viernes, 5 de septiembre de 2014

RV: [OCRN] Consulta popular por la minería

OCRN
BUENOS AIRES
05 Sep 14

CIRC-19/14 (Consulta popular por la minería)

1. El 26 Ago 14, la Legis CARRERAS (PJ) presenta un proyecto de ley
(P-574/14) a la Leg RÍO NEGRO, cuya finalidad es la realización de una
convocatoria a la ciudadanía a efectos de que ésta de respuesta (SÍ/NO), a
través de un mecanismo directo y "vinculante" de consulta, al siguiente
interrogante: "¿está de acuerdo con la explotación de megaminería a cielo
abierto en la provincia?".

2. Es preciso consignar que la legisladora se apoya, para fundar el
proyecto, en que este tipo de consulta "ayudaría a generar un debate amplio
acerca de las ventajas y desventajas de los emprendimientos y permitiría
definir situaciones de manera participativa, transparente y democrática".

3. De igual modo, a nuestro juicio y en este marco, resulta pertinente
considerar:

a. El 21 Jul 05, la Leg RÍO NEGRO sanciona la Ley Q-3981, la cual prohíbe
en el territorio de la provincia "la utilización de cianuro y/o mercurio en
el proceso de extracción, explotación y/o industrialización de minerales
metalíferos".

b. El 29 Dic 11, la disposición mencionada en el punto anterior queda
derogada mediante el dictado de la Ley Q-4738, la cual crea, asimismo, el
CoPEAM (Consejo Provincial de Evaluación Ambiental Minera), cuya función
será la de "evaluar los estudios de impacto ambiental que la actividad
minera pudiera producir en la provincia".

c. El 15 Feb 12, el Gob WERETILNECK y representantes de otras 9
provincias en cuyos territorios "se prospecta, explora, construye y ponen en
marcha proyectos mineros" conforman la OFEMI (Organización Federal de
Estados Mineros), entre cuyos objetivos específicos resalta el de
desarrollar y establecer "mecanismos de resolución de conflictos"
con miras a que la actividad cuente con consentimiento social.

d. Es importante recordar que, además de la provincia de RÍO NEGRO, las
restantes jurisdicciones que tienen la condición de miembros plenos de la
OFEMI son las siguientes: SANTA CRUZ, CHUBUT, NEUQUÉN, MENDOZA, SAN JUAN, LA
RIOJA, CATAMARCA, SALTA y JUJUY.

e. Por otra parte, conforme a los resultados arrojados por una encuesta
de carácter internacional, respondida por 690 empresarios mineros y llevada
a cabo por una institución canadiense (Inst FRASER) entre el 17 Sep-01 Dic
13, RÍO NEGRO sería, de las 10 provincias aludidas previamente, la que
tendría la menor potencialidad geológica.

f. Cabe resaltar que dicho relevamiento muestra que el 72% de los
ejecutivos concurrieron en que la posibilidad de explotar ese potencial se
ve socavada por condiciones políticas desfavorables, y que existe
uniformidad (91%) en que la incertidumbre en lo que respecta a la
interpretación y aplicación del marco jurídico en vigor, por caso en lo
atinente a la salvaguarda del medio ambiente (74%), constituye un factor
limitante para la inversión en exploración.

SOBRE EL OCRN: consustanciando la experiencia y aprendizaje obtenidos
durante más de una década por dos militantes del ecologismo popular, el OCRN
es creado el 27 Sep 10 con el objeto de facilitar en la RA el monitoreo
abierto y colaborativo de conflictos por los recursos naturales (ver
http://ocrn.info/).

Lorena R Schrott
Dir Grl/OCRN
lorena@autistici.org

martes, 2 de septiembre de 2014

Planes de OTAN y crisis ucraniana obligan a Rusia a revisar su Doctrina Militar

© RIA Novosti. Alexander Geyfman

11:46 02/09/2014

Moscú, 2 sep (Nóvosti).

Antes del fin de año, Rusia revisará su Doctrina Militar debido a las nuevas amenazas que han surgido últimamente para su seguridad nacional, declaró a Nóvosti el subsecretario del Consejo de Seguridad del país, Mijaíl Popov.

“Prevemos concluir las modificaciones a la Doctrina Militar en lo que resta de año”, dijo el funcionario.

