viernes, 13 de mayo de 2011

La historia secreta de la revuelta árabe

JAVIER CERCAS

http://www.mundoarabe.org/img/punto_rojo.gifMUNDO ARABE.ORG 19/04/2011 EL PAIS

1 En el aeropuerto de Dublín, mientras espero un vuelo hacia París, las pantallas de televisión de la terminal se llenan de imágenes de las calles de El Cairo abarrotadas de gente que celebra la caída de Mubarak. Lo primero que siento es una alegría total. Lo segundo que siento es que una vocecita insidiosa me está preguntando: ¿Cuánto va a costar esa euforia? ¿Y quién la va a pagar? Lo tercero que siento, avergonzado, es que soy como el cobarde que mientras está echando el polvo de su vida con la mujer de su vida ya está temiendo su tristeza post coitum.

2 Como todo el mundo, he seguido con fascinación la revuelta árabe. Mientras la seguía me he acordado a menudo de un relato de J. G. Ballard titulado La historia secreta de la tercera guerra mundial, donde todo el mundo está tan pendiente de la salud de Ronald Reagan -quien ha sido elegido en 1993 para un tercer mandato- que nadie se da cuenta de que ha estallado la tercera guerra mundial. Algo parecido ha pasado ahora: todo el mundo estaba tan pendiente de los islamistas radicales que nadie se ha dado cuenta de que los países árabes habían cambiado, de que es más fácil encontrar islamistas radicales en Occidente que allí y de que lo que la mayoría de los árabes quiere -aquello por lo que algunos han muerto y muchos se han jugado la vida- es lo mismo que tantos de nosotros despreciamos: una democracia. Una de las cosas más divertidas que se puede hacer estos días es leer a los inevitables profetas del pasado afirmando que lo ocurrido estos días era inevitable, o por lo menos que ellos ya lo habían previsto; lo mismo dijeron tras el triunfo de la democracia española en los setenta y tras los triunfos de las democracias latinoamericanas y de Europa del Este en los ochenta y noventa. Basura. No es verdad que la historia sea siempre imprevisible (en la primavera de 1936, todo el mundo sabía que iba a estallar una guerra en España; en la primavera y el verano de 1939, todo el mundo sabía que iba a estallar una guerra en Europa); pero sí es verdad que casi siempre lo es. Me acuerdo de 1988. Por entonces yo trabajaba en una universidad norteamericana y un día asistí a una conferencia dictada por un ex asesor de Gorbachov que acababa de exiliarse en USA; no recuerdo cómo se llamaba el ex asesor, pero sí lo que dijo: dijo que los occidentales éramos unos ingenuos, dijo que las reformas de Gorbachov sólo eran una añagaza, dijo que la URSS y su imperio eran sólidos, pétreos, inamovibles. Unos meses después cayó el Muro de Berlín y empezó a desintegrarse el imperio soviético. Ahora la sorpresa ha sido similar y para todos, empezando por los árabes, que creían que eran unos cobardes y han descubierto que eran unos valientes. Olé por los árabes.

3 En The Independent, Robert Fisk denuncia la hipocresía de los intelectuales franceses que afirman o insinúan que los árabes no están preparados para disfrutar las libertades que nosotros disfrutamos. Fisk se queda corto. No son sólo los intelectuales franceses. Es Occidente, desde Israel hasta Samuel Huntington, pasando por la mismísima Ayaan Hirsi Ali, quien argumenta en Le Monde que la cultura de la sumisión de los árabes es incompatible con la democracia. Vaya: ¿no es más o menos eso lo que decían sobre nosotros en los años setenta y sobre los latinoamericanos y los habitantes de Europa del Este en los ochenta y noventa? Nadie está preparado para la libertad, igual que nadie está preparado para echar el polvo de su vida; pero hay que ser un perfecto imbécil para no echarlo. ¿Y la depresión post coitum? Llegará, por supuesto: los árabes descubrirán muy pronto que la democracia no es el paraíso, que no le vuelve a uno tan guapo y tan rico como Brad Pitt y Angelina Jolie y que sólo es el mejor instrumento político inventado hasta la fecha; se llevarán una decepción, igual que nos la llevamos nosotros y los latinoamericanos y los habitantes de la Europa del Este, y algunos acabarán despreciando la democracia igual que la despreciamos nosotros, igual que tantos acaban despreciando a la mujer de su vida. Nadie ha dicho que los egipcios vayan a ser más sensatos que nosotros.

4 En el aeropuerto de Dublín leo Diario de la galera, de Imre Kertész; traduzco del francés: "Hay en la vida de un hombre un momento donde toma conciencia de sí mismo y donde sus fuerzas se liberan; es a partir de ese instante cuando podemos considerar que somos nosotros mismos, es en ese instante cuando nacemos. El genio está en germen en cada uno de nosotros. Pero no todo hombre es capaz de hacer de su vida su propia vida. El verdadero genio es el genio existencial". Mientras miro de reojo la euforia de El Cairo en la televisión, me pregunto si lo que vale para los hombres vale para los países, si los egipcios acaban de nacer, si serán capaces de hacer de su historia su propia historia.

El negocio de los Bush-Bin Laden

Francesco Piccioni

http://www.mundoarabe.org/img/punto_rojo.gifMUNDO ARABE.ORG 10/10/2001 -

La saga infinita de las relaciones entre las dos familias, en las que los bin Laden tienen las de perder

Este artículo fue publicado en Mundoarabe.org el día 10 de octubre de 2001

El viejo pirata Prescott Bush (abuelo de George Bush) estaría contento al ver hasta que punto sus descendientes han asimilado su espíritu. En 1918 dirigió una incursión en un cementerio apache para robar la calavera de Jerónimo y hacer de esta el trofeo de su sociedad estudiantil, la Skull & Bones (calavera y huesos). En los años 30 y en los primeros 40, negoció con la empresa alemana Luftwaffe creando tres sociedades de las que fue el accionista más importante, habiendo sido sancionado para haber comerciado con el enemigo violando la Trading with Enemy Act. Almorzaba normalmente con Allen Foster Dulles, jefe de la CIA en el momento del asesinato de John Kennedy, y convocó al jefe de la nación apache por una ceremonia de restitución de la calavera de Jerónimo, la cual terminó mal, porque intentó darle otra calavera cualquiera, ofendiéndolo a muerte.

Estaría contento con su primogénito George Herbert, petrolero de escasa fortuna pero que como agente de la CIA fue capaz de llegar hasta la cumbre, siendo nombrado su director en 1976, a pesar del mal resultado del desembarco en Bahía de Cochino en Cuba, del que fue coordinador. Pero demostró amar las raíces tejanas, el petróleo y la familia, llamando a tres de los barcos del desembarco: Houston, Zapata -el nombre de su sociedad petrolífera que había quebrado- y Bárbara, el nombre de su mujer. Tiene que haber pasado de largo sobre aquella extraña relación de su hijo, en los años 60, con un constructor árabe que venía de vez en cuando por Tejas y que trató de introducirse en la alta sociedad local. Al fin de cuentas, aquel Muhammad Bin Laden, no duró mucho: se estrelló con su avión mientras volaba sobre los pozos que tan poca satisfacción le dieron a su hijo predilecto. Era el 68, el mundo pensaba en otra cosa.

George W., al principio, tiene que haberle dado bastantes preocupaciones. Un burro en la escuela, con notas medias de "C", a un paso del suspenso, fue el último en el examen de admisión para las fuerzas aéreas de la Guardia Nacional, al límite para no tener que ir a Vietnam, asiduo de las botellas de bourbon y de las líneas de cocaína. Pero por fin, también él, se lanzó al business del petróleo. A mitad de los años 70, creo la Arbusto Energy (nombre original en español, Bush significa arbusto), teniendo como socios a unos cuantos amigos paternos,ya que en la CIA tenía muchos amigos. Su compañero del servicio militar, James Bath, le proporcionó inversiones por parte de Khaled Bin Mafouz y Salem Bin Laden, el hijo mayor de Muhammad y nuevo jefe de la familia. Personaje notable, Mafouz. Banquero de la familia real saudí, novio de una hermana de Salem y Osama, gran jefe de Relief y Blessed Relief, los dos "ong" árabes imputadas de ser una cobertura para la organización de Osama.

George, en los negocios, fue desdichado. La Arbusto Energy fracasó, se transforma en Bush Exploration, luego en Spectrum7. Infaliblemente llega la bancarrota. Salem hace que no le falte su generoso apoyo. El éxito parece llegar cuando la Harken Energy compra su parte de acciones en Spectrum pagando 600.000 dólares. Qué se añaden a un contrato de consultoría de 120.000 dólares al año. En resumen se mete en el bolsillo un millón de dólares, mientras que Harken pierde decenas. Pero se procura un contrato de perforación en una parte del mar de Bahrein, ganando a Amoco y a Esso. Es el año 91, y la guerra del Golfo está a punto de estallar, Bush padre es el presidente; y el jeque local, Khalifa, prefiere no arriesgarse. También son viejos amigos de la familia. Khalifa, Bin Mafouz y Salem Bin Laden estuvieron en la dirección del BCCI cuando pasaban inmensos movimientos de dinero del Asunto Irán-Contra. Al final de los 80, los republicanos se encuentran secretamente en París con los jomeinistas moderados para retardar la liberación de los rehenes americanos en Teherán y perjudicar así a Jimmy Cárter en las elecciones, George padre llega a al reunión a bordo del avión de Salem Bin Laden.

George W. es desafortunado con sus socios. En aquel mismo avión, en el año 1988, Salem encuentra la muerte, también él, mientras volaba sobre los pozos de Tejas. La coincidencia parece a muchos excesiva, pero la investigación fue profunda. Las conclusiones, en efecto, no fueron jamás divulgadas. Mientras tanto otro protagonista del encuentro de París, Amiram Nir - agente del Mossad - muere en un accidente de avión. Nada sospechoso, ya que se estrella en México, no en Tejas.

La desdicha también persigue a los periodistas que investigan a Bush. Danny Casolaro está trabajando en su libro "Untanglig the Octopus", que reconstruye la red de los escándalos grandes y pequeños de la presidencia paterna. Antes de acabarlo decide suicidarse "por su incapacidad" según cuenta Steve Mizrach. La misma suerte corre James H. Hatfield, 43 años, que había logrado publicar "A fortunate Son: George W. Bush and the making of an American President". Una biografía no autorizada que, en 1999, revela como George ha tenido a escondidas frecuentes caídas en la cocaína. Por la ley del contrapeso, es encontrado muerto de sobredosis en un hotel de Springdale, Arkansas, el 18 de julio de ese año.

Ahora le toca a Osama, naturalmente. Asunto no de negocios, pero si de operaciones que llevan la marca de la CIA. Quizás los otros 52 hermanos tendrán algo que objetar. Pero, como Prescott diría, en una guerra mundial hay espacio suficiente para solucionar los líos entre viejos socios.

Entrevista a Noam Chomsky, situacion y futuro de la democracia

Vikas Shah

Thought Economics

Traducción: Red Kite

Una mirada al Reino Unido, Estados Unidos y Europa.

