jueves, 30 de diciembre de 2010

“Es preciso un Núremberg de los especuladores"

Entrevista a Jean Ziegler, Diplomático internacional en la ONU y autor del ensayo "El odio a Occidente"


Jean Ziegler. Escritor. Diplomático internacional en la ONU, publica el ensayo ‘El odio a Occidente’, una crítica al sistema capitalista dominado por Europa y EEUU.

Que nadie se deje engañar por su muy oficial cargo de miembro del Comité Consultivo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Tras sus gafas de pasta de profesor de universidad, el suizo Jean Ziegler (Thoune, 1934) es un revolucionario. Le gusta provocar y gritar lo que sus colegas diplomáticos no osan decir ni en los pasillos de las organizaciones internacionales. Un ejemplo: "Un niño que muere de hambre en la actualidad es un asesinato". Otro: "Somos democracias, pero practicamos un fascismo exterior". Ziegler es un hombre que argumenta cada frase con cifras o citas de grandes intelectuales, como ese grito de dolor del poeta anticolonialista Aimé Césaire: "Vivo en una herida sagrada / Vivo en un querer oscuro / Vivo en un largo silencio". De esa herida habla Ziegler en su último libro, El odio a Occidente (Península), un título que responsabiliza a los países desarrollados de los males del mundo. El escritor no pierde la esperanza y aspira a una "revolución para acabar con el orden caníbal del mundo". En la portada de su ensayo, la "i" de la palabra "odio" es una bomba con detonador. Queda un solo segundo para que estalle.

¿Tan mal va el mundo?

Jamás en la historia un emperador o un rey ha tenido tanto poder como el que posee la oligarquía del poder financiero en la actualidad. Son las bolsas que deciden quién vive y quién muere. Pueden comer 12.000 millones de personas, el doble de la población mundial. Pero cada cinco segundos un niño menor de 10 años muere de hambre. ¡Es un asesinato!

¿De ahí viene el odio del que habla? ¿Por qué nos odian?

Hay que distinguir dos tipos de odio. Uno, primero, patológico, como el de al-Qaida, que asesina a inocentes con bombas. Pero nada justifica esta violencia, ¡nada! Y de eso no trata mi libro. Me refiero a un odio meditado, que pide justicia y compensación, que llama a romper con el sistema estructural del mundo, dominado por el capitalismo.

¿De la crisis no hemos aprendido nada?

¿Lecciones? Es peor aún: esos bandidos especuladores que provocaron la crisis y la quiebra del sistema occidental atacan ahora productos como el arroz y el trigo. Hay miles de víctimas más que antes. Hay que sentar a esos especuladores en el banquillo. ¡Hay que celebrar un Núremberg para ellos!

Usted trabaja en la ONU. ¿No cree en el papel de la comunidad internacional?

El mero hecho de que la comunidad internacional sea consciente de los problemas del mundo es positivo. Los Objetivos del Milenio no se han cumplido, pero no soy una persona escéptica.

¿No cree, sin embargo, que a Occidente sólo le interesa Occidente y que mantiene adrede al Tercer Mundo en la pobreza?

¡Es verdad! Pero no se trata de donar más, sino de robar menos. En África se pueden encontrar productos europeos más baratos que los locales, mientras que la gente se mata trabajando. ¡La hipocresía de los europeos es bestial! Nosotros generamos hambre en África, pero cuando los inmigrantes llegan a nuestras costas en pateras, los echamos. ¡Para acabar con el hambre, se necesita una revolución!

¿En Occidente? ¿Esto es posible?

La sociedad civil se ha despertado. Hay movimientos como Attac, Greanpeace y otros que hacen una crítica radical del orden mundial. En Occidente tenemos democracias, pero practicamos un fascismo exterior. Aunque en democracia no hay nada imposible. "El revolucionario debe ser capaz de oír la hierba crecer", dijo Karl Marx.

En su libro habla de la Bolivia de Evo Morales como ejemplo.

Es un caso ejemplar. Por primera vez en su historia, el pueblo boliviano eligió como presidente a uno de ellos, un indígena aymara. Y en seis meses expulsaron a las empresas privadas que se quedaban con todos los beneficios de las energías del país. El Gobierno pudo con esos millones ganados lanzar programas sociales y Bolivia es ahora un Estado floreciente y, sobre todo, soberano. Ojo, no soy un ingenuo, pero en Bolivia la memoria herida del pueblo se convirtió en una lucha política, en una insurrección identitaria.

En otros términos, Morales se merecía más el Nobel de la Paz que Obama.

¡Claro! El Nobel de Obama era ridículo, era una operación de marketing.

¿Obama no traía consigo ninguna esperanza?

Ver una cara negra de presidente de Estados Unidos en la portada de grandes revistas ha sido increíble, sobre todo porque el bisabuelo de la esposa de Obama era un esclavo. Pero sólo es un símbolo. El imperio estadounidense son tres cosas: la industria del armamento, Wall Street y el lobby sionista. Obama sabe que si toca alguno de los tres está muerto. Y no lo hará. La esperanza viene de la sociedad civil. Si se consigue crear una alianza planetaria de todos los movimientos de emancipación, de Occidente y del Sur, entonces habrá una revolución mundial, una revolución capaz de acabar con el orden caníbal del mundo.

2010, un "año horrible" para el sueño europeo

Gerardo Lissardy
Según los analistas, éste ha sido un annus horribilis para el proyecto de integración europea.

El ideal europeo de un continente sin fronteras, con una moneda única y libre circulación de todos los ciudadanos se vio amenazado sorpresivamente este año por eventos como la crisis del euro y las expulsiones de gitanos en Francia.

Diferentes analistas coinciden en que 2010 ha sido uno de los peores años para el proyecto de integración europea, y nadie parece atreverse a pronosticar que 2011 será mucho mejor.

El cóctel de problemas económicos y políticos que en los últimos meses han jaqueado el sueño de unión continental supone un desafío sin precedentes para Europa, advierten los expertos, y la respuesta de sus líderes aún es incierta.

"2010 ha sido un annus horribilis para la integración europea", definió Fabio Liberti, analista del Instituto francés de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS), en diálogo con BBC Mundo.

"Si piensas en cualquier área de la integración, desde la economía hasta la defensa o la agricultura, en todas parece haber un bloqueo", agregó. "Ése es el verdadero problema de esta crisis".

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Año de rescates

Cartel con la leyenda "3 semanas para salvar a Irlanda"

El rescate económico de Irlanda y Grecia mostró las fisuras.

Liberti recordó que, en el pasado, Europa solía utilizar sus crisis para relanzar su proyecto de integración, pero ahora parece ocurrir algo diferente.

Paradójicamente, 2010 era un año llamado a mejorar el funcionamiento interno de la Unión Europea (UE) y aumentar la influencia mundial del bloque de 27 naciones con la entrada en vigencia del Tratado de Lisboa.

Pero las fisuras en el continente afloraron con la crisis financiera que finalmente obligó a Europa a acudir al rescate de Grecia en mayo y de Irlanda más tarde, para salvar al euro, la moneda común que Europa aprobó en la década de los años 90.

En ambos casos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) fue llamado a participar en los enormes salvavidas financieros, algo que previamente muchos veían como una humillación para Europa.

Dudas financieras

Pese a ello y al acuerdo reciente de los líderes europeos de crear un mecanismo permanente de rescate a economías endeudadas, los mercados aún dudan de la solidez financiera de países como Portugal y España.

Todo indica que la respuesta de la UE a la crisis seguirá a prueba el próximo año, cuando los líderes del bloque deberán definir los detalles de la gobernanza económica regional.

Todo indica que la respuesta de la UE a la crisis seguirá a prueba el próximo año, cuando los líderes del bloque deberán definir los detalles de la gobernanza económica regional.

"Esto va a ser tema dominante en 2011 otra vez", le comentó a BBC Mundo Janis Emmanoulidis, analista principal del European Policy Center, con sede en Bruselas.

A su juicio, "es muy difícil hacer pronósticos (sobre lo que ocurrirá) porque estamos todavía en el medio de la crisis". Después de todo, hace un año nadie imaginaba lo que sucedería en Europa durante 2010.

La clave alemana

La situación financiera ha renovado los cuestionamientos sobre la viabilidad del euro como moneda común de una zona tan amplia y con economías tan desparejas.

Al parecer, estas dudas no sólo crecen entre expertos, sino también entre el público en general.

Una encuesta publicada esta semana por el diario alemán Bild indicó que 49% de los encuestados en Alemania se manifiestan insatisfechos con el euro y quisieran volver a utilizar los marcos como moneda corriente.

Mapa de Europa

El futuro de Europa está lleno de luces y sombras.

El dato es significativo si se considera que el país tendrá una voz clave a la hora de decidir cualquier respuesta futura ante la crisis.

Liberti indicó que el balance de poder en la UE parece inclinarse cada vez más hacia Alemania, pero expresó dudas de que el país esté "cultural o políticamente preparado" para asumir un liderazgo mayor en el bloque.

Analistas como Gideon Rachman, del diario británico Financial Times, pronosticaron recientemente que el euro acabará rompiéndose y que "el verdugo" será Alemania.

Pero Liberti opinó que por ahora eso parece improbable, porque la ruptura también perjudicaría a Alemania o Francia, que tienen decenas de miles de millones invertidos en deuda de países acosados por los mercados.

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Efectos políticos

La crisis económica en Europa también ha tenido efectos en el campo político, con el crecimiento electoral de grupos de extrema derecha y populistas en varios países.

Eso ha planteado un desafío extra a partidos mayoritarios, que buscan cómo adaptarse al fenómeno para evitar perder votos y a veces parecen proclives a adoptar posturas contrarias al espíritu integrador europeo.

Los efectos económicos de la crisis son una cosa, pero los efectos políticos son incluso más importantes para la UE como proyecto. Esta crisis es mucho más que económica

Janis Emmanoulidis, analista del European Policy Center

Esto quedó en evidencia con la disputa que vivió Europa por la ofensiva policial lanzada en julio en Francia para expulsar a inmigrantes gitanos provenientes de Rumania y Bulgaria, países miembros de la UE.

La iniciativa fue comparada por la comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, con la deportación masiva de judíos en la Segunda Guerra Mundial, lo que causó un áspero enfrentamiento entre el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y Bruselas.

Para muchos, la crisis de los gitanos en Francia cuestionó otro pilar de la integración europea: el derecho a moverse libremente en el continente que tienen los 500 millones de ciudadanos del bloque.

Además de Francia, otros nueve países de la UE tienen restricciones para la permanencia en sus territorios de inmigrantes europeos, sobre todo mediante la demanda de permisos de trabajo.

"Acto de discriminación"

La semana pasada se supo que Francia y Alemania decidieron bloquear el ingreso de Rumania y Bulgaria al espacio Shengen, la zona europea donde se puede pasar fronteras sin pasaporte, a la que aspiraban ingresar en marzo de 2011.

Expulsión de gitanos de Francia

La expulsión de gitanos de Francia significó un golpe al derecho de libre circulación de los europeos.

Aunque evitaron aludir directamente al tema de los gitanos, Francia y Alemania afirmaron que esos dos países que integran la UE desde 2007 deben hacer progresos en el combate a la corrupción y al crimen organizado.

El presidente rumano, Traian Basescu, calificó la medida como un "acto de discriminación" contra su país.

La UE es considerada a menudo como uno de los proyectos de integración regional más exitosos de la historia moderna, pero ahora hay "un creciente nivel de desconfianza entre los estados miembros", explicó Emmanoulidis.

"Los efectos económicos de la crisis son una cosa, pero los efectos políticos son incluso más importantes para la UE como proyecto", dijo. "Esta crisis es mucho más que económica".

miércoles, 29 de diciembre de 2010

De nuevo tambores de guerra en Israel


Ilan Pappe

Mondoweiss

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Si una vez más se escuchan tambores de guerra en Israel se debe a que se duda de su capacidad para vencer. Dos años después de la “Operación Plomo Fundido”, y a pesar de la triunfante retorica de las diversas informaciones conmemorativas aparecidas en los medios, hay una especie de sensación de que esa campaña tuvo tanto de fracaso como la segunda guerra del Líbano de 2006. Lamentablemente, dirigentes, generales y el público mayoritario en el estado judío sólo saben actuar de una única manera, mediante debacles y fiascos militares. Creen que sólo pueden redimirse lanzando otra guerra u operación exitosa, aunque perpetrando ahora tal acción con mucha más fuerza y mucha más crueldad que la anterior, en la esperanza de obtener mejores resultados la próxima vez.

Según explican algunos de los principales comentaristas de los medios locales (repitiendo como loros lo que oyen decir a los generales en el ejército), lo que se necesita es fuerza y poderío para “disuadir”, “dar una lección” y “debilitar” al enemigo. No hay ningún nuevo plan para Gaza, porque verdaderamente no desean volver a ocuparla y ponerla bajo gobierno directo israelí. Lo que se está sugiriendo es que hay que machacar a la Franja y a su pueblo otra vez más, con mayor brutalidad aunque durante un tiempo más corto.

Uno podría preguntarse por qué una acción de tal calibre daría mejores frutos que la “Operación Plomo Fundido”. Pero esa sería una pregunta errónea. La pregunta que cabría hacer de forma acertada es: ¿Qué otra cosa es capaz de hacer la actual elite militar y política de Israel (en la que se incluyen el gobierno y los principales partidos de la oposición)?