Reconoció que la Doctrina Militar, que Rusia aprobó en 2010, se revisa debido principalmente a los factores externos, como la ampliación de la OTAN, el despliegue del escudo antimisiles de EEUU en Europa o la crisis en Ucrania.

“No cabe duda de que la aproximación de la infraestructura militar de los países miembros de la OTAN a las fronteras rusas, en particular mediante la ampliación del bloque, se mantendrá como uno de los riesgos militares exteriores para la Federación de Rusia”, manifestó.

Popov también denunció los planes de la Alianza Atlántica para reforzar sus unidades desplegadas en los países bálticos.

En particular, la OTAN prevé desplazar tanques y otras armas pesadas a Estonia, declaró el subsecretario del Consejo de Seguridad de Rusia.

También destacó que la OTAN en su próxima cumbre en Gales debatirá el aumento del nivel de alerta militar de sus tropas y la creación de nuevas bases en Europa del Este, así como “la intensificación de sus actividades militares a largo plazo y tomar medidas para garantizar una presencia duradera de unidades militares aliadas” cerca de la frontera rusa.

Agregó que los “socios seguros” no lo son para siempre y su actuación está fuertemente ligada a la coyuntura política del momento.

En estas condiciones, Popov abogó por la sustitución de las importaciones militares. La Doctrina Militar revisada, adelantó, recogerá este objetivo.

“Es evidente que las modificaciones (a la Doctrina Militar) deben también estar encaminadas a eliminar la dependencia de Rusia de las importaciones de maquinaria, materias primas, materiales y piezas”, enfatizó.

El tema volvió a ser actual a raíz de las sanciones de Occidente contra Rusia y la negativa de Ucrania para exportar al país vecino material militar o de doble uso.

El viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, comentó con anterioridad que en dos o tres años la industria nacional renunciará a los componentes del equipamiento militar hechos en Ucrania.

Los expertos consultados por Nóvosti consideran que al romper los nexos técnico-militares con Rusia, la parte ucraniana "se disparó en un pie" y está destruyendo el sector más importante de su economía. 

 

Rusia resuelta a defenderse de la estrategia occidental, hay que tomar bando

Rómulo Pardo Silva

Rebelión

 

 

Putin: "Rusia es un país que no le teme a nadie". No es un Yeltsin. Enfrenta con serena firmeza a los demofascistas del capital global.

Obama con sus asociados, evitando los fracasos anteriores, dirige sin pausa el ataque a Rusia en todos los frentes, económico, comunicacional, diplomático, de desestabilización interna, militar. Es el administrador de turno del plan de dominio de todos los recursos naturales del planeta.

El blanco directo contra Moscú es Ucrania. El golpe de estado y la violencia nazi fueron financiados y manejados por Estados Unidos y la Unión Europea.

El cerco militar de Japón en rearme, Corea del Sur, Filipinas, Australia, contra China y los ataques a Siria, Palestina, Irak, Irán, Líbano, Venezuela, Bolivia, Ecuador, son partes de la misma estrategia.

El ISIS que crearon les sirve y a su vez les amenaza.

Rusia ha actuado con una decisión que quizás no esperaba Occidente. Reintegró a Crimea y su base en el Mar Negro, da apoyo humanitario y político a los independentistas prorrusos del este de Ucrania, posiblemente también militar porque no se explica la eficacia de sus golpes a las tropas de Kiev. Se une a China, Irán. Continúa su defensa de Siria. Hace alianza con Cuba, Venezuela.

Es importante entender que la defensa de último recurso de los intereses de la humanidad ante las metas expansionistas de Occidente está en Rusia y también en China. Que los países y pueblos que hoy guardan un silencio poco protagónico deben sumárseles con su presión política y económica.

Putin ha sido muy claro en sus declaraciones. "Rusia es uno de los más poderosos poderes nucleares", “los socios de Rusia... deberían entender que es mejor no meterse con nosotros”.

Occidente las escucha en serio y modera sus pasos.

Un exasesor de Reagan afirmó que el actual poder mundial busca someter o destruir Rusia.

Moscú cuando se arma dice que puede ser necesaria la guerra.

En esas condiciones Occidente no quiere una tercera guerra mundial que le destruya pero no abandona su plan fascista genocida esperando una tecnología que garantice su impunidad.

Se debe entender que detrás de los lugares dispersos de conflicto hay una red cuya cabeza está en el Pentágono y el núcleo fáctico transnacional. Que criticar a todos lados enarbolando una falsa libertad es un error que podría ser irreparable para la civilización que viene.