Pregunta: ¿Hasta qué punto son libres y democráticas nuestras sociedades?

Noam Chomsky: Atendiendo a estándares históricos, estas sociedades son bastante libres. Son democráticas en el sentido de que tienen elecciones formales que no están amañadas y todo eso. No son democráticas en cuanto a que hay otras fuerzas, que no tienen nada que ver con lo popular, que afectan de manera determinante a quién puede presentarse a unas elecciones. Estados Unidos es el caso más extremo a este respecto. En este momento, las elecciones en Estados Unidos están básicamente compradas. No puedes presentarte a unas elecciones a menos que dispongas de una enorme cantidad de capital, lo que significa que, aunque no representan ni al 1% de la población, son sobre todo las grandes corporaciones las que proporcionan ese respaldo de capital. En las elecciones de 2008, por ejemplo, lo que llevó a Obama a la victoria final fue una sustancial ayuda procedente de instituciones financieras que son ahora el núcleo de la economía. Se estima que las próximas elecciones costarán unos 2.000 millones de dólares, y solo hay un sitio al que acudir en busca de una suma de dinero semejante.

Antes solía haber un sistema de asignación de puestos en los comités del Congreso a los que se accedía por veteranía y todo eso. Ahora mismo, generalmente se exige que quienes aportan fondos estén en el comité del partido, lo que significa que incluso esos puestos están, en gran medida, comprados. Esto significa que la opinión popular está mucho más marginada. Esto se ve muy claro en cualquier asunto del que se trate. Se dice que el gran problema ahora mismo, a nivel nacional, es el déficit. Pues bien, la gente tiene ideas sobre cómo acabar con el déficit. Por ejemplo: gran parte del déficit es el resultado de un sistema de salud altamente defectuoso cuyo coste per cápita es cerca del doble que en otros países y que, en modo alguno, obtiene mejores resultados; de hecho, los resultados son bastante más pobres. La población se ha mostrado desde hace tiempo a favor de cambiar a un tipo de sistema nacional de salud, que sería mucho menos caro y (a juzgar por los resultados) nunca peor, incluso puede que mejor. ¡Solo eso ya eliminaría el déficit! ¡Y ni siquiera se ha considerado!

P: ¿Qué es lo que realmente mueve nuestra política exterior y cómo nos afecta eso a nosotros, los ciudadanos?

NC: La política exterior del Reino Unido y Europa tiende a seguir a Estados Unidos; no completamente, pero EE UU sigue siendo el principal conductor de la política exterior. No es ningún secreto qué es lo que mueve la política exterior. Bill Clinton, por ejemplo, fue bastante explícito sobre ello. Su postura, expresada con claridad en el Congreso, fue que EE UU tiene derecho a llevar a cabo una acción militar unilateral, apoyado en ocasiones por una –así llamada– coalición de los dispuestos, para asegurarse recursos y mercados y que debe tener fuerzas militares desplegadas –lo que significa bases extranjeras en Europa y en cualquier otra parte– para modelar los acontecimientos en nuestro interés. Nuestro interés no significa el del pueblo americano, sino el interés de quienes diseñan la política; fundamentalmente, las grandes corporaciones.

La política exterior puede emprenderse por vías que puedan perjudicar a la seguridad. De hecho, no es infrecuente, después de todo. Si seguimos la Comisión Chilcot [la comisión del parlamento británico encargada de investigar el papel del Reino Unido en la Guerra de Irak. N. del T.], la jefa del MI5 testificó –como mera extensión de algo que ya se sabía– que tanto Estados Unidos como Gran Bretaña reconocían que Sadam Husein no era una amenaza y que la invasión aumentaría, muy probablemente, la amenaza del terror. Y de hecho, ¡lo hizo! Aproximadamente siete veces en el primer año, según estadísticas cuasi oficiales. Así que se emprendió una invasión que provocaría daños a los ciudadanos de los países invasores, como en efecto ocurrió. Al principio, por supuesto, los motivos se presentaron con las coletillas habituales, es decir, con el dossier informativo que acompaña cada uso de la fuerza, con alusiones a la democracia y a toda clase de conceptos maravillosos. Cuando empezó a verse claro que los objetivos de la guerra no iban a alcanzarse con facilidad, hacia el final de la invasión, ciertas políticas se establecieron con claridad. En noviembre de 2007, la Administración Bush emitió una Declaración de Principios que establecía que cualquier acuerdo con Irak habría de garantizar la capacidad ilimitada de las fuerzas norteamericanas para operar allí –esencialmente, bases militares permanentes– y que dicho acuerdo debería también asegurar la posición de privilegio de los inversores de EE UU sobre los sistemas de energía. En 2008 Bush reiteró, y de hecho, reforzó, este aspecto en un mensaje al Congreso, en el que dijo que haría caso omiso de cualquier legislación que limitara la capacidad norteamericana para usar la fuerza en Irak o que interfiriera con el control norteamericano sobre el petróleo iraquí. Esto se declaró muy clara y explícitamente. En realidad, EE UU tuvo que dar marcha atrás en sus objetivos como consecuencia de la resistencia iraquí; pero los objetivos en sí mismos fueron claros y explícitos, y no tenían nada que ver con la seguridad de los norteamericanos. Esto mismo es cierto en cualquier otra parte. Un eminente especialista en Pakistán revisó recientemente las políticas norteamericanas en Pakistán y Afganistán, revelando una vez más que estas políticas están aumentando de manera significativa la amenaza del terror y hasta posiblemente del terror nuclear. Sus conclusiones fueron que los soldados norteamericanos y británicos están muriendo en Afganistán para hacer el mundo menos seguro para los norteamericanos y los británicos. Esto no es tan infrecuente. La seguridad no es, típicamente, una prioridad esencial de los Estados. Hay otros intereses.

P: ¿Hasta qué punto están influenciados los medios por los objetivos del Gobierno y de las empresas?

NC: Hay casos en los que tiene lugar una interferencia directa del Gobierno y de las empresas, pero no creo que ese sea el principal problema en lo tocante a la influencia del Gobierno y las empresas sobre los medios. Tomando a Estados Unidos como ejemplo, los medios son grandes corporaciones, o sea que no es una cuestión de influencia empresarial; son corporaciones que están estrechamente ligadas al Gobierno. Hay un flujo constante de gente entre las corporaciones y el Gobierno; las interacciones son muy estrechas. El entramado de selección de los contenidos sobre los que se debe informar, cómo se debe informar y demás está modelado de manera determinante por los intereses compartidos de las élites del mundo de los negocios, el Gobierno, etc. De hecho, en las universidades no es diferente, y puede verse día tras día. No hay más que fijarse en la zona de exclusión aérea en Libia. En Libia, la intervención –tanto si uno la aprueba como si no– la están llevando a cabo las tres potencias imperiales tradicionales: EE UU, Gran Bretaña y Francia. Hay una participación marginal de algunos otros países de la OTAN, pero los principales países rehúsan involucrarse, y muchos simplemente se oponen a ella. Los BRICS [grupo integrado por cinco países con gran territorio y población: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. N. del T.], por ejemplo, están en contra, y Turquía no quiere involucrarse. Pues bien, estos tres, este triunvirato imperial, dieron gran difusión en su propaganda a una petición de la Liga Árabe sobre una zona de exclusión aérea. La declaración de la Liga Árabe era bastante tibia, y así fue calificada poco después, pero había, de hecho, una llamada en pro de una zona de exclusión aérea. Al mismo tiempo, la Liga Árabe solicitó una zona de exclusión aérea sobre Gaza. En Estados Unidos, literalmente no se informó de eso. Aunque algunos periódicos pequeños puedan haber hablado de ello, no hubo ningún medio importante –ni el New York Times, ni el Washington Post, ninguno de los grandes– que informara de ello. En realidad, en toda la prensa angloamericana, la única mención apareció en el Financial Times. Bueno, se trataba de una zona de exclusión aérea sobre Gaza… algo que no se ajusta a los intereses norteamericanos y, en consecuencia, no era noticia. Al mismo tiempo, la zona de exclusión sobre Libia sí que se ajustaba a los intereses del triunvirato imperial, así que eso era una noticia importante. Y este es el estándar; ocurre a todas horas.

Uno de los ejemplos más impactantes que nos dice algo sobre la cultura intelectual generalizada tiene que ver con Wikileaks. La filtración que recibió, con diferencia, la mayor atención en términos de titulares y comentarios eufóricos fue que los árabes apoyaban la política norteamericana con respecto a Irán, la hostilidad hacia Irán. Eso estaba por todas partes y fue muy interesante, porque a lo que se refería en realidad era a los dictadores árabes. ¿Y qué hay de la opinión pública árabe? Bueno, eso también fue estudiado, y fue estudiado por las más prestigiosas instituciones de encuestas norteamericanas y publicado por instituciones tan prestigiosas como Brookings. ¡La prensa no informó sobre estos estudios! En Estados Unidos, literalmente no se informó. Creo que hubo un reportaje en Inglaterra. Estos estudios colocan a Egipto como el país más importante de la región, y en Egipto el 90% de la población considera a Estados Unidos como la amenaza más importante. El 80% cree que la región sería más segura si Irán tuviera armas nucleares. Solo un pequeño porcentaje, puede que un 10%, considera a Irán una amenaza. Esas cifras son bastante similares en toda la región. Pero para los políticos, eso no tiene importancia. Mientras los dictadores nos apoyen, ¿qué más da?

Esto nos lleva de vuelta a nuestra primera pregunta sobre la actitud hacia la democracia. La actitud es que la población no importa, mientras esté bajo control; y esto se puede comprobar. Este es, por cierto, un problema bastante viejo. Si tuviéramos una información seria sobre estos temas, no solo se informaría sobre la opinión pública árabe, sino también sobre el hecho de que la política de ignorar a la opinión pública árabe ha estado presente desde hace tiempo. En los años 50, el presidente Eisenhower estaba preocupado por lo que él llamaba la ‘campaña del odio’ en el mundo árabe; no por parte de los Gobiernos, sino de la gente. En el mismo año, el Consejo de Seguridad Nacional publicó un estudio que concluía que la percepción entre la gente del mundo árabe era que Estados Unidos apoya a las dictaduras brutales y violentas, bloqueando la democracia y el desarrollo, y lo hace para mantener el control sobre sus fuentes de energía. Acabó concluyendo que la percepción (de los objetivos en política exterior) era más o menos exacta, y que, mientras los dictadores nos apoyaran, ¿a quién le importa que haya una campaña de odio?, siempre y cuando podamos controlar a la población… Eso se ha mantenido como una política consistente, dramáticamente patente hoy día, y como puede verse por la reacción a estas filtraciones e informes con datos cruciales no publicados, se ha convertido en una actitud generalmente aceptada entre los sectores mejor formados.

P: ¿Cuál es la verdadera naturaleza de la subversión informativa que se aprecia en los gobiernos y las grandes corporaciones?