Llevan ya años sabiendo qué hacer en Cisjordania: colonizar, limpiar étnicamente y trocear la zona hasta acabar con ella, mientras en público siguen mostrándose leales al inútil discurso de paz o, mejor dicho, al inútil “proceso de paz”. El resultado final esperado es una dócil Autoridad Palestina dentro una Cisjordania fuertemente judaizada. Pero no tienen ni idea de cómo manejar la situación en la Franja de Gaza desde que Ariel Sharon puso en marcha el “desenganche”. La falta de voluntad del pueblo de Gaza a desengancharse de Cisjordania, y del Mundo, parece ser mucho más difícil de derrotar incluso después del horrible precio en víctimas humanas que los habitantes de Gaza pagaron en 2008 por su resistencia y desafío.

El escenario para la próxima ronda va desplegándose ante nuestros ojos y se asemeja deprimentemente al mismo deterioro que precedió a la masacre de Gaza de hace dos años: bombardeos diarios contra la Franja y una política de provocación frente a Hamas para poder justificar ataques más amplios e intensos. Como explicó un general, ahora hay que tener en cuenta el efecto dañino causado por el informe Goldstone: a saber, el próximo ataque importante debería parecer más plausible que el de 2009 (aunque tal preocupación no va a ser crucial para este gobierno en particular ni va a servir tampoco de obstáculo).

Como ocurre siempre en esta parte del mundo, hay otros escenarios posibles, menos sangrientos y quizá más esperanzadores. Pero no se acierta a ver quién podría generar un futuro diferente a corto plazo: ¿La pérfida administración Obama? ¿Los indefensos regímenes árabes? ¿La tímida Europa o las minusválidas Naciones Unidas? La firmeza del pueblo de Gaza y del pueblo palestino en general ha supuesto que la gran estrategia israelí para hacer que desaparezcan, como el fundador del movimiento sionista, Theodore Herzl, confiaba en hacer con el pueblo originario de Palestina ya en las postrimerías mismas del siglo XIX, no haya funcionado ni vaya a funcionar en el futuro. Pero el precio a pagar puede aún ser más alto y es llegada ya la hora de que todos aquellos que se manifestaron con voz poderosa y eficaz TRAS la masacre de Gaza de hace dos años, lo hagan AHORA, para tratar de impedir la siguiente.

En Israel se describe esa voz como el intento de “deslegitimizar” al Estado judío. Es la única voz que parece preocupar seriamente al gobierno y a la elite intelectual de Israel (mucho más de lo que pueda molestarles cualquier condena suave por parte de Hillary Clinton o de la UE). El primer intento para contrarrestar esa voz fue afirmar que tal deslegitimación suponía un antisemitismo disfrazado. Pero, al parecer, esto fue contraproducente porque Israel exigió saber quién apoyaba sus políticas en el mundo; y así fue como se enteró de que los únicos defensores entusiastas de la política israelí en el mundo occidental son actualmente los de la extrema derecha, tradicionalmente organizaciones y políticos antisemitas. En el segundo intento, Israel trató de defender que las acciones en forma de Boicot, Desinversiones y Sanciones lo único que conseguían es que Israel se sintiera cada vez más dispuesto a seguir siendo un estado canalla. Sin embargo, esa es una amenaza vacua: las políticas de Israel no se generan por esa voz moral y decente; bien al contrario, esa voz es uno de los pocos factores que refrenan las políticas agresivas, y quién sabe cuándo, si en el futuro los gobiernos occidentales se unen a sus pueblos como finalmente hicieron en el caso del apartheid sudafricano, es posible que pueda ponerse fin a todas esas políticas y permitir que judíos y árabes vivan por igual en paz en Israel y Palestina.

Esa voz es eficaz porque muestra claramente el vínculo entre el carácter racista del estado y la naturaleza criminal de sus políticas hacia los palestinos. Esa voz se convirtió recientemente en una campaña organizada y claramente definida con un claro mensaje: Israel seguirá siendo un estado paria mientras su constitución, leyes y políticas sigan violando los derechos humanos y civiles básicos de los palestinos, donde quiera que se hallen, incluido el derecho a vivir y existir.

Lo que se necesita ahora es que la noble pero totalmente inútil energía invertida por el campo de la paz en Israel y sus iguales en occidente en el concepto de “coexistencia” y en los proyectos de “diálogo”, la reinviertan, antes de que sea demasiado tarde, en el intento de impedir otro capítulo genocida en la historia de la guerra de Israel contra los palestinos.

Ilan Pappe es coautor, con Noam Chomsky, de Gaza in Crisis: Reflections on Israel's War Against the Palestinians (Haymarket Books).

martes, 28 de diciembre de 2010

“Es tan importante reivindicar la unidad como la igualdad entre las mujeres y hombres en lucha por la liberación de Palestina”

Entrevista a Iman, presa durante 10 años en las cárceles de la ocupación


Iman intervino con el testimonio de su propio encarcelamiento en el Foro internacional árabe en apoyo a los presos en las cárceles de la ocupación. Durante diez minutos habló de las condiciones de encarcelamiento de las mujeres palestinas en las cárceles israelíes, del incumplimiento de las convenciones internacionales en materia de derechos humanos, y reprochó a las organizaciones políticas la falta de unidad que, según dijo, debería ser algo más que declaración de principios.

En un pequeño descanso le pedimos contestar algunas preguntas para Rebelión.

¿Podrías contarnos cuándo fuiste detenida, con qué cargos y cómo son las condiciones en las cárceles israelíes?

Me llamo Iman, fui detenida por los israelíes en 1987 y estuve en prisión hasta 1997. Las mujeres sufrimos una situación especial en los encarcelamientos pues estamos sometidas a mayores vejaciones y humillaciones constantes. Nos maltratan física y sicológicamente. Cada vez que nos trasladan de la zona de reclusión a la zona de visitas o viceversa, o cuando nos llevan a los tribunales, nos desnudan y nos insultan pues saben que esto nos afecta especialmente. Cualquiera de las presas que rechaza ser registrada y desnudada es apaleada y humillada. Así ocurrió en mi caso, me negué a que me desnudaran y entonces me pegaron, me quitaron la ropa, me dejaron marcado todo el cuerpo y muchas de esas marcas todavía permanecen. En muchas ocasiones nos meten en celdas individuales y nos dejan aisladas durante días.

Aunque la ley israelí contempla un régimen de visitas de las personas con vínculos familiares más próximos, padre, madre o hijos, es muy frecuente que nos nieguen estas visitas y cuando los hijos de las presas cumplen los 16 años ya no se les permite visitar a sus madres.

¿Las detenciones de mujeres aumentaron en los últimos años o siempre ha sido así?

Sí, ahora son mucho más frecuentes. La mayor parte de las veces nos acusan de ser suicidas, de ayudar a mujeres de suicidas, o de atentar contra soldados israelíes. En mi caso, me acusaron de participar en la preparación de un atentado que nunca se llevó a cabo y me agravaron la pena por pegar a dos de mis carceleras cuando ellas empezaron apegarme y yo respondí a los golpes.

¿Perteneces a alguna organización?

Yo pertenezco a Palestina, esa es mi pertenencia. Antes de entrar en la cárcel pertenecía a Fatah intifada, es decir, a un sector crítico, contrario a la línea política de Al- Fatah.

En tu intervención en el foro hablaste de unidad de los palestinos como forma de luchar y resistir.

Sí, hablé de unidad pero en un sentido crítico. La idea de que el obstáculo para el triunfo de nuestra causa depende de nosotros, de que no estamos unidos es una verdad a medias. En realidad en mi intervención traté de responder a esos discursos que son solo discursos, que dicen “uníos para poder triunfar”, como si hubiera una relación dialéctica entre la unidad y el triunfo. Cuando el ataque al Líbano en el año 82 estábamos unidos, todas las corrientes política, todos los movimientos… fuimos asediados durante tres meses y nadie del mundo árabe acudió a salvarnos; en ese momento la unidad sirvió de bien poco. No quiere decir que no tenga que haber unidad, no es eso, pero también hay que hacer un llamamiento a los países árabes que tanto nos reclaman y sin embargo no hacen nada por nosotros. Lo mismo pasó cuando el ataque a Gaza en el 2008 y 2009 después de casi tres años de sitio, hubo muchas declaraciones, mucha indignación, había una resistencia unificada y sin embargo no acudieron del otro lado. Ese fue el grito que lancé en el Foro, sí a la unidad pero también sí a la implicación de los demás países árabes.

En este Foro se nos pone de ejemplo a Argelia, se nos ha dicho en los testimonios de los revolucionarios que participaron en la lucha por la liberación que la clave está en nuestra unidad, pero Argelia ha estado 130 años bajo la ocupación francesa y sólo en los últimos siete años fueron capaces de vencer al enemigo. Sí, estaban unidos, triunfaron, pero también contaron con el apoyo incondicional de los países árabes, como Iráq, Egipto.. e incluso con países no árabes como Cuba. Nuestro pueblo en su conjunto está convencido de la necesidad de luchar por todas las vías, incluso por la lucha armada, tanto en Gaza como en Cisjordania pero necesita del respaldo de los demás países árabes resistencia? y también es muy importante el de los palestinos de la diáspora.

¿Cuál crees que es el papel que juegan o pueden jugar las mujeres en la lucha por la liberación de Palestina?

El papel de las mujeres es fundamental, no sólo somos la mitad de la sociedad, somos también las madres, las mujeres de los presos, las hermanas… Nosotras respaldamos a nuestros maridos en la lucha, les damos ánimos y tenemos hijos que serán garantizarán la continuidad de la lucha. Pero también combatimos directamente, por eso creo que es tan importante reivindicar la unidad como la igualdad entre las mujeres y hombres en lucha.

Por eso te preguntaba, porque tengo la sensación de que a pesar de ese papel tan importante no parece reflejarse en la participación en los órganos políticos, en la toma de decisiones, etc.

Todavía falta mucho pero creo que sí, que cada vez tenemos más peso. Las mujeres hoy formamos parte del legislativo, de otros organismos de representación palestina, incluso del gobierno, y estas mujeres pueden determinar la evolución de la lucha. Mi presencia aquí es una contribución, un grano de arena pero importante a esta lucha de las mujeres al interior del movimiento de resistencia. Fuera de Palestina la mujer también tiene un papel importante de preparación de sus hijos, de hacerles llegar el conocimiento de la historia palestina porque tendrán que regresar un día a su tierra, esa mujer tiene que darles ánimos y esperanza de que esto es así y tiene que trasladar esa voluntad de igualdad.

¿En este encuentro están representadas todas las fuerzas políticas palestinas, tanto religiosas como laicas, y también todo el espectro social y político árabe que se solidariza con la causa palestina, tú qué esperas que salga de este encuentro?

Espero que no se convierta en mero Encuentro literario, retórico, teórico, cuyas resoluciones se guardan en las mesas de los dirigentes e intelectuales que hayan asistido y que se plasme en actos concretos, conscientes, de contribución a la lucha por la liberación de los presos. No sirve de nada que nos encontremos, que hablemos, que lleguemos a consensos si no hay un programa concreto que poner en marcha.

El siglo XVIII puede esconder la clave del cambio climático

Redacción
Bitácora

Los científicos analizarán una por una las bitácoras de los viajes al Ártico del siglo XVIII.

"No puedes mirar hacia adelante sin mirar hacia atrás".

Con esta frase, el investigador Dennis Wheeler, define las bases del proyecto de investigación que está llevando a cabo con sus colegas de la Universidad de Sunderland, en el Reino Unido: estudiar en detalle los diarios de viaje de los barcos que navegaron por el Círculo Polar Ártico durante el siglo XVIII, en busca de pistas sobre el cambio climático.

Cual si fueran detectives, los científicos analizarán la inmensa cantidad de anotaciones hechas por exploradores, balleneros y comerciantes durante sus viajes, que tuvieron lugar hace más de 260 años.

El objetivo es determinar si estas bitácoras contienen alguna clave sobe los niveles del hielo en la zona en esa época.

"Vamos a buscar información sobre el cambio climático, especialmente sobre el avance y retroceso de los hielos entre 1750 y 1850", señaló Wheeler.

"El Ártico es una zona extremadamente importante, pero necesitamos saber cómo se comportó en el pasado para evaluar cómo se comportará en el futuro", añadió.

Viajes famosos

Vamos a buscar información sobre el cambio climático, especialmente sobre el avance y retorceso de los hielos entre 1750 y 1850

Dennis Wheeler, Universidad de Sunderland

Entre los registros a investigar se encuentran los de viajes famosos, como la expedición polar del británico William Edward Parry, uno de los primeros en aventurarse -en 1827- al Polo Norte, o e el viaje de su compatriota John Franklin en busca del Paso del Noroeste.

También analizarán los registros de la Marina Real Británica y la Compañía de la Bahía de Hudson, una de las empresas comerciales, de Canadá, más antiguas del mundo.

Al contrario de lo que se pueda pensar, los récords de los barcos contienen datos muy precisos y valiosos tanto para los científicos como para los historiadores.

La mayor parte de la información meteorológica proviene de las mediciones tomadas por los barómetros y termómetros de cada barco. Como ambos instrumentos eran muy costosos, permanecían guardados en la cabina del capitán.