Por un Movimiento para una civilización sustentable-solidaria

Blog del autor: www.malpublicados.blogspot.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Tensión mundial en aumento

Miguel Guaglianone

Barómetro Internacional

 

 

La geopolítica mundial está en pleno proceso de transición. Se está configurando rápidamente una nueva correlación de fuerzas en un mundo absolutamente globalizado e interdependiente. Como en todo momento histórico coyuntural los acontecimientos se aceleran, y la interrelación e interacción entre múltiples nuevas variables conforma un sistema de alta complejidad que tiene características “caóticas” y por lo tanto se vuelve altamente impredecible.

El proceso de transición


La Segunda Guerra Mundial había dejado un sistema mundial basado en la Guerra Fría y el enfrentamiento entre dos grandes bloques de poder liderizados por los Estados Unidos y la Unión Soviética, lo que con altibajos, configuró un status quo que se mantuvo durante 44 años. Exceptuando un par de momentos excepcionales (la crisis de los proyectiles en Cuba en 1962 fue uno de ellos) este fue un período de relativa estabilidad, en el que ambos bloques mantuvieron un cierto respeto mutuo (basado en el poderío nuclear). La geopolítica mundial estuvo estructurada en forma bipolar, dos bloques compactos mantenían la hegemonía en todo el planeta.

Con la implosión y desaparición de la Unión Soviética en 1989, los Estados Unidos intentaron crear un nuevo sistema geopolítico unipolar. La pretensión de convertirse en gendarme del mundo aprovechando el vacío de poder dejado por la desaparición de su adversario, pareció durante un tiempo tener éxito. Estados Unidos era (y sigue siendo) la mayor potencia militar mundial, controlaba todos los organismos internacionales, económicos y políticos (FMI, BM, Organización Mundial de Comercio, y hasta la propia ONU), que intervenían en todas partes para defender sus intereses como potencia. El cenit de ese dominio unipolar se dio en la década de los 80, dónde no parecía existir ninguna posibilidad de enfrentarse a los designios imperiales, ya que la fuerza y el poder estaban absolutamente hegemonizados por EEUU.

Pero a la llegada del nuevo siglo empezaron a hacerse visibles nuevos factores en el panorama geopolítico. El increíble desarrollo económico y productivo de China introdujo una variable que fue más allá de esa área, ya que la incidencia de la capacidad comercial creciente del antiguo Imperio Celeste, lo convirtió inevitablemente en un nuevo factor de poder, que se transformó en social y político a nivel global. A la vez, la llegada de Vladimir Putin al poder en la Federación Rusa lideró un proceso de recuperación luego del desbande de la Unión Soviética, que ha colocado al Oso ruso en una nueva posición dentro de la geopolítica mundial. Los procesos de integración de América Latina han ido creando también, a través de las instituciones transnacionales MERCOSUR, UNASUR y CELAC, un nuevo foco de poder económico y político. La unión de China y Rusia a tres naciones emergentes como la India, el Brasil y Sudáfrica conforman el bloque económico del BRICS, representa otra alternativa a la hegemonía económica de EEUU, la UN y Japón.

La crisis y la política exterior esquizofrénica


Mientras florecen los nuevos protagonistas, los Estados Unidos y la Unión Europea vienen sufriendo una crisis integral, que se ha reflejado primero en lo económico a partir del estallido de la burbuja inmobiliaria de 2006, cuyo foco en los Estados Unidos provocó un efecto dominó a nivel de sus aliados, que puso a varios países de la UE (con la excepción relativamente única de Alemania) en un colapso –a nivel sobre todo de las finanzas estatales–y trajo al fantasma del desempleo y el estancamiento económico recorriendo todo el viejo continente. Esta crisis cuya presencia mediática fundamental se ve económica, es sin embargo una crisis estructural, social y política, que pone a los “países centrales” en una situación de decadencia creciente.