NC: Yo diría que, hasta ahora, hay miles de páginas con información detallada sobre este tema. Sin ir más lejos, miremos los temas que acabamos de mencionar. ¿Es importante para nosotros saber que la invasión de Irak se emprendió con la expectativa de que aumentaría el terrorismo?, ¿que se emprendió con la intención de asegurar que las corporaciones norteamericanas tuvieran acceso privilegiado al petróleo iraquí? ¿y que se convertiría en una base militar permanente de EE UU? Yo creo que habría sido importante para el público saber eso. Creo que sería importante para el público saber que la opinión pública árabe es tan hostil al poder occidental (en concreto, a EE UU) que considera a EE UU como la primera amenaza y cree que la región estaría mejor si Irán tuviera armas nucleares. ¿Es importante para la gente de Estados Unidos y Gran Bretaña saber eso? ¡Yo diría que sí! Y podríamos seguir con otros casos. Por ejemplo, ¿es importante para los norteamericanos saber que, si tuviéramos un sistema de salud similar al de otras sociedades industrializadas, el déficit se eliminaría y no tendríamos que ir contra las pensiones de los maestros o el pago de medicinas para los ancianos, etc? Sí; creo que sería importante saberlo. ¡De hecho, creo que eso debería ser un titular a toda plana!

Toda esta información puede obtenerse a poco que se investigue, pero ni siquiera se menciona a los ojos del público.

P: ¿Qué influencia ejercen las grandes corporaciones en la sociedad?

NC: Las corporaciones juegan un papel determinante en la sociedad. No creo que este hecho sea ni siquiera discutible. Adam Smith ya hacía apreciaciones similares hace tiempo, señalando que en Gran Bretaña los principales arquitectos de la política eran los comerciantes y los industriales, la gente que era dueña de la sociedad, y se aseguraban de que se sirviera a sus intereses sin importar el doloroso impacto para el pueblo de Inglaterra. Esto es mucho más cierto hoy día, con concentraciones de poder mucho mayores; ahora ya no somos solo industriales: tenemos instituciones financieras y corporaciones multinacionales. Tienen una enorme influencia, y esa influencia puede ser no solo dañina, sino letal en muchos casos.

Tomando como ejemplo a Estados Unidos, las corporaciones han estado realizando grandes campañas propagandísticas para convencer a la población de que el cambio climático no es una amenaza. Esto ha llevado, en efecto, a la mayoría de la gente a estar de acuerdo en que no es un problema real. El capital privado ha sido también el instrumento principal que ha llevado al Congreso a un nuevo grupo de notables, unas figuras que son, prácticamente todas, negacionistas del cambio climático. Estos individuos están a punto de aprobar una legislación que reduzca los fondos del organismo internacional (el IPCC) [Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, el comité de expertos auspiciado por la ONU para tratar este asunto. N del T.] y la capacidad de la Agencia de Protección Ambiental, que puede que ni siquiera sea capaz de monitorizar el efecto de los gases de efecto invernadero ni de llevar a cabo otras acciones que podrían reducir el impacto del calentamiento global, que es una amenaza muy seria. Esto lo han hecho los ejecutivos de las grandes empresas mediante campañas de propaganda y financiando a las figuras políticas que dinamitan esos esfuerzos. Ellos comprenden tan bien como cualquiera que el calentamiento global es una amenaza muy grave, pero aquí entra a jugar el rol institucional. Cuando eres el consejero delegado de una gran empresa, tu tarea es maximizar el beneficio a corto plazo. Eso es mucho más cierto ahora de lo que lo haya sido nunca antes. Estamos en una nueva fase del capitalismo de Estado en la que el futuro simplemente no importa demasiado; ni siquiera la supervivencia de la empresa importa demasiado. Lo que importa cada vez más es el beneficio a corto plazo, y si no es eso lo que persigue un consejero delegado, será reemplazado por otro que lo haga. Este es un efecto institucional, no personal, y tiene extraordinarias implicaciones en la sociedad. De hecho, podría destruir nuestra propia existencia.

P: ¿Hasta qué punto existe todavía un sistema de clases en las sociedades occidentales?

NC: Las clases dirigentes están librando constantemente una dura guerra de clases y son conscientes de ello. Si leemos la prensa de negocios, se lamentan del peligro al que se enfrentan los empresarios, del creciente poder político de las masas, de la necesidad de pelear en la interminable batalla por las mentes de la gente, etc. ¡Y actúan al respecto! Continuamente realizan grandes campañas que garanticen que la concentración de poder en manos del sector empresarial siga creciendo. En los últimos treinta años, más o menos, ha habido cambios en la naturaleza de la economía, que se ha desplazado desde el capitalismo hacia el capitalismo de Estado. Gran parte del dinamismo de una economía proviene del Estado; los ordenadores, Internet, la revolución tecnológica, etc. Las aplicaciones vienen del sector privado, pero no la investigación y el desarrollo. Eso sigue siendo cierto en todas las áreas. En los últimos treinta años ha habido un cambio significativo hacia la ‘financialización’ de la economía. Las instituciones financieras tienen ahora una cuota mucho mayor en los beneficios económicos de la que tenían hace cuarenta años. Se ha dado también otro desplazamiento hacia la externalización de la producción, que, en realidad, coloca a los trabajadores de todo el mundo en competición, con consecuencias obvias. Esos movimientos han puesto en movimiento un círculo vicioso en el que la riqueza esta cada vez más concentrada en una población extremadamente pequeña. En Estados Unidos, el primer factor de desigualdad es la concentración extrema de la riqueza en una fracción del 1% de la población, que incluye a consejeros delegados, directores de fondos de inversión, etc. Según aumenta esa concentración de la riqueza, lleva consigo una concentración de poder político, dado que la riqueza tiene un enorme efecto sobre el sistema político, y el poder político, a su vez, conduce a una legislación que refuerza la concentración de la riqueza. Políticas fiscales, desregulaciones, normas sobre los estatutos de las empresas, etc. Este ciclo existe en todo el mundo, pero en Estados Unidos es demoledor. Como muestra, en la última generación hemos visto repetidas crisis financieras que simplemente no se daban en los años 50 o en los 60, cuando las medidas de new-deal [programas económicos intervencionistas impulsados en los años 30 por Roosevelt para superar la Gran Depresión. N. del T.] todavía estaban vigentes y el sistema financiero estaba mucho más restringido. Las crisis cada vez mayores ya no son un problema para los grandes bancos y los grandes inversores porque pueden confiar en papá Estado para que los rescate. Si tuviéramos un sistema capitalista, las crisis financieras serían graves, pero sus consecuencias se saldarían únicamente con la bancarrota de los culpables, con lo que Goldman Sachs, JP Morgan Chase y Citigroup simplemente no existirían; ¡habrían entrado en bancarrota hace mucho tiempo! Pero como no estamos en un sistema capitalista, han sido rescatados de manera reiterada por el contribuyente. De hecho, se los ha considerado por parte de las políticas reguladoras gubernamentales como “demasiado grandes para caer”, y las agencias de calificación lo tienen en cuenta. Cuando establecen el nivel de riesgo de Goldman Sachs, tienen en cuenta que, si se embarcan en muchas transacciones de alto riesgo y, por tanto, consiguen un enorme beneficio que termina colapsando el sistema, habrá un rescate que hará subir la calificación de esas firmas, lo que significa que podrán obtener créditos más baratos, y así sucesivamente. Mientras tanto, para el grueso de la población de las últimas generaciones –es decir, para la abrumadora mayoría– los ingresos han descendido de manera muy notable, mientras que las horas de trabajo han aumentado y los beneficios se han reducido, lo que ha llevado a una población enfadada, frustrada y confusa que está mucho más distanciada de las decisiones políticas. Decisiones que están, en enorme proporción, en manos de una concentración de poder extremadamente pequeña; y los medios de comunicación colaboran en ello, ya que son esencialmente parte del sistema. Hay algunas voces críticas en la periferia –después de todo, esta es una sociedad libre– pero las fuerzas mayoritarias tienden a apoyar al sistema. Estas son tendencias muy antidemocráticas, y también bastante peligrosas.

Una mirada a los conflictos.

P: ¿Cuál es su visión de la ‘guerra global contra el terror’?

NC: El problema es que no existe. No se combate al terror con acciones que se sabe de antemano que aumentarán el terror. La invasión de Irak, de nuevo, se emprendió con la expectativa de que aumentaría el terrorismo, y de hecho lo hizo. Eso no es una guerra contra el terror. No debería haber una guerra contra el terror, sino esfuerzos para debilitar al terror. Los modos de hacer esto son bien conocidos y entendidos. Gran Bretaña es un ejemplo perfectamente válido. Tomemos, por ejemplo, el terrorismo del IRA, que era bastante serio. Mientras Gran Bretaña respondió usando la violencia, contribuyó a una escalada del ciclo del terror. Finalmente –en parte, por la influencia de Estados Unidos y en parte por la presión interna–, la respuesta fue prestar atención a las quejas legítimas que subyacían en las acciones terroristas. Y bien, eso condujo al declive del terror. Por ahora, Irlanda del Norte –aunque no es ninguna utopía– no es, desde luego, como era hace solo quince años. ¡Esa es la manera de abordar el terror! Observar sus raíces, su origen, y hacer algo al respecto.

Una mirada a la globalización y la sociedad

P: ¿Cuáles son sus visiones acerca de la globalización y el desplazamiento del poder económico hacia China y la India?

NC: Antes de nada, deberíamos ser cuidadosos al hablar de “desplazamiento del poder económico”. Es cierto, desde luego, que China y la India han tenido tasas de crecimiento muy significativas, pero se trata de países muy pobres. Echemos un vistazo a su renta per cápita, por ejemplo. Según las cifras del Banco Mundial (que están groseramente subestimadas) China tiene quizá el 5% de la renta per cápita de Estados Unidos, y la India en torno al 2%. Estas cifras deberían multiplicarse por dos o por tres, pero incluso así suponen una pequeña fracción de las occidentales. China ha crecido de manera espectacular, y ha habido un impacto bastante significativo en la reducción de la pobreza y demás. A pesar de todo, China sigue siendo, de momento, una planta de ensamblaje. Si echamos un vistazo al déficit comercial de Estados Unidos con China (algo de lo que se ha hablado mucho) y lo calculamos con exactitud, en términos de valor añadido, resulta que el déficit comercial con China está sobreestimado entre un 25 y un 30 por ciento. El déficit comercial con Japón, Taiwán y Corea del Sur está subestimado en la misma proporción. El motivo es que, dentro del dinámico sistema de producción de Asia del Este, los componentes de alta tecnología vienen de la periferia –de Japón, Corea del Sur y Taiwán– y China los monta. Con el tiempo, esto cambiará, a medida que China vaya escalando peldaños en la escalera tecnológica, pero en este momento es así. Esto es aún más claro en el caso de la India, que tiene cientos de millones de personas que están excluidas por completo del sistema. Los suicidios de campesinos aumentan aproximadamente en la misma proporción que la creación de millonarios. Un par de cientos de millones de personas han obtenido ganancias, mientras otras muchas no, y su situación ha ido empeorando. Existen, además, enormes problemas ecológicos que no son contabilizados como costes, aunque deberían serlo. Lo que está ocurriendo allí es bastante espectacular.