Por esta razón, las mediciones eran tomadas casi siempre en la sombra de la cabina, donde no había calefacción, y por lo tanto pueden compararse perfectamente con los registros modernos.

Detalles

Se analizarán entre otros los registros de los barcos de la Compañía de la Bahía de Hudson.

Por otra parte, como los cronómetros marinos no estaban en boga -pese a que se inventaron en el siglo XVIII-, los capitanes debían registrar con detalles las variables del clima, como ser la dirección y la velocidad del viento, para calcular la longitud.

Estos registros son los que ahora pueden resultar cruciales para los investigadores.

Sobre todo porque el cambio climático "no es más un tema científico, es una preocupación política y global", afirmó Wheeler.

Los hallazgos del equipo -que trabajará en el proyecto por los próximos tres años- serán presentados al final en una serie de conferencias internacionales y el informe final será publicado y puesto a disposición del público.

Los países del Índico son aún vulnerables a un gran tsunami

Redacción
Un niño participa en la celebración del sexto aniversario del gran tsunami en Aceh, Indonesia.

Indonesia trabaja para sustituir la red de boyas de alerta por un cable submarino.

Con un rezo colectivo los indonesios recordarán este domingo en Aceh el tsunami que hace seis años golpeó su costa y la de otros 12 países del océano Índico, causando la muerte a cerca de 225.000 personas.

La zona más castigada por la tragedia fue esta provincia de Indonesia, donde se perdieron cerca de 170.000 vidas.

Desde aquel 26 de diciembre de 2004, una serie de catástrofes naturales han puesto de relieve la vulnerabilidad de Indonesia a los movimientos sísmicos. Sin embargo, las autoridades aún no han concluido la implantación de un sistema de alerta temprana de tsunamis, como informa desde Jakarta el corresponsal de la BBC, Phil Mercer.

Indonesia se halla en el "cinturón de fuego del Pacífico", una zona de gran actividad sísmica debido al continuo roce de las placas tectónicas bajo este océano.

La fosa de Java, una de los lugares del mundo donde se producen más terremotos, se extiende en paralelo a la costa occidental de Sumatra, una de las grandes islas del archipiélago indonesio.

Fue el epicentro de aquel terremoto submarino de 2004 que causó uno de los mayores desastres naturales jamás registrados.

clic Lea: Los supervivientes cuentan cómo han reconstruido sus vidas

Sistema de boyas

ALERTA EN EL PACÍFICO

Este mismo sábado, el Centro de Avisos de Tsunamis del Pacífico, con sede en Hawaii, activó una alerta regional durante unas horas tras un terremoto de 7,3 grados pero la canceló al comprobar que las olas se elevaban solo 15 centímetros por encima de lo habitual.

Desde entonces, Indonesia ha sido golpeada por varios grandes terremotos y por los consiguientes tsunamis que desataron.

En 2006, se estima que murieron unas 5.000 personas tras varios choques sísmicos en la ancestral ciudad de Yogyakarta, en la isla de Java.

A principios de este año, unos 400 indonesios murieron ahogados por olas de gran altura generadas por un terremoto en las islas Mentawai, cerca de Sumatra.

Dos meses después del tsunami, más de 1.700 familias siguen sin casa.

Aunque es imposible predecir cuando se producirá un terremoto y qué fuerza tendrá, varias regiones del mundo cuentan con sistemas de alerta temprana de tsunamis.

Después del gran tsunami, que pilló desprevenidos a millones de residentes costeros, los gobiernos de la región desplegaron un sistema de boyas de vigilancia en los océanos Índico y Pacífico para detectar a tiempo la existencia de olas de tamaño anormal.

Este mismo sábado, el Centro de Avisos de Tsunamis del Pacífico, con sede en Hawaii, activó una alerta regional durante unas horas tras un terremoto de 7,3 grados pero la canceló al comprobar que las olas se elevaban solo 15 centímetros por encima de lo habitual.

Ahora, las autoridades de Indonesia afirman que están trabajando para sustituir la red de boyas oceánicas con que cuentan por un cable submarino que debería estar en funcionamiento el año que viene.

clic Lea: Las boyas no detectaron el tsunami de las islas Mentawai

El nuevo sistema de vigilancia transmitirá datos vía satélite, aunque podría no ser capaz de alertar a tiempo si el seismo se produce muy cerca de tierra.

Aunque la tecnología es importante, los consultores en seguridad afirman que Indonesia no está preparada para lo peor, según informa nuestro corresponsal.

Creen que aún hace falta más concienciación y educación para proteger a aquellos que viven en el precario cinturón de fuego.

La Teología de la Muerte

OPINION

Por Rubén Dri *

El 23 de diciembre, organizado por la Asociación Madres de Plaza de Mayo, se llevó a cabo el juicio ético a la Iglesia cómplice de la dictadura militar. Se resaltó que el juicio no era a toda la Iglesia ni era contra la fe o contra el cristianismo, sino contra la Iglesia cómplice. Se recalcó que hubo otra Iglesia comprometida, cuyos militantes fueron perseguidos, secuestrados, encarcelados, torturados y “desaparecidos” como todos los militantes populares. En el juicio expuse conceptos centrales de una verdadera Teología de Mal, que ya había expuesto en Teología y dominación y que, por diversos motivos, habían pasado inadvertidos. Varios me expresaron asombro y horror. Me parece, pues, importante reproducir algunos conceptos entonces publicados, previa readecuación al momento presente. Ello echa un poco de claridad sobre los hechos aberrantes que salen a luz a raíz de los juicios a los máximos responsables del genocidio.

Los crímenes de la dictadura militar fueron impulsados por una determinada mística del soldado cristiano que ha sido coherentemente mantenida por los vicarios y el provicario castrense, en el período que va del ’76 al ’83. La concepción de la presencia de “Dios en el soldado”, que defendía el provicario Victorio Bonamín en 1976, es la misma que está presente en la concepción de los militares argentinos como “soldados del evangelio” que sostiene el vicario castrense José Medina en 1982.

Tanto Bonamín como Medina son buenos exponentes de esta concepción del militar cristiano. Pero tal vez sea el vicario y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Adolfo Tortolo, la voz más autorizada. Sus conceptos al respecto son sobrecogedores y permiten en cierta manera comprender la “furia mística” de ciertos militares como Videla. “El cristiano toma en sus manos –como hombre que vive su conciencia sacerdotal– el don de la vida natural y la ofrece a Dios destruyéndose o inmolándose en reconocimiento de la infinita majestad de Dios y en prueba de su entrega definitiva al Ideal. Esto nos lleva a la ofrenda en aras de un Ideal cuya raíz es Dios; al servir a la Patria hasta morir por ella.”

Ya tenemos los conceptos que fundamentarán la mística del soldado cristiano, capaz de morir y de matar: la “Infinita Majestad de Dios”, Dios todopoderoso, el cual exige destrucción o inmolación. Dios es un Ideal que se alimenta de la destrucción de la vida natural. Necesita sangre. De Dios deriva la Patria, que viene a ser una encarnación divina; en consecuencia un Ideal que solo vivirá de inmolación y destrucción.

“El amor a la Patria es sagrado [...] Cristo amó a su Patria, sojuzgada entonces por Roma. Dignificó y santificó de este modo el valor de la Patria. El amor a la Patria, que debe ser generoso y leal en cualquier hombre, debe serlo doblemente en el cristiano. Si morir por la Patria es dulce para cualquier hombre de bien, más dulce lo es para el cristiano que contempla el universo a la luz de la fe, y a la luz de la fe considera el Ideal de la Patria. Este amor a la Patria debe darse en grado eminente y heroico en quienes integran las Fuerzas Armadas de una Nación.” Un amor “en grado eminente y heroico” a un Ideal que exige inmolación y destrucción puede ser terrible, puede llevar a la furia de la destrucción “más allá del bien y del mal”.

Continúa el vicario castrense: “La vocación militar está signada por el riesgo permanente. Riesgo que la Fortaleza espiritual dinamiza y nutre. En las Fuerzas Armadas debe darse una clara y decidida vocación a la muerte como ideal inherente a su más entrañable Ideal Militar, condición ‘sine qua non’ para vivir el sentido heroico de la vida y para realizarse con el plasma que plasma héroes”. La “Fortaleza espiritual”, es decir, la mística que proporciona la legitimación teológica que realiza el vicariato, “nutre y dinamiza” el “riesgo permanente” de los militares, ese jugarse siempre al borde de la muerte que los caracteriza, porque al Ideal Militar le es inherente la vocación a la muerte. Allí está presente la Iglesia con su teología de la muerte para sostener espiritualmente a los caballeros de la muerte.

Pero el vicario castrense no deja de seguir internándose en estas profundas sendas de la mística de la muerte: “El héroe está hecho de renuncias personales, de grandeza de alma, de fe integral, ajena a toda servidumbre espuria. El héroe está situado inmediatamente después que el santo –sin olvidar que todo santo es héroe– así sea héroe con el heroísmo de la humildad y del silencio”. El texto habla de por sí. El héroe, o sea, el militar, viene inmediatamente después del santo, o sea del sacerdote, sin olvidar que todo santo o sacerdote es héroe o militar, el santo y el héroe, la cruz y la espada, la Iglesia y el Estado. El sacerdote u hombre de Iglesia es un santo-héroe y el militar un héroe-santo, anverso y reverso de la misma realidad, con hegemonía del santo pero que sólo puede hacerla valer con la fuerza del héroe.

Luego viene la estremecedora conclusión: “No es necesaria la efusión de sangre para ser héroe. Basta vivir el terrible cotidiano, sin dejar de cultivar la perspectiva de una senda que exija la efusión de sangre”. Creo que no es necesario agregar nada más. Aquí está en toda su trágica dimensión lo sustancial de una Teología de la Dominación, que se manifiesta crudamente como Teología de la Muerte, que sirvió para mantener el espíritu de los militares que sólo mediante un genocidio creían poder volver atrás la historia para revivir los supuestos idílicos tiempos de la perfecta unión entre la cruz y la espada.

La Teología de la Dominación en su versión más acabada de la Teología de la Muerte desarrollada por los vicarios castrenses, con su correspondiente mística del soldado cristiano, debía ser aplicada por los capellanes militares, cuya labor era, como la definió Bonamín, “formar espiritualmente y doctrinariamente a los cadetes y soldados”. Monseñor Antonio Plaza, al estrenarse como flamante capellán de la policía bonaerense, la de Camps, aseguró que la Iglesia brindaría “fortaleza espiritual” a los integrantes de los cuadros policiales y a sus familias “para templarlos ante la adversidad”.

Los capellanes militares junto con los integrantes de las Fuerzas Armadas y policiales, en los centros clandestinos, en sus relaciones con las familias de los militares, eran la cruz junto a la espada, el espíritu que animaba a la materia, lo sagrado que daba sentido a lo profano, es decir, a los secuestros, torturas y desapariciones. En efecto, de acuerdo con la mística que se deriva de la concepción del Dios mayestático que exige inmolación y destrucción, el capellán Mackinnon podía invocar a Dios “para que nuestro uniforme no tenga otra mancha que la de la sangre propia o ajena derramada por una causa justa; porque esta sangre no mancha, dignifica”.

Esta acción mostró su eficacia en los centros clandestinos. Hay testimonios sobre la existencia de interrogadores cursillistas, además del conocimiento que tenemos de la existencia de toda una brigada que llevaba el nombre de “Colores”, el himno del cursillismo, cuyo representante principal, apellidado precisamente Colores, se caracterizaba por la manera en que gozaba las torturas. Había militares que en los centros clandestinos usaban el rosario, militares torturadores que se consideraban cruzados, inquisidores, enviados de Dios en contra de los diablos; torturadores que interrogaban sobre la fe de sus víctimas; y por supuesto la continua proclamación de “los valores occidentales y cristianos” por los que se lucha.

* Profesor consulto de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).

lunes, 27 de diciembre de 2010

La próxima guerra

Le Monde diplomatique

Traducido para Rebelión por Caty R.

La incapacidad del presidente Barack Obama para frenar la colonización en Cisjordania y Jerusalén pone de manifiesto la parcialidad de Washington. Confirma la ausencia de una determinación firme de Estados Unidos para imponer la paz en el frente israelí-palestino. Existe un gran riesgo de que esta «ausencia de paz» se transforme en un conflicto abierto, la única incertidumbre es dónde tendrá lugar la próxima guerra: ¿en Gaza, Líbano o Irán?

El uno de marzo de 1973 el presidente de Estados Unidos Richard Nixon recibió en Washington a la primera ministra israelí Golda Meir y le informó de que el presidente egipcio Anuar el Sadat estaba listo para negociar un acuerdo global. Dando a entender que su país quería la paz, Meir respondió que prefería un acuerdo provisional, que no podía fiarse de las maniobras de El Cairo porque lo que pretendía éste, en primer lugar, era la retirada israelí de las líneas del 4 de junio de 1967, seguida de un retorno al Plan de Partición aprobado por las Naciones Unidas en 1947 y una solución del problema palestino que tendría que negociar con Yasser Arafat y «los terroristas».

