelen leer en Charlie Hebdo. La policía secreta vino por Pepone justo antes del amanecer del 8 de septiembre de 1986. Le advirtieron que no se molestara en ponerse los zapatos. No iban a hacerle falta, dijeron. Unas horas más tarde apareció su cadáver acribillado a balazos.

Otro mártir de tantos que, sí, efectivamente en forma aterradora y familiar pueblan América latina. Al otro lado de los Andes, en la vecina Argentina, centenares de autores, intelectuales y trabajadores de los medios fueron detenidos por escuadrones de la muerte, desapareciendo para siempre. Ante la necesidad de singularizar aquella tragedia en una persona, me quedo con el nombre de Rodolfo Walsh. El 5 de marzo de 1977, Walsh, uno de los grandes escritores argentinos, fundador del periodismo testimonial del continente, fue emboscado y secuestrado por un comando militar. Justo el día anterior le había enviado a la Junta que malgobernaba su país, una Carta Abierta, provocadora, insultante, mordaz, denunciando no sólo los abusos a los derechos humanos sino también la política económica neoliberal que hambreaba a su pueblo. Su cuerpo hasta hoy sigue desaparecido. Aquella Carta Abierta recuerda el tono audaz e irreverente que se encuentra en las páginas de Charlie Hebdo.

Tanto Chile como Argentina, por cierto, como muchos otros países latinoamericanos que aguantaron despiadadas dictaduras –Uruguay, Paraguay, Perú, Brasil, Bolivia, Haití, El Salvador– son ahora democracias donde los trabajadores de la prensa pueden llevar a cabo sus labores sin temer, por lo general, el golpe en la puerta, el cuchillo en la garganta, la zanja a la medianoche.

Y, sin embargo, durante la última década una lenta masacre de periodistas ha venido asolando, infectando, corrompiendo Latinoamérica, un asedio casi invisible contra la libertad de información. No se trata de incidentes tan espectaculares ni dramáticos como el de Charlie Hebdo, ni se inserta en el contexto de los conflictos suscitados por una pequeña minoría de fanáticos islámicos, pero estamos presenciando, de todas maneras, una agresión incesante y desmedida y metódica. Los casos más pavorosos se concentran en Honduras, Guatemala y México. Tomemos el mes de agosto del 2013: tres periodistas guatemaltecos fueron muertos a tiros, incluyendo a Luis de Jesús Lima, una prominente personalidad de la radio que discutía en sus programas asuntos controversiales. Y México: entre las decenas de trabajadores de la prensa recientemente ultimados, se presenta la figura señera de Regina Martínez, corresponsal en Veracruz de la Revista Proceso. Una pandilla entró a su casa, la golpeó brutalmente para enseguida estrangularla. Qué coincidencia: ella había estado investigando los lazos entre los narcos y los políticos de Veracruz. Y Honduras, el lugar más peligroso del mundo para ejercer la profesión de periodista. El 9 de marzo del 2012, Alfredo Villatoro, que tenía un programa radial de gran sintonía, fue secuestrado en Tegucigalpa. Seis días más tarde su cuerpo apareció con una bala en la cabeza. Estaba vestido con ropa militar, su cara cubierta con un siniestro pañuelo rojo. Las amenazas de muerte que había recibido desde hace meses finalmente se volvieron realidad.

El mundo, básicamente, ha ignorado estos atentados.

Tiendo, para decir la verdad, a desconfiar de la frase que corrientemente se usa para expresar nuestra identificación con los perseguidos: “I am Salman Rushdie”, “Je suis Charlie”, “Todos somos Ayotzinapa”, si bien muchas veces firmo denuncias que ostentan palabras similares. Claramente hay algo conmovedor en el hecho de sentirse uno parte de millones que, desde todos los continentes, demuestran su solidaridad con las víctimas del terror. Pero tal reacción lingüística suele ser un tantico fácil y cómoda. No somos, todos nosotros, Charlie. No estuvimos de veras a su lado cuando arribaron los homicidas ni los vamos a proteger con nuestros cuerpos. Y muchos de aquellos que recitan esas palabras, je suis, je suis, especialmente si son autoridades del gobierno o miembros de las fuerzas de seguridad, no exhibieron ayer la tolerancia que proclaman hoy con tanto fervor. Aun así, importa, sin duda, que quienes no enfrentan ningún peligro inmediato hagan saber al mundo –y especialmente a aquellos que pretenden volver a asesinar mañana– que no vamos a dejarnos amedrentar ni permitir que el miedo y el silencio ejerzan su dominio letal.

Y tal vez, después de todo, el grito de “Je suis Charlie” se justifica en este caso debido a que el ataque a esa revista satírica parisina fue particularmente salvaje y masivo y, por cierto, institucional. Se quiso mandar un mensaje a toda la sociedad y tiene sentido, por lo tanto, que toda la sociedad, la francesa y más allá de sus fronteras, afirme en forma pública y colectiva nuestro dolor y nuestro coraje.

No obstante lo cual, visto desde Santiago de Chile, desde la perspectiva de una América latina donde los colegas mexicanos y guatemaltecos y hondureños de Charlie Hebdo mueren a mansalva en este mismo momento sin que nadie se fije, es urgente preguntarse por qué las calles de nuestro desafortunado planeta no se llenan de cientos de miles de ciudadanos que declaran “Je suis Alfredo Villatoro, Je suis Regina Martínez, Je suis Luis de Jesús Luna”. ¿Por qué tan pocos pensaron siquiera en gritar “Je suis Rodolfo Walsh”? ¿Por qué millones no advirtieron que ellos eran José Carrasco, Je suis Pepone?

Palabras como éstas no habrán de detener, probablemente, horrores futuros. Parecen inevitables en un mundo enloquecido por el fanatismo y el odio. Pero por lo menos aquellos que casi anónimamente, en rincones remotos del mundo, lejos de los Champs Elysées y las luces fulgurantes de los medios, continúan levantando la voz contra la estupidez y la opresión, podrán sentirse quizás un poco menos solos.

* El último libro de Ariel Dorfman es Entre sueños y traidores: Un striptease del exilio.