Se ha hablado mucho de que China posee una parte de la deuda de EE UU y de lo que eso implica, y todo eso. Japón posee aproximadamente la misma cantidad de deuda norteamericana, lo que no otorga a Japón ningún poder sobre Estados Unidos. Hay muchos comentarios engañosos sobre estos temas.

P: ¿Cómo cree que será el mundo dentro de 25 años?

NC: Bueno, están ocurriendo varias cosas. Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era abrumadoramente dominante; su poder ha ido declinando desde entonces, y continúa en declive en este momento. En parte, este declive tiene que ver con el crecimiento cada vez mayor de la producción asiática; no debemos exagerarlo, pero es ciertamente una de las razones. Otro factor es el ataque interno a la salud de la sociedad norteamericana; la ofensiva de las corporaciones que ha tenido lugar en la última generación ha debilitado seriamente a la sociedad norteamericana. Hay un ataque al sistema educativo que tendrá graves efectos a largo plazo sobre la economía; hay un ataque generalizado contra la clase trabajadora: el círculo vicioso que antes describí es beneficioso para un pequeño sector de la población, pero es dañino para todos los demás. Las infraestructuras están en un estado lamentable. ¡Cualquiera que viaje a Estados Unidos desde Europa o incluso desde Asia piensa a menudo que está llegando a un país del tercer mundo! Y esto va a peor. No supone un problema para el pequeño sector de ricos y poderosos que externalizan la producción y se dedican a la especulación financiera; para ellos, realmente no importa si el país está en declive. Pero está en declive, y sufre ataques internos. Estados Unidos tiene una crisis financiera –el problema del déficit y de la deuda– debida a dos motivos. Uno, un presupuesto militar enormemente abultado, que es aproximadamente el mismo que el del resto del mundo junto, y en segundo lugar, un sistema sanitario desregulado, privatizado y altamente deficiente. Esos dos elementos están siendo protegidos, y eso, junto con el círculo vicioso que he mencionado, conduce a graves problemas internos que harán que el declive continúe. Además, el problema medioambiental es muy serio. Si Estados Unidos no se pone en cabeza, el resto del mundo no va a hacer demasiado. Si Estados Unidos mina los esfuerzos para atajar los problemas ambientales –como está sucediendo ahora–, la cosa va a ser aún más grave, y eso es exactamente lo que tenemos enfrente de nosotros, por las razones institucionales que he mencionado. Dentro de treinta años, eso será mucho más importante.

Por desgracia, existe además una amenaza cada vez mayor de guerra nuclear e incluso de terrorismo nuclear. Es por eso por lo que antes mencioné la política de EE UU en Afganistán y Pakistán. Parte de esa política aumenta el riesgo de que materiales fisionables puedan caer en manos de islamistas radicales. Hay que decir que el islamismo radical ha sido fuertemente apoyado durante mucho tiempo por Estados Unidos y Gran Bretaña para combatir el nacionalismo secular. Estados Unidos también ha apoyado los programas nucleares de Pakistán, India e Israel, los tres no firmantes del Tratatado de No Proliferación. Todo eso supone una mezcla explosiva.

También va a haber cada vez más conflictos por los recursos. Los recursos se están exprimiendo hasta el límite, y con un crecimiento cada vez mayor, la competencia será dura, lo que conducirá a graves conflictos por los recursos y puede que a guerras de algún tipo. Puede que no se trate de guerras militares, pero algún tipo de conflicto. Si miramos, por ejemplo, a la reserva de energía más importante del mundo, en Oriente Medio, ¡en este momento esos recursos están yendo más al Este que a Occidente! Estados Unidos tolera esto de buen grado; quieren que el petróleo saudí vaya a China para socavar las iniciativas de China en Irán. Eso forma parte de la estrategia geopolítica norteamericana, pero provocará conflictos, y es también cierto para otros recursos como el hierro, el cobre, el litio, etc. Este es un problema grave y creciente, y da una predicción bastante sombría del futuro, a menos que haya cambios significativos.

Fuente: http://thoughteconomics.blogspot.com/2011/04/understanding-democracy.html

Traducción de Red Kite disponible bajo licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0

martes, 10 de mayo de 2011

Los científicos se preguntan qué es exactamente la religión y para qué sirve

La guía del buen dios

The Economist

Traducción; de Anahí Seri

La religión está por doquier, pero no es universal, lo cual es un enigma para la gente que intenta explicarla. Las personas religiosas, viendo su omnipresencia (aunque no todo el mundo es religioso, todas las sociedades humanas tienen religiones), sostienen que ello es prueba de que la religión es un auténtico reflejo de la naturaleza subyacente de las cosas. Los escépticos se preguntan por qué, si eso es así, hay tantísimas variedades, desde la Iglesia Católica y la Iglesia Apostólica hasta los “cultos del cargo” de Papúa Nueva Guinea; a cada una de estas confesiones, las explicaciones de las demás les parecen anatema.

Para sistematizar un poco el asunto, los investigadores que participan en un proyecto multinacional llamado Explaining Religion han estado tres años recopilando datos sobre diversos aspectos de la práctica religiosa y los comportamientos morales sobre las que las religiones a menudo afirman tener influencia. La fase de recopilación de datos concluyó a finales de 2010, y se están comenzando a publicar los resultados.

Actualmente, la mayoría de los estudiosos del tema coincidirían en que están aún en la fase de “colección de sellos” con la que a menudo comienza una nueva ciencia; se acumulan hechos sin tener claro cómo encajan entre sí. Pero ya han empezado a surgir algunos patrones. En particular, los científicos del proyecto han estudiado las ideas del justo merecido, de la desaprobación divina y de la naturaleza de un ritual religioso.

Una teoría sobre el origen de la religión es que apuntala la extraordinaria capacidad de colaboración que condujo al ascenso del homo sapiens. Una característica de muchas religiones es la idea de que el mal recibe un castigo divino, y la virtud es recompensada. En otras palabras, los tramposos y los avariciosos se llevan su merecido. Esta creencia promueve un desprendimiento que podría explicar cómo evolucionó la religión. Pero ¿la idea del justo merecido universal es de verdad instintiva, como parece sugerir esta interpretación?

Caminos misteriosos

Para poner a prueba esta hipótesis, Nicolas Baumard (entonces en Oxford, ahora en la Universidad de Pensilvania) usó un ordenador para estudiar la reacción de la gente ante una fábula moral moderna. Los voluntarios del Dr Baumard leían un texto sobre un mendigo que pedía limosna, y un transeúnte que no le daba. En algunos casos, el transeúnte no sólo era tacaño, sino que además insultaba al pobre hombre. En otros, estaba sin un chavo y se disculpaba. En ambos casos, a continuación le ocurría algo desagradable (tropezaba con el cordón del zapato, se caía porque el mendigo le había puesto una zancadilla, era atropellado, etc.)

La pregunta que se le planteaba a cada voluntario era si el segundo acontecimiento estaba causado por el comportamiento del transeúnte hacia el mendigo. La mayoría contestó que no, dando a entender que la causa era el cordón, o el pie del mendigo, o el coche. Pero el Dr Baumard también midió cuánto tiempo dedicaba cada voluntario a reflexionar la respuesta – y resultó que cuando el transeúnte se había comportado mal con el mendigo, el voluntario pasaba un tiempo significativamente superior pensándose la respuesta que cuando se había comportado bien, o cuando el mendigo le había puesto la zancadilla.

La interpretación del Dr Baumard, aunque no la puede demostrar, es que los voluntarios estaban estableciendo efectivamente una conexión mental, durante este tiempo adicional de reflexión, entre las acciones del transeúnte y su subsiguiente destino. En otras palabras, estaban considerando la idea de que se estaba llevando su merecido, propinado por alguna especie de destino universal.

Esta interpretación requerirá que se ponga a prueba mucho más. Pero cuadra bien con un segundo resultado del proyecto, relacionado con la idea de que Dios siempre está observándote.

Para investigar esto, el Dr Baumard formó un equipo con Ryean McKay de la Universidad de Londres y Pierrick Bourrat de la Universidad de Sydney. Juntos, estudiaron si unas pistas sutiles sobre el estar siendo observado tenían algún efecto sobre el comportamiento de la gente.

Está en los ojos

En este caso invitaron a los voluntarios a valorar la aceptabilidad de dos actos: quedarse con el dinero de una cartera perdida y falsificar un currículum. A la mitad de los voluntarios se les dio la tarea escrita en un papel que incluía una imagen de unos ojos. La otra mitad tenía en las instrucciones la imagen de unas flores.

Una vez más, esto no demuestra nada. Unos ojos indagadores no indican un ente sobrenatural, y es bien sabido que a la gente también le pica la conciencia cuando están bajo escrutinio humano. Pero sí es indicación de un proceso mental del que podrían sacar partido las ideas religiosas acerca de un dios omnisciente que nos enjuicia.

Para seguir explorando esta idea, el Dr Baumard se unió a Quentin Atkinson, de la Universidad de Auckland. Entre los dos se pusieron a estudiar el World Values Survey, una encuesta de 87 países que pregunta a los encuestados, entre otras cosas, sobre sus creencias religiosas y la aceptabilidad de una serie de infracciones, desde el tirar basura por la calle hasta el adulterio. La conclusión del análisis del Dr Baumard y el Dr Atkinson es que las personas cuya religión incluye a un dios omnisciente y que juzga (cristianos, musulmanes, etc.) evalúan todas las transgresiones de manera más severa que aquellas personas, como los budistas, cuya religión no responde a ese patrón (los agnósticos y los ateos piensan como los budistas).

Cuestiones de rituales

Las ideas del justo merecido y de la mala conciencia son, en esencia, cuestiones privadas del cerebro de cada uno. Pero hay una tercera idea religiosa, muy pública, que podría promover la cooperación: los rituales compartidos:

Los psicólogos distinguen entre dos tipos de memoria a largo plazo. Una, la memoria semántica, registra cosas que se aprenden conscientemente, sin experiencia directa, por ejemplo las lecciones de historia en la escuela. La otra, la memoria episódica, registra sucesos memorables de la vida de una persona.

Harvey Whitehouse, también de Oxford, piensa que estas formas distintas de memorización corresponden a lo que el ve como dos aspectos distintos de la religiosidad. El modo religioso doctrinal, como le llama al primero de éstos, favorece ritos frecuentes pero no especialmente excitantes, que permiten a la memoria semántica almacenar un gran corpus de enseñanza. Esto explica las oraciones del viernes en el Islam, o la misa diaria de los católicos más entusiastas.

El segundo modo, el modo imaginístico, en la terminología del Dr. Whitehouse, se basa en sucesos infrecuentes pero muy excitantes que quedan grabados en la memoria episódica por su intensidad emocional. Ahora bien, como las profundidades del trauma se rememoran más vívidamente que las cumbres de la euforia, las religiones, según esta teoría, deberían optar por lo primero. Y de hecho es lo que hacen.

Sirve de ejemplo una ceremonia de iniciación pavorosa que se inflinge los jóvenes de la tribu australiana de los Aranda. Primero se los somete a la circuncisión, y luego se los sujeta boca abajo mientras varios de los ancianos de la tribu les dan fuertes mordiscos en el cuero cabelludo y la barbilla, para después rajarles la uretra con una cuchilla de piedra. Es el tipo de experiencia de la que uno no se olvida fácilmente. Además, hace que uno sienta una gran afinidad hacia los otros que han pasado por ahí, y tal vez un cierto desdén hacia los que no; un rito que fomenta la solidaridad como el que más.