Aludiendo a esta conversación, a partir de las grabaciones ya publicadas, el periodista israelí Aluf Benn («Netanyahu is telling Obama wat Golda told Nixon» Haaretz , 15 de diciembre de 2010) establece un paralelismo entre la situación de aquella época, cuando el rechazo israelí desembocaría en la guerra de octubre de 1973 y el cruce del canal de Suez por las tropas egipcias, y las respuestas dilatorias de Benjamín Netanyahu al presidente Barack Obama. Recuerda que el actual primer ministro, que regresó precipitadamente de Boston para montar el frente en octubre de 1973, debería «refrescar su memoria escuchando las grabaciones de las conversaciones entre Meir y Nixon y preguntarse qué puede hacer para no repetir los mismos errores y empujar ciegamente a su país a un segundo desastre de Yom Kipur», una guerra que costó 2.600 soldados al ejército israelí.

El rechazo de Tel Aviv a la propuesta del presidente Barack Obama de congelar durante tres meses la colonización en Cisjordania (pero no en Jerusalén Oriental) a cambio de promesas sin precedentes que el comentarista Thomas Friedman («Reality Check», New York Times, 11 de diciembre de 2010), poco sospechoso de simpatizar con los árabes, compara con un intento de corrupción pura y simple, confirmó no solamente la incapacidad del presidente Obama de ejercer una presión seria sobre Israel, sino también el rechazo de Netanyahu al más mínimo compromiso. Por supuesto, como sus predecesores, Netanyahu pretende querer la paz, pero la paz humillante impuesta por los vencedores, una paz basada en la negación de los derechos básicos de los palestinos.

Durante las negociaciones secretas con los palestinos en el año que termina, Netanyahu ha repetido que cualquier acuerdo requiere la aceptación por los palestinos del «concepto de seguridad» israelí, lo que significa, entre otras cosas, la aceptación de la presencia de tropas israelíes en el Jordán y a lo largo del «muro del apartheid» (en el lado palestino, naturalmente) y la continuación de la ocupación de una parte no negociable de Cisjordania (San Ephron, «16 hours in September, Newsweek, 11 de diciembre de 2010). Netanyahu no ha fijado ningún plazo de término de dicha presencia israelí que, por supuesto, deberá durar hasta que los palestinos se vuelvan «civilizados»…

Este bloqueo en el frente palestino empuja al ejército israelí a trazar los planes de sus nuevas guerras, basadas en el citado «concepto de seguridad» que pretende que todos aquéllos que rechazan el dominio de Tel Aviv sobre la región son «terroristas» a quienes hay que eliminar. Ningún otro país, ni siquiera Estados Unidos, tiene una concepción tan extensiva de la seguridad, una concepción que convierte a Israel en un fabricante de guerras perpetuas. ¿A quién fulminará el ejército israelí? ¿Contra quién lanzará sus próximos ataques?

¿Contra Gaza? Hace dos años los tanques y la aviación israelí redujeron a cenizas cientos de edificios y mataron a cientos de civiles, perpetrando lo que el Informe Goldstone calificó de «crímenes de guerra y probablemente «crímenes contra la humanidad». Sin embargo Hamás continúa sólidamente instalado en el poder. ¿Cuánto tiempo puede resignarse Tel Aviv a esta situación?

¿Contra Líbano? En julio y agosto de 2006 el ejército israelí fracasó en su intento de someter a Hizbulá, pero consiguió destruir el país, con total desprecio por el derecho internacional; tres años y medio después Hizbulá es más poderosa que nunca y el Estado Mayor israelí no descarta una importante operación que amenaza con llevar a la ocupación de una parte de Líbano (Véase Anshel Pfeffer, «Is the IDF prepping for a third war with Lebanon», Haaretz, 19 de diciembre de 2010).

¿Contra Irán? ¿Arriesgándose a provocar un conflicto enorme que se extendería de Iraq a Líbano, de Palestina a Afganistán?

Nadie puede decirlo, pero en Oriente Próximo la ausencia de paz desemboca forzosamente en la guerra… Al contrario que en 1973 es Israel quien tomará la iniciativa directa del conflicto, salvo que choque no sólo con enemigos más eficaces sino, como señala el militante pacifista israelí Uri Avnery («Israel navega rumbo al desastre», Gush Shalom, 18 de diciembre de 2010), con una gran hostilidad de la opinión mundial, hostilidad creciente como demuestra el reconocimiento del Estado palestino en las fronteras de 1967 por parte de Brasil, Bolivia y Argentina, o la carta de 26 ex dirigentes europeos (Chris Patten, Giuliano Amato, Felipe González, Lionel Jospin, Hubert Védrine, Raomano Prodi, Javier Solana, etc.) –todos, excepto los extremistas- reclamando a la Unión Europea que imponga sanciones si de aquí a la primavera el gobierno israelí no cambia de política.

La Organización de los Derechos Humanos publicó el 19 de diciembre un informe («Israel/West Banck: Separate and Unequal») que señala que los palestinos son víctimas de discriminaciones sistemáticas y llama al gobierno de Estados Unidos a reducir en más de mil millones de dólares su ayuda anual a Israel (es decir, el equivalente a las inversiones israelíes en beneficio de las colonias).

En conclusión, Avnery señala que el apoyo estadounidense a Israel revela la asistencia al suicidio: «En Israel, ayudar a cometer suicidio es un delito. El suicidio en sí, sin embargo, está permitido por nuestras leyes. Aquéllos a quienes los dioses quieren destruir, primero los enloquecen. Ojalá recuperemos nuestros sentidos antes de que sea demasiado tarde».

Fuente: http://blog.mondediplo.net/2010-12-22-La-prochaine-guerre

¿Quién gobierna EEUU?

26 Diciembre 2010

Bob Woodward, el periodista que desató el Watergate en compañía de Carl Bernstein, formula una respuesta a esa pregunta en su libro más reciente, Obama’s War (Simon & Schuster, Nueva York, 2010): ni el Poder Ejecutivo, ni el Poder Legislativo y menos el Judicial. Quien gobierna realmente, dice Woodward, es el complejo militar-industrial, es decir el Pentágono y las grandes empresas productoras de armamento, a cuyo directorio suelen ingresar no pocos jefes militares estadounidenses cuando se retiran. Leído el libro, Michael Moore espetó: “El título de ‘Comandante en Jefe’ (que detenta el presidente) es tan ceremonial como el de ‘Empleado del Mes’ del Burger King del barrio”. Léase lo que Obama’s War revela.

El sábado 28 de noviembre de 2009 Obama se reúne con miembros del Consejo Nacional de Seguridad a fin de diseñar su nueva estrategia para Afganistán. Los militares le presentan una sola opción: mandar más efectivos. El mandatario señala que no está cerrada la otra, la de establecer un plan de retirada, y el coronel de ejército John Tien expresa: “Sr. Presidente, no veo cómo puede usted desafiar a sus mandos militares. Porque si le dice al general McChrystal (entonces al mando de las tropas invasoras) ‘ya cuenta con recursos, pero decidí hacer otra cosa’, probablemente tendrá que reemplazarlo. Usted no le puede decir ‘hágalo a mi manera, gracias por su gran trabajo’. ¿Dónde acabaría esto?”.

El coronel Tien -agrega Woodward- no tuvo necesidad de explicar más. “Sus palabras implicaban que no sólo McChrystal sino también todo el alto mando militar podría rebelarse, Gates, el almirante Mike Mullen, el presidente del Estado Mayor y el general Petraeus, entonces jefe del comando central estadounidense. Tal vez ningún presidente podría resistir el embate, especialmente uno de 48 años de edad con cuatro años de senador y 10 meses de comandante en jefe.” Se conoce el final de la historia: tres días después, Obama anunció el envío de más tropas al país asiático.

Lyndon B. Johnson corrió suerte parecida. A él le tocó Vietnam. El asesinato de John Kennedy lo convirtió en presidente de EE.UU. en noviembre de 1963 y a pocas horas de asumir se le informó que la situación en Vietnam del Sur era más grave de lo que se podía suponer. El reconocido periodista Bill Moyers, que fue secretario de prensa de LBJ, grabó en secreto muchas conversaciones sostenidas entonces en la Casa Blanca y aun llamadas telefónicas del flamante presidente. Registró así las idas y venidas del mandatario, irresuelto sobre la conveniencia o no de escalar el conflicto.

Moyers relató que Johnson efectuaba consultas amplias dentro y fuera de la Casa Blanca (www.pbs.org, 201109) y venía resistiendo las presiones de líderes republicanos como Nixon y Goldwater: quería analizar la situación con cuidado y evaluar alternativas con su secretario de Defensa, Robert McNamara. El 2 de marzo de 1964 éste le presentó un memo urgente del Estado Mayor Conjunto que señalaba: “Impedir la caída de Vietnam del Sur es de suma importancia para Estados Unidos”.

Johnson no quiere ampliar la participación militar de EE.UU. en Vietnam, pero acaecen los dos incidentes del golfo de Tonkin que conducen a un enfrentamiento naval armado entre un buque norteamericano y lanchas lanzatorpedos norvietnamitas. LBJ acepta el aumento de tropas para combatir al Vietcong, aunque duda del origen del segundo choque que, como se descubrió después, fue una fabricación para forzarlo a tomar esa decisión.

Moyers da cuenta de las presiones del jefe del Pentágono y de la cúpula militar para lograr, como lograron, el incremento paulatino de efectivos. “Es difícil argumentar con los comandantes -es una frase grabada de LBJ-, porque en el fondo de mi pensamiento me inclino por una intervención muy limitada. Y no creo que los comandantes piensen lo mismo. En realidad, sé que no.” Cuando la guerra de Vietnam concluyó en 1975 con la derrota de EE.UU., habían participado en el conflicto dos millones y medio de militares norteamericanos y el número de bajas sufridas ascendía a casi 60.000. En tanto, las empresas armamentistas obtenían -como obtienen hoy- jugosos beneficios.

El general Dwight D. Eisenhower tenía plena conciencia de estos hechos. Lo preocupaban. En el discurso que pronunció el 17 de enero de 1961, al terminar su mandato presidencial, subrayó: “La conjunción de un inmenso aparato militar y de una vasta industria productora de armamento es nueva en la experiencia de EE.UU. Su influencia abarcadora -económica, política, incluso espiritual- se deja sentir en cada ciudad, cada Parlamento, cada oficina del gobierno federal…, debemos estar en guardia contra la adquisición de una influencia no autorizada por parte del complejo militar-industrial. El potencial del surgimiento desastroso de un poder indebido existe y persistirá”. No se equivocaba.



2010, récord en desastres naturales

Redacción
Terremoto en Haití

Una mujer pide clemencia tras el terremoto de Haití.

Terremotos en Haití y Chile, olas de calor y heladas, volcanes en Islandia y Filipinas, inundaciones en Pakistán, Colombia y México...

2010 sufrió más desastres naturales que lo habitual, cobrándose un cuarto de millón de vidas, y se convirtió así en el año más mortífero en una generación.

Además, la incidencia de desastres naturales provocó cuantiosas pérdidas económicas y dejó cientos de miles de damnificados.

"En los últimos 25 a 30 años no muchos años pueden compararse con 2010", le dijo a BBC Mundo Margareta Wahlstron, representante de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (EIRD), un organismo de Naciones Unidas.

Debemos entender y educar a la población, porque ésta podría ser cada vez más la norma

Margareta Wahlstron, EIRD

Hasta el 30 de noviembre, casi 260.000 personas habían muerto en desastres naturales durante 2010, mientras que en 2009 no superaron las 15.000, según datos de la agencia de seguros Swiss Re, con sede en Ginebra.

La ecuación de más catástrofes, más mortíferas y más costosas no debe verse como una situación aislada o una serie de eventos fortuitos.

Según expertos consultados por BBC Mundo, la cantidad de desastres naturales ocurridos en 2010 no son un fenómeno extremo exclusivo de un mal año, sino la continuación de una tendencia que podría ver más desastres naturales en el futuro cercano.

"Debemos entender y educar a la población, porque ésta podría ser cada vez más la norma", advirtió Wahlstron.

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Terremotos, los peores

Para los expertos consultados por BBC Mundo, el terremoto ocurrido en enero en Haití fue, desde el punto de vista humano, la peor tragedia natural de 2010.

Niño rescatado en Haití

Esta imagen dio la vuelta al mundo: una de las víctimas rescatadas en Haití.

La pobreza, el estado de la infraestructura y la ineficiencia del gobierno, así como el impacto de la deforestación y la densidad poblacional en áreas vulnerables, exacerbaron el impacto del poderoso sismo.

En total se estima que unas 200.000 haitianos murieron, y a casi un año del del terremoto cerca de 1,3 millones de personas siguen viviendo en campamentos de refugiados.

En febrero, un terremoto 500 veces más poderoso que el que azotó Haití sacudió un área en Chile que es menos poblada, tiene mejores construcciones y menos pobreza. El sismo causó menos de 1.000 muertes.

En general, 2010 fue uno de los años de mayor intensidad sísmica en las últimas décadas.

Según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, hasta el mes de diciembre ocurrieron 20 terremotos de magnitud de siete o más en la escala de Richter, comparado con los 16 usuales. Asimismo, en 2010 ocurrieron los sismos más poderosos desde 1970.

clic En fotos: Temporada de desastres

¿Cuán extremos?

En segundo lugar de la lista de los peores desastres de este año figuran las inundaciones en Pakistán, según los analistas consultados por BBC Mundo.

Inundaciones en Venezuela

En América Latina, Venezuela, Colombia y México sufrieron las peores inundaciones en años.