La principal consecuencia de esta crisis estructural se refleja en la errática política exterior de la supuesta potencia hegemónica. Una política exterior en la que se manifiesta la crisis con los sistemáticos fracasos de las intervenciones imperiales en los últimos años. Estos fracasos de intervenciones militares empiezan a verse en los gobiernos de George W. Bush, pero se consolidan y multiplican en el período de Barack Obama, que viene demostrando ser el presidente más mediocre y carente de poder (que cede sistemáticamente a la presión de todo tipo de poder interno, Complejo Militar Industrial, Corporaciones, Bloques de derecha, etc.) que hayan tenido los EEUU en su historia. Y los fracasos no son sólo de orden militar, cuando a pesar de derrotar a los ejércitos enemigos nunca se terminan de ganar las guerras (como en Irak o Afganistán por ejemplo); sino que incluyen todas las intervenciones imperiales, aún aquellas de nuevo cuño, como lograr que otros (la UE, la OTAN, los mercenarios, las corporaciones militares privadas) realicen la tarea sucia y sean los que intervengan, ataquen y peleen por ellos. La creación de Frankensteins que no responden a las órdenes de sus creadores y obligan a éstos a combatirlos se ha convertido ya un patrón sistemático. Desde Manuel Antonio Noriega y Saddam Hussein hasta el actual Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), un gran número de monstruos que han sido creados, estimulados, financiados y armados por Estados Unidos para propiciar sus injerencias e intervenciones en las naciones, se han convertido después en enemigos que el imperio finalmente debe combatir a altos costos.

Los fracasos sistemáticos en las intervenciones han ido llevando a quienes planifican y deciden la política exterior desde la Casa Blanca y el Pentágono a caer en una especie de “desesperación”, que los pone –en un ejemplo transparente de huída hacia adelante– a realizar cada vez más intervenciones, cada vez más disparatadas y destinadas al fracaso. Un ejemplo: cualquier evaluación seria hubiera partido del hecho, tanto en el caso de Libia como en el de Ucrania, de que no es posible realizar intervenciones violentas puntuales en países con grandes tensiones internas, sin correr el riesgo de las desastrosas consecuencias de una balcanización que lleve a largos procesos de enfrentamientos sin sentido. Tanto Kadafi como Yalukovich representaban factores de equilibrio en sus respectivas naciones frente a fuerzas internas en tensión. Cuando los EEUU hacen desaparecer estos factores de equilibrio se produce un efecto centrífugo que lleva al caos y a la desintegración de los Estados Nacionales. En definitiva, la política exterior norteamericana más que nunca se ha convertido en un factor de entropía en la geopolítica internacional, generadora de procesos caóticos, y cada vez más ineficiente para cumplir los objetivos que supuestamente la orientan.

El enfrentamiento inevitable


Mientras los poderes centrales se debilitan y actúan en forma esquizofrénica, los nuevos protagonistas que van surgiendo crean nuevos roles y nuevos factores que como dijimos son parte del cambio en la correlación de fuerzas a nivel global. Inevitablemente empiezan los enfrentamientos con los poderes centrales, que si bien están perdiendo poder, son todavía los mandamases.

Esto produce un conflicto inevitable, que por ejemplo en América Latina se ve reflejado en la sistemática injerencia que producen las agencias de inteligencia estadounidenses, buscando la desestabilización de los cada vez más numerosos gobiernos que se independizan de las directivas del Norte y además buscan unirse para consolidar su protagonismo internacional. En el caso de China la guerra –que ya ha sido perdida en el nivel económico y productivo– se da en la acción desestabilizadora y saboteadora de la “inteligencia”, y en el uso sistemático de los medios corporativos de comunicación para desacreditar, demonizar y confundir respecto al gigante de Oriente.

En el caso de Rusia, la recuperación de un lugar preponderante en la escena mundial ha sido fulminante, sobre todo a partir de sus progresivos logros diplomáticos (en Siria, en Crimea, etc.) y la respuesta del bloque Occidental encabezado por los Estados Unidos ha sido la imposición de sanciones económicas (curiosas sanciones económicas que no se imponen al Estado ruso, sino a personeros de su gobierno y a empresas privadas relacionadas con él) y el ataque con la concentración de fuego por las baterías de los medios de comunicación y la diplomacia.