Para poner a prueba su hipótesis de que hay dos tipos básicos de rituales, el Dr Whitehouse solicitó la asistencia del Dr. Atkinson. Entre los dos elaboraron una base de datos de 645 rituales de 74 culturas, recurriendo a las Human Relations Data Files, una gran colección de material etnográfico. Evaluaron la frecuencia de cada ritual así como el correspondiente nivel de excitación. Tal como habían predicho, aunque los rituales de bajo nivel de excitación son más comunes, la tendencia es que los comportamientos rituales se aglomeren en los dos extremos del espectro: abundan los muy frecuentes y poco o nada desagradables, así como los muy desagradables que se realizan muy infrecuentemente.

El siguiente paso consiste en ampliar el baúl de datos, en particular añadiendo información histórica a la información contemporánea de la que ya se dispone. Las investigaciones también podrían abarcar rituales no religiosos, desde las novatadas de los militares hasta los himnos que se le cantan a la empresa. Esto supone reunir a antropólogos, arqueólogos, psicólogos evolutivos e historiadores, y peinar 5.000 años de historia recogiendo rituales.

Así pues, aunque Explaining Religion no ha alcanzado en realidad el objetivo bastante ambicioso que da nombre al proyecto, sí ha abierto algunas sendas de investigación prometedoras, y ha dado lugar a lo que la ciencia anhela, a más investigación. Y lo más importante es que ha permitido que la investigación racional entre en un área del comportamiento humano que rara vez se somete a este escrutinio. Ya sólo por eso merece que lo celebremos.

Fuente: http://www.economist.com/node/18584074?fsrc=scn/tw/te/ar/thegoodgodguide

Cómo creó Goldman Sachs la crisis alimentaria

Frederick Kaufman

Foreign Policy

Traducido para Rebelión por Jorge Aldao y revisado por Caty R.


No culpe del alza de los precios de los alimentos al apetito de los estadounidenses, a los crecientes precios del petróleo o a los cultivos modificados genéticamente. Wall Street tiene la culpa de los precios, que crecen en espiral, de los alimentos.

Sin duda la oferta y la demanda son importantes. Pero hay otra razón por la que los alimentos se han vuelto tan caros en todo el mundo: la codicia de Wall Street.

Fueron las mentes brillantes del Grupo Goldman Sachs las que comprendieron la simple verdad de que no hay nada más valioso que el pan nuestro de cada día. Y donde hay valor, hay dinero para ganar. En 1991, los banqueros de Goldman, liderados por su clarividente presidente Gary Cohn, crearon un nuevo tipo de productos de inversión, los derivados (1) que rastrearon 24 materias primas, desde metales preciosos y energía al café, el cacao, el ganado, el grano, los cerdos, la soja y el trigo. Luego ponderaron el valor de la inversión de cada producto, mezclando y combinando las partes en el cálculo y posteriormente redujeron lo que había sido una complicada recopilación de bienes reales a una fórmula matemática que podía expresarse en un único enunciado, conocido en adelante como el Índice de Materias Primas de Goldman Sachs (GSCI).

Sólo durante un decenio el GSCI se mantuvo como un instrumento de inversiones relativamente estático, ya que los banqueros estaban más interesados en lo riesgoso y en las Obligaciones de Deuda Garantizadas (CDO) que en algo que, literalmente, podían sembrar o cosechar. Luego, en 1999, la Comisión de Comercio de Materias Primas y Futuros desreguló el mercado de futuros. Y súbitamente los banqueros pudieron tomar a su gusto “posiciones largas” (2) en el mercado de granos, una posibilidad que, desde la Gran Depresión, estuvo reservada sólo para los que tuvieran algo que ver con la producción de nuestros alimentos.

Así llegó el cambio a las grandes bolsas de granos de Chicago, Minneapolis y Kansas City que, durante 150 años, habían ayudado a moderar las alzas y las bajas en los precios globales de los alimentos. Porque la agricultura puede parecer bucólica, pero es una actividad intrínsecamente volátil, sometida a las vicisitudes del clima, las enfermedades y los desastres. El sistema de “comercio de granos a futuro”, promovido después de la guerra civil estadounidense por los fundadores de Archer Daniels Midland, el general Mills y Pillsbury, ayudó a situar a Estados Unidos como un gigante financiero para rivalizar con Europa y finalmente superarla. Las bolsas de granos también protegieron a los agricultores y molineros estadounidenses de los riesgos inherentes a su actividad. La idea básica era “el contrato a término”, es decir un acuerdo entre vendedores y compradores de trigo para fijar el precio razonable de una fanega, aún antes de que dicha fanega se cultivase. Esto no sólo ayudó a que el “precio futuro” del grano mantuviera estable el precio de la barra de pan en la panadería –y después en el supermercado- sino que además los mercados financieros a futuro permitían a los agricultores protegerse de los períodos de vacas flacas e invertir dinero en sus granjas y negocios. El resultado de esto fue que durante el siglo XX el precio real del trigo disminuyó (a pesar de uno o dos pequeños sobresaltos, en particular durante la espiral inflacionaria de los años 70), estimulando el desarrollo de la agroindustria estadounidense. Y después de la segunda Guerra Mundial los Estados Unidos produjeron rutinariamente un exceso de granos que se convirtió en un elemento esencial de sus estrategias políticas, económicas y humanitarias durante la Guerra Fría, para no mencionar el hecho de que el grano estadounidense alimentó a millones de personas hambrientas de todo el mundo.

Los mercados de futuros, tradicionalmente, incluían a dos clases de participantes: Por un lado estaban los agricultores, los molineros y los almaceneros, es decir los integrantes del mercado que tienen un interés verdadero, físico, en el trigo. Este grupo no sólo comprendía a los cultivadores de maíz en Iowa o a los agricultores de trigo en Nebraska, sino también a las principales corporaciones multinacionales como Pizza Hut, Kraft, Nestlé, Sara Lee, Tyson Foods y McDonald's, cuyas acciones en la Bolsa de Nueva York subían y bajaban en función de su capacidad para llevar alimentos a precios competitivos a las ventanillas de los autos, a las puertas de las casas y a las estanterías de los supermercados. Estos participantes en el mercado se denominan “hedgers (3) de buena fe” porque realmente necesitan comprar y vender cereales.

Del otro lado estaban los especuladores. El especulador no produce ni consume el grano, la soja o el trigo, y no tendría un lugar para depositar las 20 toneladas de cereal que podría comprar en cualquier momento, si alguna vez se las entregasen. Los especuladores ganan dinero por medio de un comportamiento tradicional de las bolsas, por el “arbitraje” (4) de comprar barato y vender caro. Y, por regla general, los que estaban materialmente interesados en los “mercados de futuros de granos” dieron la bienvenida a sus bolsas a esos especuladores tradicionales los cuales, con su interminable flujo de órdenes de compra proporcionaban liquidez al mercado y facilitaban a los “hedgers” auténticos una manera de manejar los riesgos, permitiéndoles vender y comprar a su gusto.

Pero el índice de Goldman pervirtió la simetría de este sistema. La estructura del GSCI no hizo caso del antiguo modelo de comprar-vender/vender-comprar. Este novedoso producto derivado implica sólo “posiciones largas”, lo que significa que se diseñó para comprar materias primas y sólo para comprarlas. En el fondo de esta estrategia de “posiciones largas” se advierte la intención de transformar una inversión en materias primas (antes un ámbito especializado) en algo muy parecido a una inversión en acciones, la clase de activo en el que cualquiera podría depositar su dinero y dejarlo acumularse durante décadas (del tipo de General Electric o Apple). Una vez que el Mercado de Materias Primas se había transformado para parecerse a la Bolsa, los banqueros podían esperar la nueva afluencia de dinero en efectivo. Pero la estrategia de “posiciones largas únicamente” tenía un defecto, al menos para aquellos de nosotros que comemos. El GSCI no incluía un mecanismo para vender una materia prima, es decir, una “posición corta" (5).

Este desequilibrio socavó la estructura esencial de los mercados de materias primas, exigiendo a los banqueros comprar y seguir comprando, sin importar el precio. Y cada vez que se aproxima el vencimiento de una “posición únicamente larga” en un contrato de futuros del índice de materias primas, los banqueros se verán obligados a “desplazar” sus miles de millones de dólares en órdenes de compra pendientes hacia el siguiente contrato de futuros, dos o tres meses hacia adelante. Y como el impacto deflacionario de las “posiciones cortas” simplemente no forma parte del GSCI, los comerciantes profesionales de grano pudieron forrarse anticipando las fluctuaciones del mercado que estos “desplazamientos” causarían inevitablemente. “Me gano la vida con dinero tonto” (6) dijo a Businesseeek el corredor de bolsa en materias primas Emil van Essen el año pasado.

Los corredores de bolsa de materias primas empleados por los bancos que habían creado los fondos de Inversión en Materias Primas, fueron los primeros en subirse a la oleada de ganancias.

Los banqueros reconocieron un buen sistema en cuanto lo vieron, y docenas de “hedgers” especulativos sobre bienes no reales siguieron el ejemplo de Goldman uniéndose al juego de los índices de materias primas. Esto incluía al Barclays, Deutsche Bank, Pimco, JP Morgan Chase, AIG, Bear Stearns y Lehman Brothers, por nombrar sólo a algunos proveedores de Fondos de Inversión en Materias Primas. De tal manera, el escenario ya estaba dispuesto para la inflación alimentaria que tarde o temprano tomaría por sorpresa a las molineras más grandes, a las plantas de procesamiento y las corporaciones de venta minorista en los Estados Unidos y desparramaría ondas sísmicas por todo el mundo.

El dinero nos cuenta lo que ha sucedido. Desde la explosión de la burbuja tecnológica en el año 2000, se ha incrementado 50 veces la cantidad de dólares invertidos en los Fondos de Inversión en Materias Primas. Para plantear el fenómeno en su verdadera dimensión, en 2003 el mercado de futuros de materias primas estaba en el orden de unos tranquilos 13.000 millones de dólares. Pero cuando a principios de 2008 la crisis global financiera puso a correr a los inversionistas nerviosos, que desconfiaban del dólar, de la libra y de los euros, las materias primas -incluyendo los alimentos- parecieron el último y mejor refugio para depositar el dinero en efectivo de los fondos de cobertura, de los fondos de pensiones y de los fondos soberanos de inversión. “De repente aparecieron personas sin ninguna idea de lo que eran las materias primas que compraban materias primas”, me dijo un analista del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. En los primeros 55 días de 2008, los especuladores volcaron 55.000 millones de dólares en los mercados de materias primas y hacia julio, 318.000 millones de dólares agitaban los mercados. La inflación alimentaria ha permanecido estable desde entonces.