Además de la pérdida de 1.600 vidas, el fenómeno tuvo un fuerte impacto en la agricultura y la infraestructura, que tomarán décadas en ser reconstruidas.

Margareta Wahlstron, de Naciones Unidas, aseguró que aunque no fueron las peores inundaciones en la historia de Pakistán, se convirtieron en las más destructivas como resultado de un patrón climático extremo.

Otro fenómeno natural considerado grave en 2010 fue la ola de calor en Rusia, que fijó un récord nacional con temperaturas de hasta 43,8º C.

Ello contrastó con fuertes temporales invernales en Estados Unidos, Europa y Sudamérica, con nevadas récord en Rusia y China y copiosas lluvias e inundaciones en México, Colombia y Venezuela, entre otros países.

Según el Centro Nacional de Datos Climáticos en Estados Unidos, la temperatura global promedio del año hasta fines de octubre fue de 14,74º C, ligeramente más alta que el récord previo de 2005.

Así, 2010 podría cerrar como uno de los tres más cálidos de la historia, según la Organización Meteorológica Mundial.

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El papel del hombre

"Este año ha sido un terrible recordatorio de lo que parece estar convirtiéndose en una nueva norma", le dijo Wahlstron a BBC Mundo.

Los científicos han vaticinado más -y más frecuentes- desastres naturales como consecuencia del cambio climático y el calentamiento global.

Los científicos han vaticinado más -y más frecuentes- desastres naturales como consecuencia del cambio climático y el calentamiento global: el clima podría volverse más extremo y más impredecible.

"El peligro radica en que cada vez habitan más personas en áreas vulnerables y no se hace nada para prohibir que se creen nuevos asentamientos poblacionales o ciudades en regiones propensas a la actividad sísmica o en zonas costeras donde el impacto de huracanes, ciclones, tifones y tsuimanis es mayor", agregó la especialista.

"Las decisiones que no se tomen hoy tendrán un impacto en los próximos 20 años", advirtió Wahlstron.

"Cada vez que los gobiernos no se pongan de acuerdo para tratar de reducir el impacto de las actividades del hombre en la naturaleza, las catástrofes podrían ser peores".

OPINION Un Plan Marshall para Cuba

Por Atilio A. Boron *

En estos días, Cuba se enfrenta a un dilema de hierro: o actualiza, revisa y reconstruye su modelo económico o la revolución corre el serio riesgo de sucumbir ante la presión combinada de sus propios errores y las agresiones del bloqueo norteamericano. Los países de América latina y el Caribe, así como la casi totalidad de los de Africa y Asia, no pueden permanecer indiferentes ante esta situación o limitarse a contemplar cómo la revolución libra, sin otra ayuda que sus propias fuerzas, esta decisiva batalla.

Pero el apoyo no puede ser meramente declarativo. Eso está bien, pero es insuficiente. Cuba necesita algo más: concretamente, que sus acreedores, especialmente cuando ellos son países de América latina y el Caribe, anulen la deuda externa cubana. Argentina es el mayor de esos acreedores –por un préstamo otorgado por el gobierno de Héctor Cámpora y su ministro de Economía, José B. Gelbard, en 1973– y que el ex canciller del presidente Néstor Kirchner, Rafael Bielsa, renegociara proponiendo una quita del 50 por ciento de su monto, que si se suman el capital y los intereses acumulados en la actualidad ascendería aproximadamente a unos 1800 millones de dólares.

Para esa misma época su colega de gabinete, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, proponía a los acreedores de la Argentina una quita del 75 por ciento sobre el valor nominal de la deuda defaulteada con el derrumbe de la convertibilidad en diciembre de 2001. Como es bien sabido, este país finalmente logró una quita que, según los cálculos, fluctúa en torno al 70 por ciento del valor nominal de los bonos de su deuda. Lo menos que debería hacer la Casa Rosada sería garantizar para Cuba el mismo trato que obtuvo con sus propios acreedores. Aunque eso sería lo mínimo. Lo correcto, lo que sería éticamente impecable, sería dar por cancelada esa deuda y de ese modo aliviar la carga que pesa sobre la hermana República de Cuba. Los 1147 habitantes de la Argentina que, gracias a la “Operación Milagro”, en el último año recuperaron gratuitamente su vista en el Centro Oftalmológico Dr. Ernesto Guevara, de Córdoba, y los más de 20 mil alfabetizados que aprendieron a leer y escribir con el programa cubano “Yo sí puedo” son otras tantas razones para dar por cancelada esa deuda. Tal cosa sería un acto de estricta justicia. Y lo mismo deberían hacer los gobiernos de México, que mantiene acreencias del orden de los 500 millones de dólares; Panamá, 200 millones; Brasil, 40 millones; Trinidad Tobago, 30 millones; y Uruguay, también con 30 millones.

¿Por qué de estricta justicia? Por varias razones. Expondremos simplemente dos. En primer término, como equitativa retribución por el generoso e inigualado internacionalismo cubano que llevó a esa revolución a trascender sus fronteras, sembrando de médicos, enfermeras, dentistas, educadores e instructores deportivos por todo el mundo, mientras el imperio y sus aliados lo saturaba con militares, “comandos especiales”, espías, agentes de inteligencia, policías y terroristas. A lo largo de las últimas décadas, Cuba envió al exterior unos 135 mil profesionales de la salud a más de cien países de todo el mundo, especialmente Latinoamérica, el Caribe y Africa, pero también los hay en Asia. Los médicos cubanos estaban en Haití desde mucho antes de su fatídico terremoto y luego de él aumentaron su presencia, mientras que Estados Unidos enviaba marines.

La ayuda cubana para combatir la enfermedad y prevenir las muertes en tantos países fue –y es– concreta y efectiva. Ahora, los pueblos y naciones del tercer mundo deben correr a asistir a ese faro de la liberación nacional y social, que desde hace más de medio siglo inspira e ilumina las más nobles luchas de nuestros pueblos. Y deben hacerlo con una solidaridad militante, traducible en ayuda económica efectiva. Las declaraciones serán bienvenidas, pero insuficientes.

En segundo lugar, hay una obligación moral de ayudar a Cuba porque, pensemos, ¿qué hubiera sido de nuestros países si su revolución no hubiese resistido a pie firme, sin arriar sus banderas, las presiones del imperialismo y la derecha mundial una vez producida la implosión de la Unión Soviética? Con una Cuba de rodillas, vencida e inerme ante la restauración del saqueo neocolonial a la que había sido sometida desde 1898; con sus sueños y utopías humanistas vapuleados por el retorno triunfal de las mafias capitalistas como las que, por ese entonces, estaban asolando a la difunta Unión Soviética; con la revolución y la creación de una sociedad solidaria anatemizadas como irresponsables ensoñaciones de falsos mesías que inexorablemente culminan en una infernal pesadilla, ¿habría sido posible el trascendental cambio ideológico-político materializado en el ascenso y consolidación en el poder de Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, para no mencionar sino los casos más significativos? Más aún, sin el estímulo emanado de la heroica resistencia de Cuba, de su “mal ejemplo” evidenciado en tasas de mortalidad infantil menores que las de Estados Unidos, a pesar del bloqueo y las agresiones, ¿habría sido posible el auge de la muy moderada centroizquierda en países como la Argentina, Brasil y Uruguay a comienzos del nuevo siglo? ¡De ninguna manera! Si estos avances fueron posibles fue, amén de las causales propias de cada caso, porque Cuba resistió. Si hubiese capitulado y sido convertida en un protectorado norteamericano, el tsunami derechista habría arrasado esta parte del mundo. Gracias a Cuba, nuestros pueblos evitaron tamaña catástrofe.

Por eso, aparte de anular las deudas existentes con los países de la región, los acreedores tanto como quienes no lo son deberían crear sin dilación un fondo especial de solidaridad con la Revolución Cubana. Estados Unidos lo hizo para salvar a los europeos de la debacle después de la Segunda Guerra Mundial, y su éxito fue extraordinario. El Plan Marshall satisfizo plenamente las expectativas que había despertado y las economías europeas se recuperaron rápidamente. Cuba, castigada con dos planes Marshall en contra –tal es, hasta ahora, el costo del bloqueo norteamericano sobre la frágil economía cubana– merece con creces un gesto similar de sus hermanos latinoamericanos. Estos cuentan con enormes reservas en sus bancos centrales. En 2007, el presidente ecuatoriano Rafael Correa calculó que las reservas existentes en la región rondarían en torno de unos 200 mil millones de dólares y esa cifra no ha dejado de crecer en los años posteriores. Una estadística suministrada por el FMI indica que a fines de 2009 las reservas internacionales de la Argentina ascendían a 49.599 millones de dólares, 238.520 millones en Brasil, 90.837 millones en México, 26.115 millones en Chile, 24.991 millones en Colombia, 32.803 millones en Perú y 35.830 millones de dólares en Venezuela.

Sin duda alguna, con los aumentos registrados en 2010, las reservas combinadas de estos países –más otros, como Bolivia, Ecuador y Uruguay, no contemplados en la estadística– superarían holgadamente los 500 mil millones de dólares. De ahí la enorme importancia de poner en marcha cuanto antes el Banco del Sur, todavía trabado por pretextos burocráticos y por la miopía política de que hacen gala algunos gobiernos. Afectando apenas el 2 por ciento de tan fabulosas reservas se podría crear, sin mayor esfuerzo, un fondo especial de 10 mil millones de dólares destinado a financiar el complejo proceso de reformas económicas socialistas que Cuba debe llevar a cabo impostergablemente en los próximos meses. Sería un gesto de merecida reciprocidad ante la probada solidaridad cubana con nuestros países a lo largo de cinco décadas; y también un acto de calculado altruismo para lo cual sólo hace falta voluntad política, porque el dinero ya está. ¿O es que algún gobernante de la región puede ser tan ingenuo como para no darse cuenta de que, si la Revolución Cubana fuese derrotada, el imperio se abalanzaría con todas sus fuerzas sobre nuestros países, sin distinción de pelajes ideológicos, para recolonizar a sangre y fuego el continente y restaurar el orden que Fidel y el Movimiento 26 de Julio vinieron a impugnar el 1º de enero de 1959?

* Politólogo.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Un pueblo francés para ponerse a salvo del apocalipsis

Redacción
Jean-Pierre Delord, alcalde de Bugarach,

El alcalde de Bugarach dice circulan rumores de que el pueblo ofrece refugio de un inminente Armagedón.

Un alcalde francés ha expresado su preocupación por la afluencia de creyentes de la corriente New Age o Nueva Era a su pueblo, los que están convencidos de que ahí podrán escapar del fin del mundo en 2012.

Jean-Pierre Delord, alcalde de Bugarach, dice que están circulando rumores de que el pueblo ofrece refugio de un inminente Armagedón.

Bugarach es un pequeño pueblo de unas 200 personas en el suroeste de Francia. Según el alcalde, en los últimos años el pueblo ha atraído a visitantes en busca de actividad alienígena.

Ahora se están viendo visitantes que predicen que el fin de la civilización ocurrirá dentro de dos años, asegura Delord.

Creen que el mundo terminará el 21 de diciembre de 2012, al final de un ciclo de 5.125 años de duración en el antiguo calendario maya.

Muchos visitantes creen que un grupo de extranterrestres se esconden en una caverna en la montaña Bugarach de 1.231 metros, y que se se irán cuando el mundo se acabe y se los llevarán con ellos, de acuerdo con el diario Sydney Morning Herald.

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Visitantes esotéricos

Delord dice que planteó la cuestión a las autoridades regionales.

Nada malo pasará a la Tierrra en 2012

NASA

"Estoy preocupado porque la población de nuestro pueblo es de sólo 200 personas y... nos arriesgamos a tener una llegada masiva de gente de todos los rincones de la tierra", le dijo a la radio RTL.

"Ya hay algunos sitios en internet de EE.UU. de personas que venden los boletos para viajes a Bugarach. Se están haciendo algunos negocios y la gente está organizando visitas y talleres de oración y meditación, etc", añadió.

"Que vengan unos cientos cada año no es un problema, ¿verdad? Pero no deben venir miles al mismo tiempo", advirtió el alcalde.

Sigrid Benard, quien dirige la casa de huéspedes Casa de la Naturaleza, dijo que estaba viendo un aumento en la llegada de creyentes.

"Al principio, mis clientes eran el 72% excursionistas. Hoy en día tengo 68% de 'visitantes esotéricos'", señaló a la agencia de noticias AFP.

Fin del mundo

El mito del fin del mundo en 2012 tiene su origen en la afirmación de que Nibiru, un planeta supuestamente descubierto por los sumerios, se dirige hacia la Tierra, de acuerdo con la información de la agencia espacial de EE.UU., la NASA.

Esa teoría luego se vinculó a las fechas del calendario maya.

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Sin embargo, la NASA aclara en su sitio web: "Nada malo le pasará a la Tierrra en 2012. Nuestro planeta ha estado muy bien por más de cuatro miles de millones de años y los más creibles científicos de todo el mundo no saben nada acerca de una amenaza asociada con el año 2012".

viernes, 24 de diciembre de 2010

Cuento de Navidad por James Petras


María y José en Palestina 2010


Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


Los tiempos corrían duros para José y María. La burbuja inmobiliaria había explotado. El desempleo se había disparado entre los trabajadores de la construcción. No había forma de encontrar trabajo, ni siquiera para un hábil carpintero.