El aumento de la tensión


Rusia se ha defendido bastante bien con las sanciones económicas, respondiendo con la suspensión de compras a Occidente, sobre todo en rubros básicos como alimentación, lo que perjudica sobre todo a los productores europeos y por rebote a sus poblaciones. Las contra-sanciones agregan un nuevo factor acelerador de las crisis económicas internas. Donde la Federación se ha encontrado en desventaja ha sido en la guerra comunicacional. La constante generación de matrices falsas (Rusia interviene militarmente en Ucrania, por ej.) y el bombardeo constante de las cadenas mediáticas constituye una presión constante sobre el gobierno de Putin. Igualmente los acuerdos EEUU–UE para seguir imponiendo sanciones a Rusia han seguido adelante sin que la cada vez más eficaz diplomacia rusa haya podido detener el proceso. Los mandatarios europeos responden a las directivas de los EEUU de seguir presionando a Rusia a pesar de los perjuicios que provocan en sus poblaciones, lo que también aumenta las tensiones sociales internas en su región.

Esta es una situación en crecimiento constante, ya que la política estadounidense continúa adelante en su método de huída hacia adelante (más de lo mismo). La consecuencia inevitable se está dando en estos días, la temperatura aumenta y la confrontación empieza a salirse de sus cauces y amenaza entrar a otros terrenos muy peligrosos.

La constatación de un nuevo nivel de enfrentamiento nos la ha dado en estos días una intervención pública de Vladimir Putin, en un Congreso de la Juventud en su país (en el que participó la flor y nata de la intelectualidad rusa). Sus declaraciones fueron por lo menos inquietantes. Algunas de ellas, como decir sobre las Naciones Unidas que "No hay necesidad de la ONU si sirve solo a EE.UU. y sus aliados" o respecto a la UE y su actuación en Ucrania que "Si estos son los valores europeos, entonces estoy muy decepcionado" o respecto al gobierno ucraniano impuesto por Occidente que "Los ataques de Kiev se parecen a los de los fascistas en la Segunda Guerra Mundial" son ya una muestra de una posición de enfrentamiento frontal. Pero si le agregamos que también dijo "Todo lo que toca EE.UU. se convierte en Irak o Libia" y sobre todo, y lo que origina este análisis "Rusia es una de las más poderosas potencias nucleares. No son simples palabras, es una realidad. Además, fortalecemos nuestra fuerza de disuasión nuclear, estamos reforzando nuestras Fuerzas Armadas. Nuestro Ejército realmente es más compacto y eficiente, y realmente se hace más moderno en términos de equipamiento con sistemas de armas modernos. Seguimos fortaleciendo este potencial, y lo continuaremos haciendo, pero no para amenazar a alguien, sino con el fin de sentirnos seguros y para ser capaces de poner en práctica los planes que tenemos en el ámbito del desarrollo económico y en la esfera social" i el problema se hace evidente.

Por primera vez en muchos años de pos Guerra Fría vuelve a aparecer en forma explícita la realidad del factor nuclear. Recordar el poder nuclear como factor decisorio vuelve a llevarnos a la posibilidad real de un holocausto general. Es claro que siempre ha estado allí escondida esa posibilidad desde 1948, pero que se convierta nuevamente en un factor político público, nos retrotrae nuevamente a una situación de posible confrontación atómica, que parecía haberse alejado del escenario mundial. Y es claro que esto no es un error de Putin, quien se ha convertido en un estadista que sabe muy bien cuáles deben ser sus declaraciones, y lo viene haciendo impecablemente en los últimos años. Todo parece indicar que la introducción del factor nuclear ha estado obligada por las circunstancias, que parece ser la única alternativa posible a una política exterior esquizofrénica que no repara ni en hechos ni en argumentos para seguir atacando e intentando cercar a Rusia (y a China y todos aquellos que no respondan a sus designios).

Algunas consideraciones


Es claro que si bien esto nos acerca a las circunstancias de la Guerra Fría, no va a llevarnos a la misma situación. Lo preocupante es que la situación actual parece ser no sólo mucho menos estable que aquella, sino también mucho más impredecible. Antes había dos bloques consolidados que lograron llegar a mantener un status quo, hoy los factores que inciden en toda la geopolítica son múltiples, pueden actuar en alguna circunstancia aparejados, pero cada uno responde a realidades distintas (son varios los países que tienen poder nuclear y cada uno pude apretar el botón por su cuenta).

Solo esperamos que ésta, en un entorno tan fluido, sea solamente una circunstancia de coyuntura y no se convierta en adelante en un factor estructural del panorama geopolítico. Sino las cosas realmente van a seguir de mal en peor para la humanidad.

Fuente: http://barometrointernacional.bligoo.com.ve/miguel-guaglianone-tension-mundial-en-aumento