El dinero fluía y los banqueros estaban listos con el nuevo y deslumbrante casino de los derivados de alimentos. Encabezados por los precios del petróleo y del gas (las materias primas dominantes en el índice de esos fondos de inversión) los nuevos productos inflamaron los mercados de todas las demás materias primas incluidas en el índice y condujeron a un problema familiar para los que conocían la historia de los tulipanes, de los puntocoms y de los bienes inmuebles baratos. Es decir, que condujeron a una burbuja alimentaria. El trigo duro de primavera que, por lo general, se negociaba entre los 4 y los 6 dólares el bushel de 60 libras, rompió todos los récords anteriores y los contratos de futuros subieron hasta superar los 25 dólares. Y así, desde 2005 hasta 2008, los precios mundiales de los alimentos subieron un 80% y siguen subiendo. “No tiene precedentes la cantidad de capital de inversión que hemos visto en los mercados de materias primas, me dijo Kendell Keith, Presidente de la Asociación Nacional de Granos y Alimentos. “No hay duda de que hubo especulación”. Y en una nota informativa publicada recientemente Olivier De Schutter, Relator Especial de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, concluía que en 2008 “una parte significativa del aumento de los precios se debe a una burbuja especulativa”.

¿Que ha estado sucediendo en los mercados de granos que no fuera el resultado “de la especulación” en el sentido tradicional de comprar barato y vender caro? Hoy el índice acumulativo Standard & Poors GSCI proporciona 219 índices distintos en las "teleimpresoras" y los inversionistas pueden arrancar sus “terminales Bloomberg” y apostar por cualquier materia prima, desde el paladio al aceite de soja, de los biocarburantes al pienso para ganado. Pero el auge de nuevas oportunidades especulativas en los granos a nivel global, en el aceite alimentario y en los mercados de ganadería ha creado un círculo vicioso. Cuanto más aumenta el precio de las materias primas de alimentos, más dinero se invierte en ese sector y los ya elevados precios siguen subiendo. De hecho, desde 2003 hasta 2008, el volumen de especulación de “index funds” (7) aumentó el 1.900%. “Lo que experimentamos fue un choque de demanda originado en una nueva categoría de participantes en los mercados de futuros de materias primas”, declaró ante el Congreso Michael Masters, miembro de un Fondo de Cobertura, en medio de la crisis alimentaria de 2008.

El resultado de la incursión de Wall Street en los granos, en los alimentos y en la ganadería ha sido un shock para la producción global de alimentos y el sistema de distribución. No sólo hace que la provisión mundial de alimentos tenga que luchar contra un suministro restringido y un incremento de la demanda de granos de verdad, sino que además los bancos de inversión han planteado un alza artificial de los precios de los granos a futuro. El resultado: El trigo “virtual” domina el precio del trigo “real” ya que los especuladores (usualmente un quinto del mercado) ahora superan en cuatro a uno a los hedgers auténticos.

En la actualidad los banqueros y los corredores de bolsa se sientan en la parte superior de la cadena alimentaria –son los carnívoros del sistema que devoran a todo el mundo y a todo lo que esté debajo de ellos-. Cerca de la parte inferior, el agricultor trabaja duro. Para él la subida del precio del grano debería haber sido un golpe de suerte, pero la especulación también ha creado alzas en todo lo que el agricultor tiene que comprar para hacer crecer su grano -desde las semillas hasta los fertilizantes y el combustible diesel-. Y, en el fondo de todo, se encuentra el consumidor.

El estadounidense promedio, que gasta aproximadamente del 8 al 12% de su salario semanal en alimentos no siente inmediatamente la crisis del aumento de los precios. Pero para los casi 2.000 millones de personas en todo el mundo que gastan más del 50 por ciento de sus ingresos en alimentos, los efectos han sido abrumadores: 250 millones de personas se unieron a las filas de los hambrientos en 2008, con lo que el total mundial de víctimas de la inseguridad alimentaria ha llegado a un máximo mil millones, un número nunca visto.

¿Cuál es la solución? La última vez que visité la Bolsa de Granos de Minneapolis, pregunté a un puñado de corredores de trigo qué sucedería si el gobierno de EE.UU. simplemente prohibiera a los bancos de inversión las posiciones “únicamente largas” en los productos alimenticios. Su reacción fue reírse. Unas llamadas telefónicas a unos aseguradores de riesgos auténticos como Cargill y Archer Daniels Midland y, después de un intercambio secreto de activos, la participación de un banco en el mercado de futuros es indistinguible de la de un comprador internacional del trigo. ¿Qué pasa si el gobierno prohíbe todos los productos derivados con posición únicamente largas?, les pregunté. Una vez más, risas. El problema se resuelve con otra llamada telefónica, esta vez a una oficina comercial en Londres o en Hong Kong, ya que los nuevos mercados de derivados de alimentos han alcanzado proporciones supranacionales, más allá del alcance de la ley soberana.

La volatilidad de los mercados de alimentos también ha desperdiciado la que podría haber sido una gran oportunidad de cooperación global. Cuanto más alto fuera el precio del maíz, de la soja, del arroz y del trigo, mayor debería ser la cooperación de las naciones que producen granos en el mundo para asegurar que las naciones asustadas (y generalmente más pobres) que deben importar granos no sufran el contagio cada vez más dramático de la inflación alimentaria y de la agitación política. En cambio los países, nerviosos, han respondido más bien con políticas de “yo primero”, de la prohibición de exportar al acaparamiento de cereales y la neo-mercantilista apropiación de tierras en África. Y los esfuerzos de los activistas preocupados o de las agencias internacionales para contener la especulación de granos no han servido para nada. Constantemente los fondos indexados de materias primas siguen prosperando, los banqueros se embolsas las ganancias y los pobres del mundo se tambalean al borde del hambre.

Notas del traductor

(1) Derivados Un derivado financiero o instrumento derivado es un producto financiero cuyo valor se basa en el precio de otro activo, de ahí su nombre. El activo del que depende toma el nombre de activo subyacente, por ejemplo el valor de un futuro sobre el oro se basa en el precio del oro. Los subyacentes utilizados pueden ser muy diferentes, acciones, índices bursátiles, valores de renta fija, tipos de interés o también materias primas.

(2) Posiciones Largas. En el contexto de la nota se dan cuando se ha comprado un “futuro” y queda abierta una posición en el mercado que todavía no se ha cerrado o compensado.

(3) Hedger En el mercado de futuros, persona que hace la cobertura, es decir, que mantiene una posición abierta en el mercado al contado y recurre al mercado a plazo (tomando la posición contraria) para reducir el riesgo de fluctuación entre los precios.

(4) Arbitraje: Son transacciones simultáneas en dos o más mercados con el fin de obtener un beneficio de una discrepancia de precios entre los dos mercados.

(5) Posición Corta: cuando se ha vendido un “futuro” y queda abierta una posición en el mercado que todavía no se ha cerrado o compensado.

(6) Dinero tonto: Término utilizado también para referirse al dinero del público en general y se utiliza para diferenciarlo del “smart money” o “dinero inteligente”, el cual supuestamente es el que mueven los profesionales en finanzas o inversionistas especializados o con conocimientos del mercado.

(7) Index Funds, fondos de inversión con carteras que rastrean diversos índices, en este caso, los Índices de Materias Primas.

Fuente: http://www.foreignpolicy.com/articles/2011/04/27/how_goldman_sachs_created_the_food_crisis?page=0%2C0

Carta abierta de frenteamplistas a Mujica


UN GRUPO DE DESTACADOS MILITANTES DE IZQUIERDA LE RESPONDIO AL MANDATARIO URUGUAYO EN TORNO DE LA AMNISTIA

El presidente sentó su posición en un mensaje a sus diputados: él es contrario a dejar sin efecto la Ley de Caducidad. Intelectuales, artistas y políticos, entre ellos Eduardo Galeano, le contestaron en otra misiva.

En una carta, José Mujica instó a los diputados del Frente Amplio a que revean la aprobación del proyecto que dejará sin efecto la Ley de Caducidad o amnistía. En otra carta, un grupo autodenominado “Frenteamplistas contra la impunidad”, entre los que se encuentran el escritor Eduardo Galeano y la intendenta de Montevideo Ana Olivera, los firmantes discreparon con el presidente uruguayo. “La discusión es un hecho y debemos afrontarla... La Caducidad es inconstitucional y violatoria de los acuerdos internacionales.”

El diario La República de Uruguay publicó ambos textos. En la carta que les envió Mujica a los diputados de la coalición gobernante señaló que la norma en cuestión ya se votó en dos referéndum. “La gran divergencia es aparecer ante el pueblo pasándoles por arriba a dos plebiscitos.” El mandatario dijo además que la aprobación de la interpretación de la Ley de Caducidad –en principio prevista para el 19 de mayo– pone en peligro la victoria electoral en los comicios de 2014. “Es embarrarle la pista a la futura fórmula política del Frente Amplio.”

El grupo de destacados militantes frenteamplistas advirtió que Mujica deja de lado la identidad de la coalición de centroizquierda. “Si nos convencemos de que debemos dejar por el camino nuestra identidad, no importará cuáles sean los resultados electorales: estaremos derrotados aunque ganemos”, señalaron los firmantes.

En el texto que entregó en mano al presidente del FA, Jorge Brovetto, el presidente uruguayo se preguntó: “¿Qué nos pasó?, ¿por qué forzamos el camino?”. Y afirmó que la polémica norma dañará a la formación política, que lleva dos mandatos consecutivos. “Le hemos fabricado una espléndida espada a nuestra oposición para que nos decapite”, dijo Mujica.

Los militantes que hicieron circular su carta abierta dirigida al mandatario y el Frente Amplio le recordaron a Mujica que la norma es inconstitucional, según lo determinaron los tres poderes. “La Ley de Caducidad es inconstitucional, como lo han señalado la Suprema Corte de Justicia, la Asamblea General y el Poder Ejecutivo.” La ley impide que se juzgue a los policías y militares acusados de violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura (1973-1985).

Asimismo, el grupo señaló que el máximo órgano de decisión del FA se comprometió a dejar sin efecto la polémica norma a través de la elaboración del proyecto interpretativo. “El FA estableció un claro mandato a sus legisladores, sin votos en contra, para votar a favor de la propuesta.” También criticaron la intención expresada por Mujica y su vicepresidente, Danilo Astori, de buscar otras salidas al problema.

“Nos permitimos señalar que no es momento para improvisaciones en un asunto tan importante. Está bien que nos esforcemos por buscar la mejor solución posible, pero tengamos presente que demasiadas idas y venidas causan confusión y desánimo”, afirmaron.

Aun así, recordaron que no habrá “un modo simple e indiscutible de resolver” el asunto y que si el Ejecutivo se empeña “en buscar una fórmula perfecta que no existe, el resultado puede ser que todo quede como está”. “La impunidad fue impulsada con amenazas y engaños. Ahora se intentará mantenerla con recursos jurídicos y políticos. Es una señal de que hemos avanzado: sigamos adelante.”