Sin embargo, la construcción de asentamientos seguía adelante, mayoritariamente financiados por el dinero de los judíos estadounidenses, las contribuciones de los especuladores de Wall Street y los propietarios de los antros de juego.

“Menos mal”, pensó José, “que tenemos unas cuantas ovejas y olivos y que María cría unos cuantos pollos”. Pero José estaba preocupado: “Queso y aceitunas no bastan para alimentar a un niño que está creciendo. María va a dar a luz a nuestro hijo cualquier día de estos”. En sus sueños anhelaba un muchacho robusto trabajando a su lado… multiplicando los panes y los peces.

Los colonos menospreciaban a José. Rara vez asistía a la sinagoga y en las principales fiestas sagradas llegaba siempre tarde para evitar el pago del diezmo. Su sencilla casita estaba situada en una quebrada cercana a un manantial que fluía todo el año. Era el sitio ideal para cualquier expansión de asentamientos. Por eso cuando José se retrasó en el pago del impuesto sobre la propiedad, los colonos se apropiaron de su casa, desalojando por la fuerza a José y María y ofreciéndoles un billete de ida para el autobús que iba a Jerusalén.

José, nacido y criado en las áridas colinas, se defendió y ensangrentó a no pocos colonos con sus puños endurecidos por el trabajo. Pero al final tuvo que sentarse magullado en su lecho nupcial bajo el olivo, con desesperación negra.

María, mucho más joven, sentía ya los movimientos del bebé. Su hora estaba próxima.

“Tenemos que encontrar un refugio, José, tenemos que marcharnos… no es momento para venganzas”, suplicó.

José, que creía en el “ojo por ojo y diente por diente” de los profetas del Antiguo Testamento, acabó aceptando de mala gana.

Por tanto, tuvo que vender sus ovejas, pollos y otras pertenencias a un vecino árabe para comprar un carro con un burro. Lo cargó con el colchón, algunas ropas, queso, aceitunas, huevos y así se encaminaron hacia la Ciudad Santa.

El camino que debía seguir el burro era pedregoso y lleno de baches. María hacía una mueca de dolor con cada sacudida; le preocupaba que el traqueteo pudiera dañar al bebé. Pero había algo aún peor, este era el camino que forzosamente debían seguir los palestinos, con controles militares situados a cada paso. Nadie le había dicho a José que, como judío, podría haber tomado una carretera suavemente pavimentada, prohibida para los árabes.

En el primer bloqueo de carretera, José vio una larga fila de árabes esperando. Señalando a su embarazada mujer, José preguntó a los palestinos, medio en árabe, medio en hebreo, si podían adelantarles. Le abrieron paso y la pareja siguió adelante.

Un joven soldado levantó su rifle y ordenó a José y María que bajaran del carro. José descendió e hizo un gesto hacia la barriga de su esposa. El soldado soltó una risita y se volvió hacia sus camaradas: “Ese árabe viejo le ha hecho un bombo a la chica que compró por una docena de ovejas y ahora quiere un pase libre”.

José, rojo de rabia, gritó en un ronco hebreo: “Soy judío. Pero, a diferencia de vosotros… respeto a las mujeres embarazadas”.

El soldado empujó a José con su rifle y le ordenó que retrocediera: “Eres peor que un árabe, eres un judío viejo que se folla a muchachas árabes”.

María, asustada por el intercambio de exabruptos, se volvió hacia su marido y gritó: “Basta, José, o acabarán disparándote y nuestro niño se quedará huérfano”.

Con grandes dificultades, María descendió del carro. Desde la garita de guardia llegó un oficial que después llamó a una soldado: “Eh, Judi, ve a mirar qué tiene bajo el vestido, no sea que vaya cargada de bombas”.

“¿Qué pasa? ¿Ya no te gusta que te toquen?”, ladró Judith en hebreo con acento de Brooklyn. Mientras los soldados discutían, María se inclinó hacia José buscando apoyo. Finalmente, los soldados llegaron a un acuerdo.

“Súbete el vestido y ven aquí”, ordenó Judith. María palideció de vergüenza. José se enfrentó desesperado a las pistolas. Los soldados se rieron y señalaron hacia los pechos hinchados de María, bromeando acerca de un terrorista no nato con manos árabes y cerebro judío.

José y María continuaron su camino hacia la Ciudad Santa. A lo largo de todo el camino, tuvieron que ir parando con frecuencia a causa de los controles. En todas y cada una de las ocasiones tuvieron que sufrir más retrasos, más indignidades y más insultos gratuitos escupidos por sefardíes y asquenazíes, por hombres y mujeres, laicos y religiosos, todos ellos soldados del Pueblo Elegido.

Atardecía ya cuando María y José llegaron finalmente hasta el Muro. Las puertas se cerraban por la noche. María gritó de dolor: “José, siento que el niño viene ya. Por favor, haz algo, rápido”.

A José le entró el pánico. Vio las luces de un pequeño pueblo cercano y, dejando a María en el carro, corrió hasta la casa más próxima y golpeó la puerta con el puño. Una mujer palestina abrió un poco la puerta y atisbó en la oscuridad la cara agitada de José. “¿Quién eres tú? ¿Qué quieres?”.

“Soy José, un carpintero de las colinas de Hebrón. Mi mujer está a punto de dar a luz, necesito un refugio para proteger a María y al bebé”. Señalando hacia María, que se había quedado en el carro, José suplicó en su extraña mezcla de hebreo y árabe.

“Bien, hablas como un judío pero pareces árabe”, dijo la mujer palestina riendo mientras volvía con él hacia el carro.

El rostro de María estaba crispado de dolor y miedo: sus contracciones eran ya más frecuentes e intensas.

La mujer ordenó a José que metiera el carro en un establo donde guardaban las ovejas y las gallinas. Tan pronto como entraron, María gritó de dolor y la mujer palestina, a la que se había unido ahora una partera de la vecindad, ayudó rápidamente a la joven madre a tumbarse en un lecho de paja.

Así fue como el niño vino al mundo, mientras José lo observaba todo con el corazón encogido.

Y sucedió después que los pastores, al regresar de sus campos, oyeron los gritos de alegría por el nacimiento y corrieron al establo con sus rifles y leche fresca de cabra sin saber si había amigos o enemigos, judíos o árabes. Cuando entraron en el establo y vieron a la madre con el bebé, dejaron a un lado sus armas y ofrecieron la leche a María que les dio las gracias en hebreo y en árabe.

Los pastores estaban sorprendidos y maravillados: ¿Quién era esa gente extraña, una pareja de judíos pobres que venían en paz con un burro y un carro con letras árabes? Las noticias sobre el extraño nacimiento de un niño judío justo fuera del Muro en un establo palestino corrieron veloces por doquier. Muchos vecinos entraron y contemplaron a María, el bebé y José.

Mientras tanto, los soldados israelíes, equipados con lentes de visión nocturna informaron desde sus torres de vigilancia orientadas sobre la zona palestina: “Los árabes se están reuniendo justo fuera del Muro, en un establo, alumbrándose con velas”.

Las puertas que había en la parte baja de las torres de vigilancia se abrieron velozmente y varios vehículos blindados con luces brillantes, seguidos de soldados armados hasta los dientes, salieron y rodearon el establo, los aldeanos reunidos y la casa de la mujer palestina. Un altavoz aullaba: “Salid fuera con las manos en alto o empezaremos a disparar”. Todos salieron del establo junto con José, que se adelantó con las manos extendidas hacia el cielo diciendo: “Mi mujer, María, no puede cumplir vuestra orden. Está amantando al pequeño Jesús”.

* * *

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

jueves, 23 de diciembre de 2010

La gran cruzada islamofóbica

Tom Dispatch

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens y revisado por Caty R.


Introducción del editor de Tom Dispatch

Momentos de decadencia imperial y económica –según un reciente sondeo, un 65% de los estadounidenses cree ahora que EE.UU. se encuentra en un “estado de decadencia”– pueden ser también períodos de fanatismo sectario, incluso de demencia. Parece que un estado de ánimo semejante se está propagando por EE.UU. En realidad no es tan sorprendente. Desde los ataques del 11 de septiembre de 2011, han inyectado el miedo a esta “patria” como una droga y una penumbra de secreto oficial se ha establecido sobre el país de una manera que hace que el secreto de los años de la Guerra Fría (cuando el país se enfrentaba a una superpotencia, no a un conjunto variopinto de yihadistas, guerrilleros, y terroristas) parezca una era radiante.

En una atmósfera de temores arremolinados y de histeria en medio de condiciones de vida declinantes, “explicaciones” que en otros tiempos podrían haberse limitado a grupos minúsculos de gente dedicados a difundir teorías conspirativas pueden obtener repentinamente una pátina de plausibilidad y por lo tanto agarre. Así que no es ninguna sorpresa que en tiempos difíciles, cuando el sistema financiero parece estar al borde del colapso, cuando aumenta el desempleo y surge una ola masiva de embargos de casas, cada vez más estadounidenses se conviertan en presas de cualquier explicación absurda de nuestros problemas, pero ninguna tanto como la idea de que el Islam haya sido de alguna manera responsable, que las mezquitas y centros islámicos signifiquen para una ínfima minoría en este país que hayan sido capaces de imponer algo, ni más ni menos que un modo de vida a este país, o que la Sharía (sorprendentemente) pueda infiltrarse en los sistemas legales estatales, o que YouTube sea un semillero de terrorismo digno de ser eliminado, o… bueno, lo que queráis.

Max Blumenthal, autor del éxito de ventas Republican Gomorrah: Inside the Movement That Shattered the Party, se ha esforzado por llevarnos a lo profundo de uno de esos equipos de conspiradores a quienes, en otros tiempos, casi nadie hubiera prestado mucha atención, pero que en el EE.UU. del Siglo XXI han atraído a una audiencia considerable. Son un barómetro escalofriante del cambio del clima en EE.UU. Tom

La gran cruzada islamofóbica

Dentro de la cábala estrambótica de donantes secretos, blogueadores demagógicos, pseudoeruditos, neofascistas europeos, violentos colonos israelíes y candidatos presidenciales republicanos que apoyan la cruzada

Max Blumenthal

Nueve años después del 11-S, la histeria respecto a los musulmanes en la vida estadounidense se ha apoderado del país. Con ella ha venido un estallido de ataques incendiarios contra mezquitas, campañas para impedir su construcción y la caracterización de la comunidad musulmana-estadounidense, en su abrumadora mayoría moderada, como semillero de potenciales reclutas terroristas. El frenesí ha arrasado desde Tennessee rural a la Ciudad de Nueva York, mientras en Oklahoma los votantes llegaron a aprobar por abrumadora mayoría un referendo que prohíbe la implementación de la Sharía en tribunales estadounidenses (aunque nadie ha planteado semejante posibilidad). Esta campaña de islamofobia afectó políticamente al presidente Obama, ya que uno de cada cinco estadounidenses se tragó un coro permanente de falsos rumores sobre su secreta fe musulmana. Y puede haber mancillado el prestigio de los musulmanes en general; un sondeo de agosto de 2010 del Pew Research Center reveló que entre los estadounidenses el índice favorable hacia los musulmanes ha bajado 11 puntos desde el año 2005.

Al estallar tantos años después del trauma del 11 de septiembre, podría parecer que este espasmo de intolerancia antimusulmana haya ocurrido en una oportunidad extraña y sea de una espontaneidad inesperada. Pero hay que volver a pensar: es el fruto de una campaña organizada, a largo plazo, por parte de una confederación compacta de activistas de derechas y operadores que comenzaron a concentrarse en la islamofobia poco después de los ataques del 11-S, pero que sólo llegaron a la masa crítica durante la era de Obama. Fue cuando las fuerzas conservadoras amargadas, que perdieron el poder en la votación de 2008, buscaron con un éxito notable el uso del resentimiento cultural para obtener ventajas políticas y partidarias.

Esta red está obsesionada por el supuesto aumento de la influencia musulmana en EE.UU. Su aparato cubre continentes, ya que va de los activistas del Tea Party en EE.UU. a la extrema derecha europea. Junta en una causa común a ultrasionistas de derecha, cristianos evangélicos y a los hooligans del fútbol británico. Refleja una sensibilidad agresivamente pro israelí, cuyos personajes clave veneran al Estado judío como una especie de Fort Apache de Oriente Medio en las primeras líneas de la Guerra Global contra el Terror y que instan a EE.UU. y a varias potencias europeas a emular sus métodos de mano dura.

Muy poco en la reciente islamofobia estadounidense (con fuerte énfasis en la “fobia”) es algo puramente fortuito. Años antes del Tea Party tropas de asalto se agruparon frente al sitio propuesto para un centro comunitario islámico en el centro de Manhattan, representantes del lobby de Israel y del establishment judío-estadounidense lanzaron una campaña contra el activismo pro palestino en los campus, que demostró ser un semillero para todo lo que sobrevendría. Esa campaña se transformó rápida –y previsiblemente– en una serie de cruzadas contra mezquitas y escuelas islámicas que, por su parte, atrajeron a sus filas a una serie de militantes sospechosos pero excepcionalmente activos.