Mujica reiteró a “sus queridos compañeros” su rechazo el mecanismo del veto presidencial, el cual sólo utilizaría si se lo solicitara la coalición gobernante. En su misiva, el mandatario insistió en que la permanencia del FA en el gobierno dependerá de que se sostengan los logros actuales y muchos otros pendientes. Y de cómo se sobrelleven las diferencias. “Hay que ser sabios para manejar las discrepancias sin dejar heridas irreparables para la unidad del Frente (...). Quiero decir lo que pienso para que seamos responsables y carguemos con las consecuencias. No espero ningún cambio. Los dados están echados y en parte el daño al futuro político del Frente está hecho”, dijo.

Los autores de la otra carta advirtieron, en sentido contrario, que hay que salirse de las dualidades. “No aceptamos que sea necesario elegir entre la continuidad y el contenido de nuestro proyecto de gobierno. Sería un error grave elegir entre la libertad y la seguridad, entre el crecimiento y la distribución, entra la unidad y la diversidad, entre los cambios y la paz.” Entre los firmantes de la carta se encuentran los políticos Zelmar Michelini, Henry Engler, el músico Daniel Viglietti e incluso la hermana de la primera dama, Lucía Topolansky, María Elia Topolansky.

lunes, 9 de mayo de 2011

El imperio contraataca

Norberto Emmerich

Centro Argentino de Estudios Internacionales (CAEI)

En mayo de 2011 se firmó el Acuerdo del Pacífico en Lima articulando una zona de libre comercio y protección de inversiones bajo la influencia estadounidense. Los suscriptores del Acuerdo de Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú), a los que presumiblemente se sumarán Honduras, Nicaragua, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Guatemala y posiblemente, República Dominicana, dejan descolocada a la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur) y ponen un límite al liderazgo de Brasil en la región.

Washington quiere a toda costa recuperar el control de América Latina, seriamente golpeado en noviembre de 2005 en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, Argentina, cuando concluyeron definitivamente las negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Estados Unidos se había asegurado el voto positivo de 21 de los 34 países invitados a suscribir el ALCA en Mar del Plata, pero Brasil, Argentina y Venezuela argumentaron que no se podía ignorar el 75% del PBI de la región que ellos representaban.

George W. Bush se marchó de la Argentina y millones de personas en el continente celebraron la muerte del ALCA. El Mercosur quedó con posibilidades de construir junto con la Comunidad Andina de Naciones la integración comercial de América del Sur y entonces la Unasur tomó fuerza como espacio de integración política.

Muchos analistas señalaron que el ALCA volvería y que el Tratado de Libre Comercio que Estados Unidos insistía en anudar con países con los que tenía poca relación comercial en la zona andina era un indicio de que los objetivos estratégicos estadounidenses no se abandonarían. Perú no sólo suscribió un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos sino que comenzó otras negociaciones, firmando más de 6 Tratados de Libre Comercio con países de otros continentes. La integración sudamericana no llegaba a completarse. Perú sigue siendo un eje fundamental para la articulación de este nuevo ALCA encubierto, ya que a instancias de Alan García se impulsó el Acuerdo del Pacífico, preparatorio de las negociaciones del Acuerdo de Asociación Económica Estratégica Transpacífico (TPP) integrado por nueve países de América, Asia y Oceanía. Este gran acuerdo de protección de inversiones y libre comercio se da en el marco del Foro Económico Asia Pacífico (APEC), donde se denominó el Arco del Pacífico. El reciente acuerdo del Pacífico pretende conectar a parte de la Comunidad Andina (Chile, Perú, Colombia) con Centroamérica y Estados Unidos, uniendo casi toda la costa americana, desde Alaska hasta la Patagonia chilena, en una integración al mejor estilo del ALCA.

Una Sudamérica estadounidense en el Pacífico, otra Sudamérica brasileña en el Atlántico

Los cuatro suscriptores del Acuerdo del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú), más los seis países que firmaron el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA), representan un área comercial y de inversiones controlada por Washington. En momentos en que América del Sur emerge a nivel global como una región de avanzada que propone una nueva arquitectura financiera internacional con el Banco del Sur, la coordinación de sus bancos centrales, la libre circulación de sus ciudadanos, y Brasil surge como una potencia mundial con presencia en los grandes foros dando un gran sostén a la Unasur, Estados Unidos opera con sus gobiernos aliados en Chile, Colombia, México y Perú para frenar la integración sudamericana. Este acuerdo permite a Washington dividir a América del Sur en dos costas, la del Pacífico, liderada por Estados Unidos, y la del Atlántico, liderada por Brasil

Pero Estados Unidos pretende más y no abandona la costa atlántica. El día 22 de enero se difundió en los Países Bajos una información, para nada nueva, que daba cuenta del hecho que Dési Bouterse, ahora presidente de Surinam, mantuvo lazos con el narcotráfico hasta el año 2006. Llamativamente en la misma información se afirmaba que el principal socio del ahora presidente de Surinam en las actividades del crimen organizado era el narcotraficante guyanés Roger Khan.

A comienzos del mes de marzo de 2011 el informe 2010 de la JIFE (Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes) de las Naciones Unidas menciona muy negativamente a Surinam como país de narcotráfico. A pesar de que este informe de las Naciones Unidas valora muy positivamente el rol de Guyana en la lucha contra el narcotráfico y en las políticas de cooperación con las instancias supranacionales de control, el informe del Departamento de Estado, a través de su International Narcotics Control Strategy Report (INCSR), manifestó que los esfuerzos de Guyana eran “modestos”.

Ambos informes, el de la JIFE y el INCSR se emitieron prácticamente en la misma fecha, uno el 7 de marzo y el otro el 4 de marzo, respectivamente.

El gobierno guyanés, a través de su ministro de Asuntos Internos, Clement Rohee, calificó de "inexacto y falso" el reporte del Departamento de Estado de EEUU, ya que Estados Unidos no ha considerado los esfuerzos de su país en la lucha contra el narcotráfico. Al mismo tiempo denunció el desinterés estadounidense y la “escasa colaboración en la lucha contra el narcotráfico”.

Mientras tanto en el escenario regional ambos países están desarrollando denodados esfuerzos por estrechar los lazos de vinculación regional en un amplio espectro de actividades y rangos económicos. Estos vínculos se establecen primariamente con Brasil y Venezuela, líderes del proceso de integración sudamericano, que al mismo tiempo demuestran interés institucional en sostener estas políticas.

Aunque no se ha mencionado en este informe, la multiplicidad de proyectos de intercomunicación vial, informática, económica, judicial y policial expresa la voluntad de los países involucrados en construir una infraestructura de integración que resista tanto el paso del tiempo como los cambios de gobierno en la región. La presidencia pro témpore de la Unasur, en manos del mandatario de Guyana, Bharrat Jagdeo, es el motor de todos estos proyectos.

En este contexto de elogiable actividad integradora la política exterior de Estados Unidos manifiesta con claridad el rol disciplinador y hegemónico de la política de lucha contra el narcotráfico. Un ejemplo paradigmático de la utilización de esta política como parte de un proyecto de política exterior es la ambigua relación del Departamento de Estado con Costa Rica por un lado y con Nicaragua por el otro.

Mientras Costa Rica pierde su histórico status de desmilitarización y permite la presencia de 7.000 soldados estadounidenses para la lucha contra el narcotráfico, los reclamos de Nicaragua para perseguir a diversas bandas del crimen organizado dedicadas al tráfico de drogas en el interior del país, son desoídos. Y cuando una de esas bandas es perseguida hasta los manglares del Río San Juan, el ejército costarricense enarbola criterios de soberanía nacional y comienza una escalada.

Este modelo de regulación ambiental de geopolíticas binacionales que usa como argumento la lucha contra el narcotráfico parece estar dando sus primeros pasos en Guyana y Surinam. La presencia de tropas estadounidenses en la zona ya se ha establecido a partir de acuerdos de Surinam con Estados Unidos para la ayuda frente a catástrofes naturales.

El desempolvamiento de los viejos y conocidos vínculos mafiosos de Dési Bouterse en momentos en que Surinam hace serios compromisos de integración sudamericana y el menosprecio de los esfuerzos de Guyana en su lucha contra el narcotráfico privado en su país, son indicios de tácticas de reposicionamiento hegemónico de Estados Unidos frente a Brasil y Venezuela, utilizando como pretexto a dos pequeños países limítrofes.

domingo, 8 de mayo de 2011

Un volcán de mentiras

El asesinato de Bin Laden

Alexander Cockburn


Barack Obama, quien prometió restaurar el honor ético a la Casa Blanca, después de los años de Bush, se entierra ahora bajo un volcán activo de mentiras, relacionadas sobre todo, pero no exclusivamente, con el asesinato de Osama bin Laden.

Apenas hubo una frase en el discurso del presidente del domingo por la noche, o en la información subsiguiente de John Brennan, su principal asesor de contraterrorismo, que no haya sido posteriormente retractada por el director de la CIA, Leon Panetta, por el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, o por diversas evidencias documentales.

  • Resulta que la fotografía en la Casa Blanca de Obama, Clinton y los máximos consejeros de seguridad, que supuestamente estaban mirando secuencias en tiempo real del ataque de los Seals de la Armada contra el complejo de Abbottabad el asesinato de dos hombres y una mujer (disculpa para esta última, la de costumbre: “cogida en el fuego cruzado”) y la liquidación del propio Osama bin Laden, fue un engaño. Barak Obama y sus amigos podrían haber estado viendo la reposición de un partido de baloncesto. Panetta ha admitido que el enlace de vídeo en tiempo real dejó de funcionar antes que los Seals entraran al complejo.
  • Panetta también admite que Osama bin Laden no estaba armado, y que no se ocultó detrás de la falda de su joven esposa. Reconoció que, según las reglas militares de combate, Osama debería haber sido hecho prisionero, pero luego hizo una vaga referencia a que se resistió de una forma que no especificó. Probablemente, trató de tomar su bastón, ya que había estado sufriendo de problemas de riñones e hígado. Como ya sabe perfectamente cualquier residente negro o moreno al alcance, digamos, de la División Ramparts de la policía de los Ángeles, intentar agarrar un bastón o incluso sujetar un teléfono celular puede conllevar una condena a muerte; multiplíquese esa probabilidad por un factor de 100 si se trata del terrorista más buscado frente a una multitud de SEALs fuertemente armados y homicidas de la Armada, indudablemente fortificados con anfetaminas.
  • Amigo reconocido de la hierba, Osama podría haber estado drogado como parte de su programa de control del dolor, ya que había un cultivo de marihuana afuera, en la parcela, y como cualquier estrella en retiro, a Osama le gustaba bastante fumar hierba y hacía DVD de discursos importantes, los cuales apilaba con descuido en la biblioteca junto a las botellas de píldoras y el Corán, a la espera de ser recogidos por Al Jazeera o HBO. Cómo deben haber ansiado sus lugartenientes su martirio sumario cuando recibieron sus inoportunos boletines para que descarrilaran un tren durante el discurso del Estado de la Unión de Obama y otras ideas atolondradas.
  • La Casa Blanca afirma que el tacto impide que se publique las fotografías de la cara acribillada de Obama, por lo que exigió que, después de una supuesta comparación de ADN con una pariente, se le diera una rápida, pero formal, sepultura marina en una bolsa para cadáveres plomada lanzada desde el portaaviones Carl Vinson al norte del Mar Arábigo, presumiblemente a la espera de que alguien con información sobre la posición del Vinson al sepultarlo lo rescate.