Aparte de suministrar la energía inicial para la cruzada islamofóbica, elementos conservadores de dentro del lobby pro Israel financiaron el aparato de la red, permitiendo que influenciara el debate nacional. Un filántropo en particular ha suministrado los medios para impulsar la campaña. Es un empresario poco conocido de seguridad informática de los Angeles llamado Aubrey Chernick, quien opera desde una firma de consultoría en seguridad con el nombre insípido de Centro Nacional para Crisis y Coordinación de la Continuidad, que ha servido de think tank para el Comité EE.UU.-Israel de Asuntos Públicos (AIPAC), un grupo de cabildeo de primera línea por Israel. Dicen que Chernick posee 750 millones de dólares.

La fortuna de Chernick es poca cosa en comparación con los multimillonarios hermanos Koch, titanes de la industria extractora, que financian grupos relacionados con el Tea Party como Estadounidenses por la Prosperidad, y es eclipsada por el imperio financiero de Haim Sabam, el magnate mediático que es uno de los mayores donantes privados del Partido Demócrata y recientemente igualó los 9 millones de dólares recolectados en una sola noche por los Amigos de las Fuerzas de Defensa Israelíes [ejército israelí, N. del T.]. Sin embargo, al inyectar su dinero en una pequeña pero influyente constelación de grupos e individuos con un programa limitado, Chernick ha tenido un impacto considerable.

A través de la Fundación Fairbrook, una entidad privada que controla junto a su esposa Joyce, Chernick ha suministrado medios a grupos que van de la Liga contra la Difamación (ADL) y CAMERA, un organismo derechista, pro israelí, que vigila a los medios, a violentos colonos israelíes que viven en tierras palestinas y personajes como el autor pseudoacadémico Robert Spencer, responsable en gran parte de la popularización de teorías conspirativas sobre la próxima conquista de Occidente por fanáticos musulmanes que quieren establecer un califato mundial. Juntos, estos grupos propagan la histeria sobre los musulmanes a comunidades de clase media estadounidense donde se han establecido recientemente inmigrantes de Oriente Medio y contemplan satisfechos cómo los favoritos para la candidatura presidencial republicana, de Mike Huckabee a Sarah Palin, promueven su causa e imitan sus tropos. Tal vez lo único más sorprendente que el atractivo cada vez más generalizado de la islamofobia es que, hace sólo algunos años, el fenómeno se limitaba a unos pocos campus universitarios y a un vecindario urbano, y que parecía ser una moda pasajera que pronto desaparecería del paisaje político estadounidense.

Nace una red

La cruzada islamofóbica se lanzó en serio durante el auge del prestigio de George W. Bush cuando los neoconservadores y sus aliados gozaban de mucha importancia. En 2003, tres años después del colapso del intento del presidente Bill Clinton de resolver el problema israelí-palestino e inmediatamente después de la invasión de Iraq, una red de grupos judíos, que iba desde la ADL [Liga contra la Discriminación] y el Comité Judío Estadounidense a AIPAC, se reunió para encarar lo que veía como un aumento repentino del activismo pro palestino en campus universitarios en todo el país. Esa reunión resultó en el Proyecto David, un grupo de presión en los campus dirigido por Charles Jacobs, cofundador de CAMERA, uno de los muchos grupos financiados por Chernick. Con la ayuda de profesionales de relaciones públicas, Jacobs concibió un plan para “recuperar los campus influenciando la opinión pública mediante conferencias, Internet y coaliciones”, como señaló un memorando elaborado entonces por la consultoría McKinsey and Company.

En 2004, después de consultar a Martin Kramer, miembro del Instituto de Washington para Política en Oriente Medio, el think tank pro Israel en el que Chernick había servido de fideicomisario, Jacobs filmó un documental que llamó Columbia Unbecoming [Columbia Indecorosa]. Estaba repleto de afirmaciones de estudiantes judíos de la Universidad Columbia que pretendían haber sufrido intimidación e insultos por parte de profesores árabes. La cinta decía que el Departamento de Oriente Medio y Lenguajes y Culturas Asiáticas de la universidad de Nueva York era un semillero de antisemitismo.

En sus quejas, los estudiantes se concentraron en una persona en particular: Joseph Massad, un profesor palestino de estudios de Oriente Medio. Era conocido por su apasionada defensa de la formación de un Estado binacional entre Israel y Palestina, así como por su ruidosa crítica de lo que llamaba “el carácter racista de Israel”. La cinta lo identificó como “uno de los intelectuales más peligrosos del campus”, mientras lo caracterizaba como un malvado crucial en The Professors: The 101 Most Dangerous Academics in America [Los profesores, los 101 académicos más peligrosos en EE.UU.], un libro del activista (financiado por Chernick), David Horowitz. Como Massad buscaba la titularidad en ese tiempo, era especialmente vulnerable a este tipo de ataque generalizado.

Cuando se intensificó la controversia por los puntos de vista de Massad, el congresista Anthony Weiner, demócrata liberal de Nueva York, quien una vez se describió como representante del “ala de la ZOA [Organización Sionista de EE.UU.] del Partido Demócrata”, exigió que el presidente Lee Bollinger de Columbia, renombrado experto en la Primera Enmienda, despidiera al profesor. Bollinger respondió emitiendo declaraciones inusualmente defensivas sobre la naturaleza “limitada” de la libertad académica.

Al final, sin embargo, ninguna de las acusaciones tuvo efecto. Por cierto, los testimonios de la cinta del Proyecto David acabaron desacreditados y nunca se pudieron corroborar. En 2009, Massad obtuvo la titularidad después de ganar el prestigioso Premio Lionel Trilling de Columbia por excelencia en su erudición.

Sin embargo, después de demostrar su capacidad para intimidar a miembros de la facultad e incluso a poderosos administradores universitarios, Kramer reivindicó una victoria moral en nombre de su proyecto, alardeando ante la prensa de que “es un momento decisivo”. Mientras el Proyecto David auspició a continuación filiales en campus en todo el país, su director se lanzó a un camino diferente –inicialmente, a las calles de Boston en 2004- para oponerse a la construcción del Centro Cultural de la Sociedad Islámica de Boston.

Durante casi 15 años, la Sociedad Islámica de Boston había tratado de construir el centro en el corazón de Roxbury, el mayor vecindario negro de la ciudad, para servir a su considerable población musulmana. Con el apoyo del alcalde Thomas Merino y de importantes legisladores de Massachusetts, la construcción de la mezquita parecía un hecho consumado –es decir, hasta que entraron en acción el Boston Herald, propiedad de Rupert Murdoch, y su afiliado local Fox News- El columnista del Boston Globe Jeff Jacoby también intervino con una serie de informes en los que afirmaba que los planes del centro evidenciaban una conspiración árabe saudí para aumentar la influencia del Islam radical en EE.UU. y posiblemente incluso para entrenar células terroristas clandestinas.

En ese momento el Proyecto David entró a tomar parte en el asunto y convocó a elementos de la comunidad local pro Israel en el área de Boston para buscar estrategias a fin de torpedear el proyecto. Según correos electrónicos obtenidos por los abogados de la Sociedad Islámica en un proceso contra el Proyecto David, los organizadores se pusieron de acuerdo en una campaña de años de procesos obstaculizadores, junto con acusaciones de que el centro había recibido dinero extranjero de “el movimiento wahabí en Arabia Saudí o… la Hermandad Musulmana”.

Como reacción, una coalición de base de judíos liberales inició esfuerzos interconfesionales orientados a terminar una controversia que había sido esencialmente fabricada de la nada y que estaba corroyendo las relaciones entre las comunidades judía y musulmana en la ciudad. Sin embargo Jacobs no cedió. “Estamos más preocupados que nunca por una influencia saudí en las mezquitas locales”, anunció en una sinagoga suburbana de Boston en 2007.

Después de pagar millones de dólares en costes legales y de sufrir interminables calumnias, la Sociedad Islámica de Boston terminó la construcción de su centro comunitario en 2008. Mientras tanto, lo que no sorprende, las aciagas advertencias del Proyecto David no llevaron a ninguna parte. Como reflexionó el periodista de National Public Radio para el área de Boston Philip Martin, en septiembre de 2010, “Las historias de horror que precedieron al desarrollo [del centro] parecen estridentes y melodramáticas en retrospectiva.”

La red se extiende

La segunda campaña fracasada tuvo más que ver, a fin de cuentas, con el refuerzo del movimiento que con su éxito, y menos todavía con la seguridad nacional. La cruzada local estableció un proyecto efectivo para generar histeria contra el establecimiento de centros islámicos y mezquitas en todo el país, mientras impulsaba un reparto que formaría una red antimusulmana que obtuvo atención y éxito en los años por venir.

En 2007, esos personajes se unieron en un protomovimiento que lanzó una nueva cruzada, que esta vez atacó la Academia Internacional Khalil Gibran, una escuela primaria laica árabe-inglesa en Brooklyn, Nueva York. Su grupo de presión ad hoc se denominó “Detened la madraza” –madraza es simplemente la palabra árabe para “escuela”– y los activistas de la coalición incluían una diversidad de fanáticos anteriormente desconocidos que no hicieron ningún intento para disimular sus puntos de vista extremistas cuando se trataba del Islam como religión, así como de los musulmanes en EE.UU. Su objetivo declarado era cuestionar el establecimiento de la escuela sobre la base de su violación de la separación de iglesia y Estado en la Constitución de EE.UU. El verdadero objetivo de la coalición, sin embargo, era transparente: presionar a la dirección de la ciudad para que adoptara una posición antagónica hacia la comunidad musulmana local.

Los activistas se concentraron en la directora de la escuela, Debbie Almontaser, veterana educadora de ascendencia yemení, y la calificaron sin base alguna de “yihadista” y negacionista del 11-S. También la acusaron, como escribió entonces Pamela Geller, blogueadora de extrema derecha, de “encubrir el genocidio contra los judíos”. Daniel Pipes, académico neoconservador previamente activo en las campañas contra Joseph Massad y el centro islámico de Boston (y cuyo think tank pro Likud, Foro de Oriente medio, recibió 150.000 dólares de Chernick) afirmó que la escuela no debería seguir adelante porque “la instrucción en lenguaje árabe está inevitablemente cargada de lastre panárabe e islamista”. Mientras la campaña tomaba un tono febril, Almontaser informó de que miembros de la coalición la acechaban dondequiera iba.

En vista de que el profesor de la Escuela de Periodismo de Columbia y ex periodista del New York Times Samuel Freedman recordó “sus antecedentes limpios y públicos de activismo y relaciones entre las fes”, incluyendo su trabajo con el Departamento de Policía de Nueva York y la Liga contra la Difamación después de los ataques del 11 de septiembre, el ataque contra Altmontaser parecía bastante extraño –hasta que sus enemigos descubrieron una fotografía de una camiseta producida por AWAAM, una organización feminista árabe local, que decía “Intifada NYC”, Resultó que AWAAM compartía a veces espacio de oficina con una asociación yemení-estadounidense en la cual Almontaser servía como miembro del consejo. Aunque la conexión parecía ir demasiado lejos, impulsó la línea de ataque que había buscado la coalición “Detened la madraza”.

Después de encontrar un camino para encajar el tema emocional del conflicto Israel-Palestina en una campaña previamente centrada en Nueva York, los opositores a la escuela obtuvieron una plataforma en el New York Post, propiedad de Murdoch, donde los periodistas Chuck Bennett y Jana Winter afirmaron que su camiseta era “aparentemente un llamado a un levantamiento al estilo de Gaza en la Gran Manzana”. Aunque Almontaser trató de explicar a los periodistas del Post que ella rechaza el terrorismo, la Liga contra la Difamación se sumó a la discusión en el momento oportuno. El portavoz de la ADL, Oren Segal dijo al Post: “La camiseta es un reflejo de un movimiento que elogia cada vez más la violencia contra los israelíes en lugar de rechazarla. Es inquietante.”

Antes de que lanzaran cohetes Qassam desde la escuela de Almontaser, su ex aliado el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, cedió a la creciente presión y amenazó con clausurar la escuela, provocando su renuncia. Un director judío que no habla árabe reemplazó a Almontaser, quien posteriormente demandó a la ciudad por infringir sus derechos a la libre expresión. En 2010, la Comisión de Igualdad de Oportunidad del Empleo dictaminó que el Departamento de Educación de Nueva York había “sucumbido ante los prejuicios mismos que debía disipar la creación de la escuela” al despedir a Almontaser e instó a que le pagaran 300.000 dólares en daños. La comisión también concluyó que el Post la había citado falsamente.

Aunque no logró impedir el establecimiento de la Academia Khalil Gibran, el creciente movimiento antimusulmán logró obligar a los dirigentes de la ciudad a ceder ante su voluntad, y después de aprender cómo hacerlo, procedieron a buscar objetivos de más relieve público. Como informó entonces el New York Times: “La lucha contra la escuela… fue sólo una temprana escaramuza en una lucha nacional más amplia.”

“Es una batalla que en realidad acaba de comenzar”, dijo Pipes al Times.

De la estafa al golpe publicitario

Pipes tenía toda la razón. A finales de 2009, los islamófobos volvieron a entrar en acción cuando la Iniciativa Córdoba, un grupo musulmán sin fines de lucro dirigido por Feisal Abdul Rauf, un imán sufí musulmán extremadamente moderado que viajaba regularmente al extranjero en representación de EE.UU. a pedido del Departamento de Estado, anunció que iba a construir un centro comunitario en el centro de la Ciudad de Nueva York. Con la ayuda de inversionistas, la Iniciativa Córdoba de Rauf compró un espacio a dos manzanas de la Zona Cero en Manhattan. El terreno debía contener un área de oraciones como parte de un gran centro comunitario abierto a todo el vecindario.

Nada de esto le importó a Pamela Geller. Gracias a la constante insistencia en su blog Atlas Shrugged, Geller convirtió los planes de construcción de Córdoba en un tema nacional que provocó fervientes llamados de los conservadores a proteger el “santo suelo” del 11-S contra el avance de la Sharía. (Carecía de importancia que la “mezquita” hubiera estado fuera de la vista de la Zona Cero y que el vecindario estuviera, de hecho, repleto de todo, desde clubes de striptease hasta restaurantes de comida chatarra.) El activismo de Geller contra la Casa Córdoba conquistó para la blogueadora a tiempo completo de 52 años la atención que aparentemente ansiaba, incluyendo una larga reseña en el New York Times y frecuentes spots en las noticias por cable, especialmente, claro está, en Fox News.

Los periodistas de los medios dominantes tendían a concentrarse en las extrañas proezas de Geller. Colocó un vídeo de sí misma chapoteando en un bikini mínimo en una playa de Fort Lauderdale, por ejemplo, mientras hablaba pestes sobre “izquierdistas tarados” e “Hizbulá nazi”. Su llamado a boicotear la Sopa Campbell porque la compañía ofrece halal –aprobado según la ley islámica (como la comida kosher bajo la ley judía)– las versiones de sus productos atrajeron mucha atención, como su promoción de un pasquín en el que afirma que el presidente Barack Obama es hijo ilegítimo de Malcolm X.

Geller nunca había ganado su sustento como periodista. Vivía de los millones de dólares obtenidos en un divorcio y el dinero del seguro de vida de su ex esposo que murió en 2008, un año antes de que lo imputaran por una presunta estafa de 1,3 millones de dólares de la que fue acusado por una concesionaria automovilística que poseía junto con Geller. Rica, independiente y con tiempo suficiente, Geller ciertamente demostró su capacidad cuando tuvo que ver con la explotación de su extraña condición de estrella mediática para incitar a la red política ya organizada de islamófobos a que intensificara su cruzada.

También se benefició de estrechas alianzas con destacados islamófobos europeos. Entre los aliados de Geller estaba Andrew Gravers, el activista danés que formó el grupo Detened la Islamización de Europa, y le dio la consigna inusualmente directa: “El racismo es la forma más baja de estupidez humana, pero la islamofobia es el colmo del sentido común”. El grupo de Gravers inspiró al de Geller, basado en EE.UU., Detened la Islamización de EE.UU., que formó con su amigo Robert Spencer, un pseudoerudito cuyos éxitos de venta, incluyen The Truth About Muhammad, Founder of the World’s Most Intolerant Religion [La verdad sobre Mahoma, fundador de la religión más intolerante del mundo], llevó al ex consejero del presidente Richard Nixon y activista musulmán Robert Crane a calificarlo de: “el principal dirigente… en el nuevo campo académico de la diatriba antimusulmana”. (Según el sitio en la red Politico, casi 1 millón de dólares en donaciones de Chernick se ha canalizado al grupo Jihad Watch de Spencer a través del Freedom Center de David Horowitz.

Fuente perfecta para personalidades políticas republicanas en busca de la próxima causa impactante su retórica se introdujo en los temas principales de Newt Gingrich y Sarah Palin mientras impulsaban la cruzada contra la Casa Córdoba hacia el centro de la atención nacional. Gingrich pronto comparó el centro comunitario con un letrero nazi junto al Museo Memorial del Holocausto, mientras Palin lo calificó de “puñalada en el corazón” de “la patria”. Mientras tanto, candidatos del Tea Party como el republicano Ilario Pantano, veterano de la guerra de Iraq que mató a dos civiles iraquíes desarmados disparándoles 60 veces –incluso se detuvo para recargar– convertían su oposición a la Casa Córdoba en el centro de sus campañas de mitad de período, realizadas a cientos de kilómetros de la Zona Cero.

La campaña de Geller contra “la mezquita en Zona Cero” obtuvo un apoyo inesperado y un barniz de legitimidad de dirigentes judíos establecidos como el director de la Liga contra la Difamación Abraham Foxman. “Sobrevivientes del Holocausto tienen derecho a sentimientos irracionales”, señaló al New York Times. Comparando los desconsolados familiares de las víctimas del 11-S con sobrevivientes del Holocausto, Foxman insistió: “Su angustia les da derecho a posiciones que otros considerarían irracionales o fanáticas”.

Poco después David Harris, director del Comité Judío Estadounidense (financiado por Chernick), exigió que los se obligara a los dirigentes de Córdoba a revelar sus “verdaderas actitudes” sobre grupos militantes palestinos antes de que se iniciara la construcción del centro. El rabino Marvin Hier del Centro Simon Wiesenthal de Los Angeles, otro importante grupo judío, insistió en que sería “inapropiado” que Córdoba se construyera cerca de “un cementerio”, aunque su organización había recibido poco antes permiso de la municipalidad de Jerusalén para construir un “museo de la tolerancia” que se llamará El Centro por la Dignidad Humana, directamente sobre el cementerio Mamilla, un camposanto musulmán que contenía miles de tumbas de hace 1.200 años.

Inspiración de Israel

Por la participación de personajes como Gravers se hizo evidente que la red islamófoba en EE.UU. representaba una expansión transatlántica del resentimiento que fermenta en Europa. Allí, la extrema derecha irrumpe victoriosamente en elecciones parlamentarias en todo el continente, en parte mediante la apelación a sentimientos antimusulmanes que fermentan entre votantes en comunidades rurales y de clase trabajadora. La dimensión de la colaboración entre islamófobos europeos y estadounidenses sólo ha seguido creciendo al presentarse Geller, Spencer, e incluso Gingrich junto al más destacado personero antimusulmán de Europa, el parlamentario holandés Geert Wilders, en un mitin contra la Casa Córdoba. Mientras tanto, Geller hacía declaraciones de apoyo a la Liga de Defensa Inglesa, una banda de neonazis con antiguas ideas y ex miembros del partido Nacional Británico sólo para blancos que intimidan a los musulmanes en las calles de ciudades como Birmingham y Londres.

Además, la cruzada islamofóbica transatlántica se ha extendido a Israel, un país que ha llegado a simbolizar la lucha de la red contra la amenaza musulmana. Como Geller dijo a Alan Feuer del New York Times, Israel es “un guía excelente porque, como dije, en la guerra entre el hombre civilizado y el salvaje, está de parte del hombre civilizado”.

Miembros de EDL [Liga de Defensa Inglesa] agitan regularmente banderas israelíes en sus manifestaciones, mientras Wilders afirma que formó sus puntos de vista sobre los musulmanes durante el tiempo en el que trabajó en una granja cooperativa israelí en los años ochenta. Ha visitado el país, dice, más de 40 veces desde entonces para reunirse con aliados políticos derechistas como Aryeh Eldad, miembro de la Knéset [parlamento] israelí y líder de la facción Hatikvah de extrema derecha del Partido Unión Nacional. Ha llamado a que “transfieran” por la fuerza a Jordania y Egipto a los palestinos que viven en Israel y en Cisjordania ocupada. El 5 de diciembre, por ejemplo, Wilders viajó a Israel para una reunión “amistosa” con el ministro de Exteriores Avigdor Lieberman, y luego declaró en una conferencia de prensa que Israel debiera anexar Cisjordania y establecer un Estado palestino en Jordania.

En el apocalíptico choque de civilizaciones que la red global antimusulmana ha tratado de incitar, ínfimos asentamientos judíos como Yitzar, ubicados en las montañas sobre la ciudad palestina ocupada de Nablús, representan fortalezas de primera línea. Dentro de la yeshiva de Yitzar, financiada por el Estado, un rabino llamado Yitzhak Shapira ha instruido a los estudiantes en las reglas que deben aplicarse cuando se considera matar a los no judíos. Shapira resumió sus opiniones en un libro ampliamente publicitado, Torat HaMelech, o “La torá del Rey”. Mientras afirma que los no judíos son “inmisericordes por naturaleza”, Shapira cita textos rabínicos para declarar que habría que matar a los gentiles para “poner fin a sus inclinaciones malignas”. “Existe justificación”, proclama el rabino, “para matar bebés si es obvio que crecerán para dañarnos, y en una situación semejante pueden ser dañados deliberadamente, y no sólo durante el combate con adultos”.

En 2006, el rabino fue brevemente retenido por la policía israelí por instar a sus seguidores a que asesinaran a todos los palestinos de más de 13 años. Dos años después, según el periódico israelí Haaretz, firmó una carta rabínica en apoyo a judíos israelíes que asaltaron brutalmente a dos jóvenes árabes en el Día del Recuerdo del Holocausto de Israel. Ese mismo año, Shapira fue arrestado como sospechoso de ayudar a orquestar un ataque con cohetes contra una aldea palestina cerca de Nablús.

Aunque no fue imputado, su nombre apareció de nuevo en conexión con otro acto de terror cuando, en enero de 2010, la policía israelí allanó su asentamiento en busca de los vándalos que habían incendiado una mezquita cercana. Uno de los seguidores de Shapira, el inmigrante estadounidense Jack Teitel, confesó el asesinato de dos palestinos inocentes y el intento de matar al historiador liberal israelí Ze'ev Sternhell con una carta bomba.

¿Qué tiene que ver todo esto con las campañas islamofóbicas en EE.UU.? Mucho, en realidad. Mediante organizaciones de Nueva York sin fines de lucro y libres de impuestos como el Fondo Central de Israel y Ateret Cohenim, por ejemplo, el omnipresente Aubrey Chernick ha enviado decenas de miles de dólares para apoyar el asentamiento Yitzar, así como a los colonos mesiánicos dedicados a “judaizar” Jerusalén Este. La principal revista noticiosa del movimiento de asentamientos, Arutz Sheva”, ha publicado a Geller como columnista. Un amigo de Geller, Beth Gilinsky, activista derechista de un grupo llamado Coalición para Honrar la Zona Cero y fundador de la Alianza de Acción Judía (dirigida al parecer desde la oficina de una inmobiliaria de Manhattan), organizó una gran manifestación en la Ciudad de Nueva York en abril de 2010 para protestar contra el llamado del gobierno de Obama a congelar los asentamientos.

Entre los mayores receptores de fondos de Chernick se encuentra un grupo supuestamente “apolítico” llamado Aish Hatorah que pretende educar judíos sobre su patrimonio. Basado en Nueva York y activo en los pantanos febriles de asentamientos en el norte de Cisjordania cerca de Yitzar, Aish Hatorah comparte una dirección y el personal con una tenebrosa organización extranjera sin fines de lucro llamada Fondo Clarion. Durante la campaña electoral de 2008 en EE.UU., el Fondo Clarion distribuyó 28 millones de DVD de una película de propaganda llamada Obsession como insertos en periódicos a residentes de Estados indecisos en todo el país. La cinta presenta un quién es quién de activistas antimusulmanes, incluyendo a Walid Shoebat, un autoproclamado “ex terrorista de la OLP”. Entre las declaraciones más impresionantes de Shoebat: “Un dogma secular como el nazismo es menos peligroso que el islamofascismo actual”. En una reunión cristiana en 2007, el “ex terrorista islámico” dijo a la multitud que el Islam es un “culto satánico” y que él volvió a nacer como cristiano evangélico. En 2008, sin embargo, el Jerusalem Post, un periódico de tendencia derechista, lo denunció como un estafador cuyas afirmaciones sobre el terrorismo eran ficticias.

Los grupos islamofóbicos registraron sólo un impacto mínimo durante la campaña electoral de 2008. Dos años después, sin embargo, una vez que los republicanos recuperaron el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de mitad de período, la red parece haber llegado a la masa crítica. Por cierto, el factor decisivo en la elección fue la economía, y es probable que dentro de dos años los estadounidenses vuelvan a votar con sus monederos. Pero el hecho de que la construcción de un solo centro comunitario islámico o la amenaza imaginaria de la Sharía hayan llegado a convertirse en temas refleja la influencia de una pequeña banda de activistas de orientación local, y que cuando un cierto candidato presidencial que ya ha sido satanizado como criptomusulmán se presente a la reelección, los islamófobos más estridentes del país puedan volver a encontrar una plataforma nacional dentro de la atmósfera frenética de la campaña.

A estas alturas, la cruzada islamofóbica ha llegado más allá de los activistas de derecha favorables a Israel, ciber-fanáticos, y ambiciosos charlatanes que la concibieron. Ahora pertenece a los principales candidatos presidenciales republicanos, a los presentadores más populares de la televisión y a la masa de activistas de Tea Party. Mientras se propaga el fervor, los cruzados se regodean en la gloria de lo que han logrado. “No escogí este momento”, reflexionó Geller ante el New York Times, “este momento me escogió a mí”.

Max Blumenthal es un periodista galardonado cuya obra ha aparecido en el New York Times, Los Angeles Times, Daily Beast, Nation, Huffington Post, Independent Film Channel, Salon.com, Al Jazeera English, y otras publicaciones. Es socio escritor del Nation Institude, y autor del éxito de ventas Republican Gomorrah: Inside the Movement That Shattered the Party (Nation Books).

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