Tal vez el fotógrafo de los SEAL de la Armada olvidó sacar la tapa de su objetivo. Las afirmaciones de sensibilidad ética de Obama ciertamente suenan insinceras. Lucha contra el factor del debilucho, y “¡Mira! La cabeza de Osama” sería un accesorio ingenioso. En los días de Bush hubo una prolongada exhibición de los cuerpos mutilados de los hijos de Sadam: Uday y Ousay, asesinados por fuerzas especiales de EE.UU. en 2003, aparte de la filmación de la ejecución en la horca del propio Sadam.

Antes, cuando todavía no se conocían las pruebas de ADN, las fuerzas especiales de EE.UU. verificaron la ejecución de Che Guevara permitiendo que se tomaran muchas fotografías inmediatamente después de la autopsia. También cortaron las manos de Che, para subsiguiente verificación por la CIA. No estamos hablando de expertos en etiqueta.

  • La “historia de fondo” oficial presentada el domingo por la noche por Obama es que los servicios de inteligencia de EE.UU. solo supieron del complejo de Abbottabad en agosto pasado y que pasaron los meses siguientes observando el lugar, siguiendo a los mensajeros de confianza de Osama y concluyendo que era muy probable, aunque no seguro, que Osama estuviera allí.

Es un cuento. La casa de tres pisos es un lugar conocido de Abbottabad. Shaukat Qatir, un oficial del ejército paquistaní con buenas conexiones, informó a CounterPunch desde Pakistán: “Para que conste, esa casa ha estado bajo vigilancia del ISI [servicio de inteligencia paquistaní] desde que comenzaron a construirla. Fue allanada primero en 2003, y el ISI casi capturó a al-Libi (después fue capturado por el ISI cerca de Mardan en la Provincia K-P). Desde entonces ha sido allanada varias veces.”

Shaukat me dice que contrariamente a un informe en el New York Times de Carlotta Gall del 5 de mayo, ninguno de los dos mensajeros de confianza estaba entre los muertos en el complejo.

Shaukat: “La casa en la que se había refugiado Osama pertenecía a dos hermanos de Mardan (una región dominada por pastunes de K-P) que tenían numerosos alias; localmente eran conocidos como Pathan Arshad (o Bara – que quiere decir mayor) y Chonta (menor), quienes han sido residentes de esa casa desde hace siete años. El truco es: ninguno de los dos ha sido identificado entre los muertos. Si Osama fue seguido a esa casa mediante un rastreo constante de su mensajero quien, según los informes de la CIA, ¿no debiera haber estado presente uno de los hermanos, si no ambos? ¿Verdad? Pero no estaban. De los siete cuerpos que estaban (una mujer, un niño y cinco hombres de edades entre mediados de veinte y mediados de treinta) ninguno ha sido identificado como uno de los hermanos… Inferencia: “Osama fue traicionado. La operación fue resultado de una trampa. Una trampa organizada a través de uno o más de sus asistentes de mayor confianza…”

De hecho, el conocimiento específico del complejo por la inteligencia de EE.UU. y su posible habitante de primera clase data de 2005.

Esto ha sido establecido por Israel Shamir, quien también escribe para CounterPunch. Shamir compara ciertos pasajes en los documentos de WikiLeaks sobre Guantánamo con los recientemente publicados por New York Times y el Guardian.

Shamir informa que esos periódicos trabajaban con archivos de WikiLeaks que les fueron suministrados (a un precio desconocido) por el ex empleado alemán de WikiLeaks, Daniel Domscheit-Berg, “quien desertó después de esa usurpación”. Shamir dice que Domscheit-Berg hizo un trato con el Guardian, que después hizo un acuerdo de co-publicación con el New York Times. “Ambos periódicos publicaron los cables después de editarlos, o tal vez debiéramos decir ‘censurarlos’ – eliminando todo lo que los servicios secretos exigían que eliminaran”.

Cuando Assange supo que el Guardian y el New York Times iban a publicar los archivos de Guantánamo, su equipo de WikiLeaks también preparó los archivos y comenzó a colgarlos. Sus competidores hicieron lo mismo, ya que poseían la copia que se había apropiado Domscheit-Berg.

Las modificaciones más importantes por el Guardian y el New York Times, escribe Shamir, “fueron directamente dictadas por los servicios de inteligencia de EE.UU. El nombre de Nashwan Abd Al Razzaq Abd Al Baqi, o conocido por otro nombre, Abdul Hadi al-Iraqi o por su número IZ-10026 fue eliminado del archivo de Abu al-Libi (US9LY-010017DP) y otros sitios."

Esto es significativo porque al-Iraqi era un estrecho contacto con al-Libi quien había sido designado por Osama en 2003 como su mensajero oficial de confianza, conocedor por lo tanto del paradero de OBL en todo momento. Finalmente, en ocasiones separadas, EE.UU. capturó a ambos, los torturó a ambos y por lo tanto supo de las tareas de al-Libi como mensajero y por lo tanto de la posibilidad de que Osama estuviera en Abbottabad.

La comparación de la versión modificada del Guardian y de la versión sin cortes deWikiLeaks muestra hasta qué punto fueron eliminadas todas las trazas de al-Iraqi, el probable informante bajo tortura, a pedido de la inteligencia estadounidense. No se trataba de “protección de informantes”, porque en aquel entonces se pensaba que al-Libi se había suicidado en una cárcel libia antes de la llegada del embajador de EE.UU. a Trípoli. El archivo de al-Iraqi falta en todas las bases de datos; fue capturado en 2005 y mantenido en varias prisiones secretas, hasta que fue transferido a Guantánamo donde sigue detenido.

De modo que el rastro a Abbottabad era conocido por los servicios de inteligencia de EE.UU. por lo menos desde 2005, cuando fue capturado al-Libi. “Una lectura cuidadosa del archivo”, escribe Shamir, “muestra que al-Libi estaba conectado a al-Iraqi desde octubre de 2002. En 2003, Osama declaró que al-Libi sería el mensajero oficial entre OBL y otros en Pakistán. A mediados de 2003, al-Libi llevó a su familia a Abbottabad, Pakistán y trabajó entre Abbottabad y Peshawar. Mantuvo contacto con al-Iraqi.”

Podemos concluir, de esta narrativa, que cuando aparecieron los archivos no modificados de WikiLeaks, la inteligencia de EE.UU. concluyó que los asociados de Osama comprenderían pronto que los estadounidenses habían llegado a las asociaciones y conjeturas apropiadas y que esos asociados lo instarían a mudarse con la rapidez debida. De modo que Obama decidió enviar a los Seals.

De este volcán activo de mentiras, podemos deducir con seguridad que la campaña a la reelección de Obama ha sido perfectamente lanzada. El despegue comenzó el 27 de abril con la publicación por la Casa Blanca del largo certificado de nacimiento. Obama parece tener problemas con el suministro oportuno de documentación sobre las llegadas (la suya) y las partidas (la de Bin Laden).

La publicación del certificado de nacimiento completo debería haber tenido lugar en 2008, cuando se convirtió por primera vez en un pequeño problema. En su lugar, Obama se negó a autorizar la publicación hasta la semana pasada, para cuando un 25% de todos los estadounidenses y un 50% de todos los republicanos pensaban que estaba ocultando algo sospechoso. Una foto de Osama muerto habría sido útil esta semana para eliminar la especulación.

Si no hubiera sido por las nubes sobre Abbottabad, la incursión contra el complejo de Osama podría haber tenido lugar el viernes 29 de abril, el mismo día del matrimonio real.

El sábado 30 de abril estaba reservado para el intento de asesinato del coronel Gadafi, con el lanzamiento de bombas guiadas de precisión contra la casa de su hijo Saif, quien murió junto a tres nietos. Saif, entonces de cuatro años, estuvo en el complejo de la familia Gadafi el 15 de abril de 1986, cuando bombas ordenadas por Ronald Reagan fueron arrojadas desde aviones F-111, matando a su hermana de 15 meses, adoptada por Gadafi 11 meses antes. Por lo tanto Reagan y Obama compartieron un objetivo. ‘Decapitación’ –atacar al máximo dirigente del enemigo– es ahora estrategia estándar de la OTAN. En los ataques de “conmoción y pavor” contra Iraq en 2003, la misión primordial de los bombarderos de EE.UU. fue atacar cualesquiera casas de las que se presumía que pudieran ser visitadas por Sadam. Podemos suponer que escuchas electrónicas o tal vez un observador humano dijo a los selectores de objetivos de la OTAN que el propio Gadafi estaba en la casa ese sábado, y los bombarderos fueron enviados rápidamente desde el Comando Aéreo Aliado de la OTAN en Izmir, Turquía, cuyo comandante es el teniente general Ralph J. Jodice II (EE.UU.)

¿Habrán informado a Obama sobre el plan, o habrá firmado un programa de asesinato selectivo de Gadafi? Parece seguro que así sea.

Demos vuelta el razonamiento. Si un bombardero libio hubiera hecho volar por los aires a la pareja matrimonial y a un buen poco de la flor y nata británica en la Abadía de Westminster con la justificación de que todo el sitio y su contenido humano, hasta los nietos, sin olvidar los sombreros, sería una caza legal porque Cameron estaba presente.

Como escribió subsiguientemente en este sitio el historiador de Oxford, Mark Almond: “No es de extrañar que la luna de miel de los recién casados haya sido anulada repentinamente el sábado. Tantas cosas en las nupcias de Guillermo y Kate fueron coreografiadas según las bodas de sus padres y abuelos que no cuesta imaginar que como la princesa Isabel y Felipe iban a volar a Malta para iniciar su luna de miel antes de seguir a Kenia donde tres generaciones de Windsors han disfrutado la unión de sus relaciones. Malta está demasiado cerca de Libia como para sentirse tranquilos y podría ocurrir que la minoría musulmana de Kenia no se mostraría demasiado amigable hacia un oficial de la OTAN en servicio.”

Pero Gadafi sobrevivió. Por lo tanto Obama tenía solo una pluma ensangrentada en su gorra cuando hizo uno de los discursos más moralmente repelentes proveniente de la Casa Blanca que yo haya escuchado. Bush por lo menos tenía el burdo brío del atleta semianalfabeto al jactarse de las proezas de EE.UU. Los párrafos mendaces de Obama al estilo de “lo agarramos” concluyeron con su clásico aire de superioridad mesiánica: "Nuevamente se nos recuerda que EEUU puede hacer lo que se proponga. Ésa es nuestra historia".

Por desgracia, la verdadera historia de “nuestra historia” es una inexorable capacidad de mentir sobre todo, mientras al mismo tiempo reivindicamos el valor moral superior de EE.UU.

Fuente: http://www.counterpunch.org/cockburn05062011.html

Andrew Cockburn escribe sobre temas de seguridad nacional y otros relacionados. Su libro más reciente es: “Rumsfeld: His Rise, Fall and Catastrophic Legacy” Es coproductor de “American Casino,” el largometraje documental sobre el actual colapso financiero. Para contactos, diríjase a amcockburn@gmail.com.